🍎Había una vez...
En un reino gobernado por una Reina vanidosa y tiránica, Winter, el único hijo del Rey, siempre vivió en la sombra de su madrastra malvada.
Convencido de su propia insignificancia, Winter encuentra consuelo en la amistad de (T/n...
"(T/n)! ¡(T/n), por favor! ¡Lo siento! ¡No quise decir lo que dije, solo estaba enojado!" Winter gritó mientras corría tras ella.
(T/n) se detuvo y se quedó quieta, pero aún le daba la espalda.
"Mira, lo siento... Siento haber sido tan insistente, Winter. Sé que debes tener tus razones... Es solo que... no puedo quedarme de brazos cruzados viendo a la Reina salirse con la suya. Quiero detenerla. Y... siempre pensé... que contarías conmigo." Confesó, aún de espaldas a él. "Pero... si realmente no quieres, entonces puedo..."
"¡No!" Exclamó Winter. "Realmente quiero detenerla, de verdad. Quiero gobernar el reino y hacerlo un lugar mejor, solo... solo... tengo miedo de perderte."
(T/n) finalmente se dio vuelta para mirarlo.
"¿Qué quieres decir?"
"Quiero decir... la Reina es despiadada. ¡Intentó matarnos! Y sin embargo... todo el tiempo que caminábamos por ese bosque, solo podía pensar en ti y en cómo ibas a morir. Ni siquiera me preocupaba por mí mismo, pero estaba aterrado de pensar que nunca iba a escuchar tu voz o ver tu cara de nuevo."
Winter caminó lentamente hacia (T/n) y puso sus manos en sus hombros.
"Si la Reina descubre que estamos vivos, podría matarte. Me importas mucho, (T/n). Nunca podría gobernar un reino si no te tuviera a mi lado para hacerlo contigo." confesó.
(T/n) se lanzó de inmediato hacia adelante y abrazó fuertemente a Winter alrededor de la cintura. Él la abrazó de vuelta y enterró su rostro en la base de su cuello.
"No me perderás, Winter." prometió.
"¿Cómo lo sabes?" Susurró él.
"¿Realmente crees que será tan fácil deshacerte de mí?" bromeó ella. "Además, creo que demostré en nuestra pelea que puedo cuidar de mí misma."
Winter rió suavemente.
"No lo sé, te golpeé bastante bien el trasero. Literalmente." Susurró burlonamente.
(T/n) jadeó y lo apartó.
"¡Te odio!" declaró, pero había una pizca de sonrisa en su rostro.
A lo lejos, pudieron escuchar a varias personas aplaudieron victoriosamente. Winter compartió una mirada confusa con (T/n), antes de que él tomara su mano y la llevara de regreso a través del bosque.
...
Regresaron al lugar donde habían estado antes y vieron a los siete enanos con sus zancos y máscaras, revisando todas las cosas que acababan de robar.
Sentados en círculo, atados con cuerdas y sin ropa, estaban el príncipe Alcott y cuatro guardias de palacio. Aparentemente, habían ido tras los bandidos con la esperanza de vencerlos, y fracasaron. Miserablemente.
