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Las malas decisiones de un pasado atormentaban el presente que el alfa vivía. A simple vista su vida no era mala, mas las paredes ocultaban una familia llena de problemas.

"Soobin"

Hacer un recuento de sus memorias y encontrar espacios en los que tuvo paz era una tarea difícil. No recordaba momentos familiares felices ni tranquilos.

"Soo-"

Si cerraba los ojos sólo podía escuchar gritos y discusiones, el sonido de los vidrios impactando el suelo, humillaciones y llanto, suyo, de su padre, de ambos. Se recordaba a sí mismo observando todo desde las escaleras, con su peluche abrazado, porque tan solo era un niño viendo cosas que no debió haber visto.

"Soobin, la profesora te ha estado hablando"

Soobin solo pudo abrir los ojos en grande, saliendo de sus pensamientos. Miró al rededor y la profesora ya lo miraba con las cejas fruncidas.

"Bien, joven Choi, parece que tiene cosas más importantes que mi clase, ¿quiere compartirlas con el resto?"

Definitivamente ese no fue el mejor inicio de día.

Al tercer periodo Soobin estaba cansado, ni siquiera había querido acompañar a sus amigos a la cafetería porque quería estar solo. Se sentía ansioso. Sus manos temblaban apenas tomaba un lápiz y su pierna no dejaba de golpear el suelo con insistencia, él sabía la causa del malestar pero sobrepensarla acabaría con él.

Decidió que no estaba en condiciones de tomar una clase más, no si su mente estaba en otro lado, por lo que se dirigió a la enfermería a pasar el resto de la jornada escolar, si corría con suerte estaría vacía y si no, entonces fingiría un dolor de cabeza.

La enfermería estaba en el tercer piso y Soobin suspiró por el cansancio anticipado porque el elevador estaba fuera de servicio, bien, contaría los escalones uno por uno.

Uno. Dos. Tres.

Estaba cansado.

Cuatro. Cinco. Seis.

¿Su papá se encontraba bien?

Siete. Ocho. Nueve.

Quería llegar a casa.

Diez. Once. Doce.

Su mente estaba llena de malos presentimientos que le hacían taladrar el corazón, había algo que no estaba bien y que se sentía como plomo en su pecho.

Trece. Catorce. Quince.

"¡Choi!" Antes de dar el siguiente paso, una voz lo interrumpió. "Regrese aquí, ahora"

Soobin se sorprendió y se giró de inmediato ante el llamado, había un profesor al pie de las escaleras, parecía enfadado y había algo terrorífico en su expresión, mas este no lo veía a él.

"No puedo ahora, ¡Tengo diarrea! Creo que iré al baño" otro joven dijo y Soobin estaba tan sumergido en sus pensamientos que no había escuchado los apresurados pasos tras de él. No entendía nada.

"Choi Yeonjun, regrese ahora o le juro que no volverá a ingresar a mi clase"

"Ahora no puedo, ¡ya se me está saliendo!" y el muchacho salió corriendo.

El profesor al pie de las escaleras solo negó mientras resoplaba, no planeaba correr tras un adolescente inmaduro con problemas de conducta, ya lo vería en exámenes finales, por el momento solo se pasó una mano por la cara antes de mirar a Soobin.

"Eso, muchacho, es una prueba de lo que no debes de ser ni hacer" el hombre le dijo y se fue caminando hacía los salones del pasillo.

El alfa menor intentó no darle mucho pensamiento a lo que acababa de presenciar y solo siguió su camino, rió bajito ante la situación porque le había parecida graciosa la forma en que el otro joven había salido corriendo con una pésima actuación que ni él mismo se creyó.

Un Otoño Que Nunca Ocurrió || Taekook || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora