Anécdota 4: Esa cosa en la terraza

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A mi familia le gusta mucho ir de vacaciones al mar cada verano y el año en que cumpliría doce no fue la excepción. Mi hermanita todavía no había cumplido los cinco años y nos hospedábamos en nuestro departamento de La Costa, Buenos Aires.

Como siempre, ella estaba conmigo y recuerdo que yo estaba tranquila porque nos encontrábamos dentro de nuestro departamento. Lo que no puedo recordar es cuándo la dejé de ver. Supongo que debí haber subido las escaleras a nuestro cuarto y ella decidió usar ese momento para desaparecer. Sin embargo, en seguida noté que no estaba ni abajo ni arriba. Así que abrí la puerta y salí al pasillo.

Era cuadrado con una estructura en el medio que permitía ver hacia abajo y arriba, hacia los otros pisos. Tenía una especie de alcantarilla donde las palomas solían hacer sus nidos. Recuerdo que el edificio en sí tenía un aspecto de lugar abandonado y por eso no me agradaban mucho esos pasillos, además de que no era completamente cerrado y corría el helado aire marino.

Estaba a punto de subir hacia arriba en dirección al último piso y a la terraza, cuando la vi bajar, tomándose de la baranda y con una carita que jamás le había visto. Ya han podido notar en otros relatos que la pequeña nunca fue asustadiza ni llorona, todo lo contrario a mí. Sin embargo, su rostro estaba surcado por el terror y fue algo que me preocupó.

Le pedí que me diera la mano para bajar los últimos escalones y eso hizo. Cuando le pregunté qué le pasaba y qué hacía viniendo de arriba, me contó que fue a la terraza a buscar su pianito de juguete, el cual se había olvidado allí, pero que en la puerta encontró una especie de figura alta, como una sombra. E inmediatamente volvió a bajar.

Hasta el día de hoy no sabe si era de color verde o negra, sólo sabe que le dio una muy mala impresión y simplemente huyó. Los recuerdos podrán volverse borrosos con el tiempo, pero nunca olvidaremos esa experiencia sobrenatural en aquellos departamentos tan lúgubres.

 Los recuerdos podrán volverse borrosos con el tiempo, pero nunca olvidaremos esa experiencia sobrenatural en aquellos departamentos tan lúgubres

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¡Holis! ¿Cómo han estado? Espero que muy bien. Espero que les haya gustado esta anécdota.

Déjenme en los comntarios sus opiniones: ¿qué creen que vio la niña? ¿Un fantasma? ¿Un demonio? ¿Una persona parada y su imaginación voló?

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Gracias por todo el apoyo a esta historia. <3 ¡Hasta la próxima anécdota!

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