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El Gran Comedor de Hogwarts estaba abarrotado de estudiantes, todos con sus túnicas y emblemas de casa

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El Gran Comedor de Hogwarts estaba abarrotado de estudiantes, todos con sus túnicas y emblemas de casa. Sébastien se sentó en la mesa de Hufflepuff, junto a Izabella. El olor a comida recién preparada llenaba el aire, pero su mente estaba en otro lugar.

Daphne Greengrass, la chica de ojos marrones y sonrisa misteriosa, estaba sentada en la mesa de Slytherin. Sébastien no podía apartar la mirada de ella. Su cabello rubio caía en ondas perfectas sobre sus hombros, y su piel parecía bañada por la luz de la luna. Pero Daphne no lo miraba a él; sus ojos estaban fijos en Theodore Nott, el hermano de Sebastien, que estaba sentado a unos más alejados de ella, después de todo, eran del mismo grupo de amigos.

Theodore, con su aire de misterio y su sonrisa sarcástica, era el tipo de chico que atraía a las chicas sin esfuerzo.

Sebastien sabía que su padre, Alessandro Nott, era el peor hombre del mundo. Un mortífago, un seguidor leal de Lord Voldemort. Pero también sabía que su padre tenía un favoritismo descarado por él. Aunque nunca lo admitiría en voz alta, incluso la persona más ingenua notaría el trato tan distinto que le daba a los hermanos Nott. Sébastien era el hijo predilecto, el heredero, mientras que Theodore era solo un peón en el juego de ajedrez de su padre.

Izabella, con su cabello castaño y ojos avellana, lo miró con preocupación.

—¿En qué piensas, Sebastien?—preguntó, rompiendo el silencio tenso entre ellos.

Sebastien suspiró.

—En Daphne. —admitió. Izabella rodó los ojos negando con la cabeza. —Estoy enamorado de ella, Iza. Pero ella solo tiene ojos para Theodore.

Izabella frunció el ceño.

—¿Por qué te torturas así? No puedes competir con tu propio hermano. Y si lo hicieras, tu ganarías. Eres mejor que el idiota de tu hermano. Además, Daphne no es lo que parece, eso te lo puedo asegurar. No todos son lo que aparentan. —Izabella miraba a la rubia en la lejanía con los brazos cruzados.

—Lo sé—murmuró Sebastien. —Pero no puedo evitarlo. No puedo dejar de mirarla.

Izabella lo miró, suspiro y apoyó la barbilla en la palma de la mano.

—Entonces, ¿qué harás al respecto?

Sébastien se levantó de la mesa, decidido. Izabella lo miró entre asustada y sorprendida.

—Voy a hablar con ella. Necesito saber si hay alguna posibilidad.

Izabella lo detuvo con una mano en el brazo.

—Eres demasiado arriesgado. Ten cuidado, Sébastien. No sabes en qué te estás metiendo. —Sébastien sonrió.

—No me subestimes, Izabella. Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por Daphne.

Y así, con el corazón latiendo con fuerza, Sebastien se dirigió hacia la mesa de Slytherin.

—No puede ser. No puedo ver esto. —Izabella murmuró, cruzando los brazos sobre su cabeza y dejándola en al mesa.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐁𝐄𝐇𝐈𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐄𝐘𝐄𝐒; Daphne Greengrass Donde viven las historias. Descúbrelo ahora