La mañana siguiente no es mejor que las anteriores. Todos despiertan con dos vacíos en su cuerpo, uno en su estómago y otro en su pecho, ambos por razones completamente diferentes, pero eran unas sensaciones que no les daba las fuerzas necesarias para enfrentar su día con normalidad. El viento que choca contra las ventanas hace que las cortinas se muevan y que la luz entre en cada una de las habitaciones, pero ni ver tanta vida frente a sus ojos los hace sentirse vivos. Era como si el azul y el violeta estuvieran pintando sus días desde que abren sus ojos hasta que los cierran.
Mark confirma que todos han despertado del mismo modo cuando se encuentran en la cocina del hogar de Doyoung y Jeno. Todos tenían los ojos rojos, sin el brillo que antes solían tener, y con las mejillas hinchadas. Esa imagen rompe a Mark, él mejor que nadie sabía lo energéticos que sus amigos eran, pues eran jóvenes y la travesura corría por su sangre cómo la adrenalina, pero esta imagen que tiene ahora, no es normal en ellos. Claramente tenían sus días difíciles y él estuvo allí en cada momento, ¿pero qué debía hacer en una situación cómo la que estaban enfrentando? Era una experiencia completamente nueva y no estaba acostumbrado a verlos así de perdidos por tantos días.
— ¿Durmieron bien? —todos lo miran sin una expresión, dando su respuesta con ello, en especial Jaemin, quien la noche anterior se había quedado dormido por el agotamiento emocional.— ¿Y si salimos a buscar a Jisung y a Chenle? Estoy cansado de no hacer nada
Renjun sale de su pequeño escondite entre su abrigo y mira a Mark con grandes expectativas, esperando que diga algo más. Si hay alguien que los podía sacar de la miseria en la que se habían hundido, era Mark, aquél que había sido callado por el miedo y la angustia. Estará en una situación que lo tiene con el alma colgando de un hilo fino, pero incluso así, sabía lo importante que era Mark en toda su amistad, ese chico siempre les daba los empujones que necesitaban.
— Sé que sus caras están por todos lados, sé que Doyoung hizo todo lo que pudo por nosotros y que empezaron la búsqueda antes de las veinticuatro horas, pero aún no hay noticias de que siguen allí afuera, con vida —Mark camina por la cocina de la casa de Jeno como si fuera la suya y abre la nevera para sacar la leche junto al cereal, tratando de buscar las palabras correctas.— ¿Y si ellos siguen allí afuera? Sólo nosotros los podemos encontrar, sólo nosotros los conocemos como la palma de nuestras manos
Jaemin mira cómo Mark comienza a servir el cereal en cinco platos diferentes y siente que sus ojos se llenan de lágrimas porque sabe qué está planeando su mayor. Llevaban días enterrados bajo el techo de Jeno y su hermano, Doyoung, y no habían comido nada en esos días. Desde que llegaron a ese lugar, sólo se han dedicado a llorar, a extrañar y a recordar cosas que sólo les desgarraba más el alma. Sería genial decir que estaban siendo cuidados por Doyoung, pero, lamentablemente, el mayor se había dedicado mucho al caso de la desapareción y pocas veces se aparecía por el hogar, así que sólo eran ellos.
— Pero si queremos ir a enfrentar ese mundo, creo que debemos comer, es hora de recuperar fuerzas —Jaemin es el primero en tomar su plato, comenzando a comer sin importarle que las lágrimas se mezclen con la leche.— Come con calma, Nana, te puedes ahogar
Jaemin lo mira con una sonrisa y su pecho se llena de una nueva calma al ver que sus amigos copian su acción también. Quizás no lo expresaba con buenas palabras o acciones, pues todo su dolor lo ha consumido, pero él también estaba preocupado por sus amigos. Estaba preocupado hasta más no poder, pero no tenía formas de intervenir cuando él estaba igual o peor; él no tenía derecho a hablar o regañarlos, mucho menos de cuidarlos.
— Quiero ir a visitar a la abuela de Chenle —todos se giran al escuchar a Jeno hablar, quien acababa de terminar su cereal y ahora limpiaba su boca un poco con la manga de su abrigo.— Ha estado sola mientras nosotros estuvimos aquí y debe estar igual que sus padres, confundida, preocupada y con el corazón en la mano, así que creo que es hora de ir a ella y de que ustedes llamen a sus padres para dejarles saber que están bien o que al menos van a estarlo.
Jeno se levanta de su asiento y desaparece por los pasillos de su hogar, regresando poco después con ropas más cómodas y abrigadas junto a la cámara de Jisung colgando de su cuello. Sus ojos se ocultan entre una sonrisa de luna llena de brillos y Mark le agradece con una sonrisa boba, imitando su acción de desaparecer para cambiarse de ropa.
— Hablaré con Doyoung antes de irnos, si hay alguien que nos puede ayudar en esto, es él
El viento frío del exterior entra por las ventanas y toca sus pieles, causando escalofríos, y, por alguna razón, eso se siente como una señal. Es cómo si alguien de manos frías hubiera tocado sus pieles con roces, tratando de darles un empujón hacia la puerta para que salieran a buscar aquello que habían perdido.
Mientras cada uno de ellos se cambiaba, Jeno llamaba a su hermano mientras iba mordiendo sus pobres uñas, maltratando un poco su piel en el proceso. La llamada tarda en conectarse, pero logra escuchar la voz de su hermano al otro lado de la línea cuando cruza la puerta de su hogar y una sonrisa llega a él de forma natural, pensando que finalmente hará algo bien.
— Doyoung, quiero ir a la casa de la señora Zhong... ¿Crees que podamos? —Jeno se gira al escuchar los pasos de otras personas detrás de él y su sonrisa aumenta al ver a sus amigos allí, abrigados y con la poca esperanza que les quedaba colgando de sus hombros.— Queremos buscarlos, incluso si no quieres dejarnos allí afuera de este modo, estamos dispuestos a ayudar en la búsqueda, por favor.
Jeno levanta su vista hacia el cielo de ese día, uno que no había podido admirar desde hace días por estar hundiéndose en su miseria junto a sus amigos. El azul celeste le da una bienvenida cálida a la naturaleza y el viento mueve esta vez las telas que lo cubren, invitándolo a comenzar a caminar por un sendero que conocía de memoria. Han visitado a la señora Zhong más veces de las que pueden recordar, pues Chenle se pasaba muchas veces en ese hogar cada vez que no estaba en su casa con sus padres o con alguno de sus amigos. De una u otra forma, la señora Zhong se había convertido en una abuela para ellos también.
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The Camera ∆ Chenji/Chensung
Fiction généraleDos adolescentes desaparecen junto a todas sus pertenencias sin dejar rastros, lo único que dejan atrás es una vieja cámara... ¿Por qué dejarían sólo eso? Peor aún, ¿Por qué dejarían la única prueba de su existencia y posible paradero? ~~~~~~ ∆ Tod...