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Sus palabras quedaron grabadas en mí cabeza.
...

¿Qué?

De algún modo podía tener razón, era algo raro.

Debo de hablar con él.

- Gracias por contarme papá, después voy a hablar con él.

Debía encontrar a Quackity. Así que salí de la oficina y fui a buscarlo.

Dijo que iba a salir con sus amigos.

Los Sábados y Domingos teníamos permitido salir, como en las escuelas pupilas.

Pero, no tenía idea de adónde pudo haber ido.

¿A algún café? ¿Al shopping? ¿Al cine?

No tenía idea de nada.

No sabía ni a qué hora llegaría.

Solo me quedaba esperar.

...

Las horas pasaban y yo lo esperaba en el tejado.

Miraba el cielo y a las pequeñas personas que pasaban, desde acá arriba todo es más pequeño, lo único que se veía extremadamente grande era la torre Eiffel.

¿La torre Eiffel? ¿Podrían estar ahí?

Quackity alguna vez durante nuestras charlas me contó que era su primera vez en París y le encantaría conocer la torre Eiffel.

Agarre mí abrigo y salí rápido.

Se que no era algo urgente pero... Necesitaba estar seguro de que él estaba bien.

Me preocupa.

Corria y corría. Por suerte ya era de noche y no había casi nadie.

Por fin llegue, la torre Eiffel. Era muy linda y súper alta.

Empece a subir y tome el ascensor. Fui fijándome en cada piso si el llegaba a estar, pero no lo encontraba.

Solo me quedaba el último, en el cual no había tanta gente.

Cuando llegue mire a todos lados, recorrí un poco y ahí estaba él con sus amigos.

- Quackity... - Solo pude decir en voz baja.

El me vio, yo lo vi. Me recordó a la primera vez que nos vimos. Él, como siempre, tenía el pelo desordenado y adornado por un gorro que le quedaba tan bien, juraría que tiene una colección de esos gorros.

Se empezó a acercar, yo me quedé quieto, parado ahí.

Era una noche hermosa, la luna se veía súper grande hoy, no era luna llena pero era una linda medialuna.

Las estrellas brillaban como nunca en el cielo.

- Hola - me dijo.

- Hola - le respondí, nos quedamos mirando por unos segundos, quietos, parados. Sus ojos brillaban tanto como las estrellas.

- ¿Que haces aquí?

- Emm - Mierda, no sé que decir, ahora que lo tengo frente mio ya no se que hacer - necesito preguntarte algo.

- ¿Y ese algo es tan importante que me viniste a buscar hasta la torre Eiffel? - él se rió - Karl, Sapnap vayan yendo, mañana nos vemos, la pasé muy bien hoy.

- Está bien ¡Adiós Quackity! - se despidio Karl para irse con Sapnap.

- Ven, hablemos - le dije.

Nos apoyamos en el barandal de la torre Eiffel viendo el cielo estrellado, era hermoso, se podía ver toda la ciudad, a diferencia de la academia todo estaba mil veces más chico, tanto que casi ni se podía distinguir dónde quedaba la academia.

- ¿Que querías decirme?

- Quería saber más sobre las cosas que te hizo el profesor Jschlatt, es que... Mí papá- digo, el profesor Philza, me pidió que te preguntará sobre eso, y yo también quería saber si... Paso algo más, algo de lo que no quieras hablar .

Quackity se quedó quieto, no sonreía, ya no más, no mostraba ninguna emoción, como lo era la mayor parte del tiempo.

Intento hablar pero las palabras se le cortaron.

- Está bien si no quieres decirlo, pero solo quiero ayudarte en todo lo que sea posible.

- Él... Él me hizo muchas cosas además de tocarme durante los ensayos, él varias veces llego a... a-

Empezó a sollozar, me sentía muy mal por él.

Pero empezó a hablar.

Mientras más me decía más lágrimas caían de sus hermosos ojos.

En resumen, Jschlatt lo tocaba y si llego a besarlo varias veces, en palabras de Quackity, sentía que quería vomitar cada vez que lo hacía y no dijo nada porque cuando entrenaban si se llegaba a equivocar le pegaba muy fuerte hasta dejarlo en el piso sin fuerzas, entonces tenía miedo de que si llegaba a hablar lo tratará peor que antes, así que se quedó callado todo este tiempo, no dijo nada porque seguía teniéndole miedo y no se sentía cómodo contándolo. Por eso siempre llegaba tan tarde, por culpa de él, siempre llegaba súper cansado y apenas podía dormir porque sentía miedo y se quedaba llorando hasta por fin dormirse, y por él día ya no tenía tiempo de nada porque se la pasaba con ese repugnante hombre siendo maltratado y abusado.

Quackity quedó en silencio y yo lo abrace, era todo lo que podía hacer, escucharlo y apoyarlo, me hubiese gustado haber podido ayudar o haberme dado cuenta antes.

- Tranquilo, está bien. Estoy aquí para ti, siempre lo estaré.

El correspondió al abrazo y se largo a llorar.

El viento era fuerte en la punta de la torre Eiffel.

- Sabes, ya es tarde y hace frío como para ir caminando hasta la academia. Mí papá me contó que alquilo por acá cerca y se quedó junto a mí hermano, ya que no lo iba a dejar solo en Reino Unido.

- Está bien - se seco las lágrimas y bajamos.

El lugar era un lindo departamento, era algo pequeño ya que solo vivía ahí mí papá y mí hermano menor.

- Ahí llame a mí papá, dijo que estaba en la academia y que mí hermano está en casa, me dijo que toque el timbre que él nos habre.

Así que eso hice.

Toque el timbre y espere a que respondiera.

- Holaa ¿Quien es?

- Soy yo.

- No conozco a ningún "yo"

- Vamos Tommy, abre.

- Jajsjs, ya voy.

Tommy bajo y nos abrio.

- ¿Quien es él? Tu novio~

Me sonroje un poco ante el comentario de mí hermanito.

- No Tommy, él es mí amigo.

Le sonreí a Quackity.

- Aja, bueno pasen.

- Perdón, nunca traje a un amigo a casa y esto es nuevo, para ambos.

- Está bien, no te preocupes Will.

Que lindo apodo, nunca antes alguien me dijo Will, además de mí padre.

Le di una dulce sonrisa.

Amo sonreír a cada cosa que hace Quackity.

Él siempre me saca una sonrisa.



















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Palabras: 1018

"El Paso Del Amor - Quackbur II"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora