❤️Capítulo 3❤️

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La mañana siguiente había llegado, Jimin se levantó y se encontró muy sorprendido al notar que estaba en su habitación.

¿En serio Jungkook sería capaz de cargarlo y llevarlo a su habitación?, esa sí que no se la esperaba. Se levantó y su rutina fue la misma, solo que ese día se encontraba en su habitación en una llamada subida de tono con uno de los tantos pretendientes que habría dejado en Busan.

La noche llegó y está vez Jungkook como cosa rara le envió un mensaje diciéndole que estaría temprano y llevaría pizza para cenar. Jungkook sabía que a Jimin le encantaba la pizza, pero no por eso Jimin pensaba darle tregua. Jungkook llegó a la hora que más o menos había calculado con la pizza, Jimin por su parte se encontraba en la sala.

— Hola princesa, ya llegué.

— No tenías porque decirlo, a lo lejos pude percibir el hedor a putrefacción que emana de ti.— respondió recostando su cabeza sobre el mueble.

— Deja las idioteces Jimin. Sé que son parte de tú existencia, pero compórtate un poco, esa actitud te llevará a tener problemas y déjame decirte que jamás te ayudaría si alguien piensa darte una golpiza.

— Escúchame bien grandísimo idiota, no necesito que me defiendas de ninguna mierda, puedo hacerlo solo. Además, contigo de "mí lado" es una muerte más que segura para mí, me terminarías vendiendo.— Jungkook río ante el comentario de Jimin.

— No creas que no puedo hacerlo aún, que vivas acá, no quiere decir que no pueda venderte.

— Jaj, mejor vende la tercera persona que tienes viviendo entre tus piernas.

— Seguro.— Jungkook se sentó a su lado y tomó una rebanada de pizza, mientras Jimin solo se limitaba a realizar la misma acción.— Escucha, mañana vendrán algunos de mis amigos, nada del otro mundo. Pero te pido que seas discreto, ya que, como dijiste no pelearía para defenderte.

— Lo sé cretino, hasta en mi contra te pondrías.

— Wow, minnie que listo eres.— respondió Jungkook con fingida sorpresa en su rostro solo para molestar a Jimin.

Ambos jóvenes terminaron de comer y luego se dirigieron a sus respectivas habitaciones, Jungkook luego de darse un baño se quedó dormido casi inmediatamente, por otro lado, dos horas después fue que Jimin pudo conciliar el sueño.

El viernes había llegado y como Jungkook lo había dicho, al medio día ya se encontraba en casa, pero no había llegado solo, varios chicos entraron detrás de él, el primero era de piel canela, alto, cabello oscuro y músculoso. El segundo era alto, pero un poco más bajo que el primero, cabello castaño, con una sonrisa cuadrada, muy hermoso, y en forma. El tercero era blanco, alto como el segundo, cabello claro, y muy hermoso. El cuarto y último era el más bajo, no más que Jimin pero si era bajo comparado al resto, también era lindo, tenía una sonrisa preciosa, cabello marrón claro, cuerpo definido.

Algo que había notado Jimin era que los dos últimos eran chicos donceles. Luego, Jungkook hizo acto de presencia siendo altamente idiota, más músculos que cerebro, rostro para que te infartes, con su amigo el entrepierna y su maldita sonrisa de colgate, así fue como Jimin lo describió mentalmente, luego de eso volteó su mirada.

— Bueno Jungkook, el Sr. Min me había comentado que para este fin de semana no teníamos nada.— habló el chico color canela.

— Que bueno, entonces, ¿averiguaste si mañana estaría abierto el viejo callejón?.

— Oh, por supuesto que lo hice y sí.

— Perfecto.— respondió Jungkook, todos los chicos siguieron caminado hasta llegar a la sala. Unos se sorprendieron al ver a Jimin, otros no le prestaron la más mínima atención.— Chicos, les presento a Park Jimin, el invasor.— Jimin fulminaba a Jungkook con su mirada.

— No empieces Jungkook, sabes que terminarás perdiendo.— atacó Jimin. Jungkook río.

— Nena, te presentó a Namjoon, Taehyung; mi mejor amigo, Seokjin y Hoseok. Los dos primeros de la familia Kim y los dos últimos de la familia Min.

— Un gusto.— dijo Jimin extendiendo su mano en dirección a los chicos.

— Encantado Jimin.— dijo animadamente el chico de sonrisa cuadrada, que ahora conocía por Taehyung.

— Es un gusto Jimin, eres precioso. Puedes decirme Jin.— se presentó otro.

— A mi hobi.— comentó Hoseok uniéndose a la conversación.

— Puedes llamarme Nam o Joon, como gustes, no tengo ningún problema.— dijo el último que se presentó.

— A mi me llamas amor de mi vida.— soltó está vez Jungkook, extendiéndole su mano, para así burlárse tanto de Jimin como de sus amigos.

— Dolor en el culo querrás decir.— respondió Jimin a Jungkook.

La puerta de la casa fue tocada, Hoseok se permitió ir a abrir y como lo esperaban era Moonbin quien como de costumbre había llegado tarde.

— Hola chicos, ya llegué.— habló este.

— Moonbin, Jimin. Jimin, Moon.— dijo Jungkook rápidamente. Ambos chicos se dieron la mano, y sí, Moonbin también era un chico doncel.

Entre todos pasaron una grata tarde,  rieron y compartieron, Jimin parecía uno más del grupo y eso lo agradecía. Pensó que al ser amigos de Jungkook, también serían un dolor en el culo, pero no fue así, para sorpresa de Jimin, todos resultaron ser muy unidos, amables y divertidos.

Jimin tuvo una increíble conexión con Taehyung compartían gustos similares, tenían el mismo carácter, pensaban cosas similares, ideas e inclusive llegaban a hablar de lo mismo al mismo tiempo. Más allá de una relación que no fuese solo de fraternidad y amistad, no veían ambos jóvenes. Jimin sabía que había encontrado a un muy buen chico, y este era nada más y nada menos que el mejor amigo de Jungkook.

Entre todos intercambiaron sus números de celular con Jimin para mantener contacto, ya que, aunque no se lo dijeron directamente a Jimin, querían que por su cuenta notara que les había caído de maravilla, y lo que más les gustaba era como se enfrentaba a Jungkook y no se intimidaba. Eso era como la cereza del pastel para ellos, ya que, desde que conocían a Jungkook este se mostró dominante y no se doblegaba ante nadie, ni ante su mismo padre, que ante Jimin lo hiciera de vez en cuando, era como una nueva maravilla.

Sin Control - [Ideas Rotas I] [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora