911xGrey'sAnatomy

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911XGrey’s

Por gracia de Dios había intercambiado mi turno de esta noche con la doctora Stevens a cambio de llevarle el almuerzo y comprarle chocolates durante todo el mes. Pensé que me intercambiaria por unos días en emergencia, lo cual últimamente eran solo suturas y enemas, lo cual involucra no estar en cirugía.

Desde que comenzó mi internado, me hice muy amiga de ella en especial, ser la hija de Derek Shepard y Meredith Grey, los más grandes cirujanos que tuvo el Grace de Seattle solo me trajo problemas y mucho estrés. Todos se acercaban a mí para que mis padres los incluyeran en la cirugías o hablan mis espaldas. Pero Liz me demostró que su amistad era verdadera ya que ella era hija de una gran doctora y amiga de mis padres, podía entender lo que yo sentía. 

 Puede que me supiera lo que ella me pediría a cambio, me siento un poco mal pero todo eso cambia cuando pienso en que estaré toda la noche acurrucada mirando películas y una estupenda cena con Eddie. Últimamente estaba muy raro, mis compañeros lo notaron, pero ayer decidió invitarme, me emocionó la idea de compartir una noche con él y Christopher pero para mí sorpresa Chris se quedaría con su abuela. 

Hacía meses que no teníamos una noche a solas, no me molestaba, estábamos muy ocupados en nuestras guardias y ambos queríamos estar con su hijo, pero el hecho de que estemos los dos provoca que mariposas revoloteen en mi estómago. 

Nos conocimos un lluvioso día de enero, estaba molesta con mis padres, con el jefe y todos los que me rodeaban. Estaba decidida a trabajar fuera de ese hospital, así que me dirigí a la estación de bomberos, y pedí empleo. 

Llegué antes a su departamento y decidí preparar la cena y dejar todo listo para poder ahorrar tiempo. Se había reunido con Buck, ya que necesitaba hablar con Eddie.

La puerta se abrió, revelando la figura de Eddie. Su rostro se iluminó con una sonrisa genuina al verme, y la tensión que llevaba consigo pareció disiparse. Me acerqué a él y lo abracé con cariño, sintiendo la familiaridad y la calidez de su presencia.

—Hola, cariño. ¿Cómo fue tu día? —pregunté mientras lo miraba a los ojos. Eddie soltó un suspiro y me tomó las manos.

—Ha sido un día largo, pero estoy feliz de estar en casa contigo. —Su expresión cambió ligeramente.

—¿Pasa algo? —inquirí, notando la mirada enigmática en sus ojos. Eddie pareció buscar las palabras adecuadas antes de hablar.

—No, solo que tuvimos problemas hoy, pero nada que unos buenos besos no puedan arreglar.— respondió, abrazándome y besando tiernamente mis labios.— iré a bañarme y luego tendremos la noche que merecemos. 

—Me agrada esa idea— dije sonriendo. 

Eddie se retiró para darse una ducha, y mientras tanto, aproveché para terminar de preparar la cena. Mientras estaba ocupada en la cocina, mi mente divagaba sobre lo que Eddie había mencionado sobre "problemas hoy". Traté de no darle demasiada importancia y me enfoqué en disfrutar de la noche que nos esperaba.

Cuando Eddie regresó, estaba más relajado y la tensión que lo había acompañado parecía disiparse. Nos sentamos a la mesa, era reconfortante tener tiempo juntos sin las preocupaciones de la sala de emergencias o las guardias interminables.

—Los chicos quieren invitarte  a comer algún día, dicen que quieren conocerte mejor.

—¿Quieren conocerme?— dije preocupada.

—¿La idea no te agrada?

—No es eso, temo no caerles bien— respondí, Eddie sonrió y tomó mi mano por encima de la mesa.

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