🌹; 03

249 30 2
                                    

Sasuke esperó en silencio a la reacción de la pelinegra frente a él.

Sakura pareció haberse quedado sin aire, completamente congelada, su boca abierta demostrando su completa sorpresa ante la presencia de Sasuke.

—No comprendo... — murmuró Sakura, y Sasuke notó el ligero temblor de sus manos cuando las escondió en sus costillas. Sasuke sabía que quizá sería complicado para ella ver que el padre biológico de su hijo ha vuelto. Supo por la mirada inestable de la chica que se encontraba nerviosa, ansiosa y en completo conflicto en su interior. —Su... No, debe estar equivocado. — espetó e intentó cerrar la puerta, la mano de Sasuke se interpuso.

—No lo hagas más difícil. Tengo tu jodida dirección y tu maldito nombre, mi hijo está ahí dentro y quiero verlo — Sasuke dijo, su voz fría y llena de convicción. Sabía que no lograría nada siendo un tipo duro, pero los años de convicto lo hicieron extremadamente firme y a estas alturas ya no tenía tanto tacto como solía tener.

—¡Vete o llamaré a la policía! — gritó Sakura, empujando la puerta mientras Sasuke empujada del lado contrario, ambos luchando.

Sasuke ni siquiera ponía de toda su fuerza, pudo ver la contextura de Sakura, buen cuerpo pero delgado, probablemente trote pero eso no era suficiente para Sasuke, el tipo que se refugió en las pesas y el boxeo en la cárcel.

—Llamalos, no me iré de aquí sin ver a Charasuke — Sasuke gruñó, su voz áspera en ira por el comportamiento de Sakura. Esperaba que lo solucionaran de una buena manera.

Sakura siguió forcejeando. —¡Ya lo abandonaste una vez! Vete a la mierda, ahora es mi hijo.

Eso apretó el interruptor equivocado en Sasuke. Apretó su mandíbula e impulsó la puerta con más fuerza, la suficiente para abrirla pero no para tirar a Sakura al suelo. Aunque quería hacerlo, quería golpearla por ser tan incompetente y resistirse tanto.

Eso apreto el interruptor equivocado
en Sasuke. Apretó su mandíbula e
impulsó la puerta con más fuerza, la
suficiente para abrirla pero no para
tirar a Sakura al suelo. Aunque quería
hacerlo, quería golpearla por ser tan
incompetente y resistirse tanto.
Cuando abrió la puerta, Sakura dió una
pasos hacia atrás, notoriamente asustada y abrazando su propio cuerpo

Pero Sasuke nunca fue bueno con las
sensibilidades, rápidamente caminó
hasta sakura y la tomó de los brazos,
estrellando su espalda contra la pared
más cercana y acercándose lo suficiente para sentir el suave aroma de champú en la camiseta mojada de Sakura.

—Yo no abandoné a mi hijo. Será mejor
que no hables de mierdas que no sabes.
— Sasuke dijo entre dientes, su
mirada oscura e intensa clavándose en
Sakura. —Ahora. sé una buena ciudadana y déjame ver a mi hijo.

Sakura frunció el entrecejo, pero su cuerpo seguía protegiéndose a sí misma. —Estás loco, ¿Por qué te decides a aparecer ahora? ¿Acaso esto es una jodida mierda de Itachi? Oh, eso es. ¡El hijo de puta te envió a buscar a mi hijo! ¡Lo voy a matar! — gritó, desconcertando un poco a Sasuke al ver como sus hombros se tensaron y toda su cara se deformó en enfado puro.

—No tengo ni idea de lo que hablas, pe... —fue interrumpido por un grito.

—¡Mami!~

Se oyó desde la planta superior de la gran casa. Sasuke y Sakura se miraron, ambos quietos mientras resonaba por la espaciosa sala la tierna voz del hijo en común.

—¡Ya estoy listo, Mami!

Sasuke estudió rápidamente el lugar, estaba más cerca que Sakura de las escaleras. Al parecer, Sakura notó su plan calculado y comenzó a negar con la cabeza, pero antes de siquiera notarlo corrió hacia ellas.

A Sasuke le tomó un segundo darse cuenta y siguió a Sakura por detrás, la alcanzó a mitad de la escalera y sin importarle nada más que el niño de arriba envolvió la cintura de Sakura, deteniéndola e intentado dejarla atrás.

—¡Estás loco! ¡Vete de mi casa! — sakura gritó, aferrándose en los respaldos e intentando impulsarse hacia arriba, buscando soltarse del agarre de Sasuke.

Pero Sasuke no iba a ceder, afirmó más el agarre, pegando por completo la espalda de Sakura en su pecho, esta última soltó un grito de sorpresa y sus hombros se tensaron.

—Tregua, subamos juntos — susurró Sasuke en su oído y alzó a Sakura unos centímetros del suelo para subir las escaleras.

No iba a negar que todo le parecía completamente divertido, pero ahora estaba más centrado en ver a su pequeño que a la pelirosa que pataleaba en sus brazos.

—¡Bájame, maldita sea!

Ignoró los gritos de Sakura y la cargó hasta el final de las escaleras, una vez arriba la bajó al suelo. Lisa lo miró con desdén y sin hacerse esperar le golpeó el estómago, Sasuke se dobló por la mitad sosteniendo su abdomen adolorido, pero cuando vio a Lisa correr lo siguió aún sin aire.

Agarró su brazo y Sakura intentó empujarlo, ambos terminaron enredados intentando avanzar por sobre el otro.

—¿Mami?

La voz dulce de un pequeño los hizo detenerse. Ambos miraron hacia al frente, un niño de hebras negras y mojadas se abrazaba a si mismo envuelto en una toalla de color azul, con dibujos de tiburones.

Apenas notaron la presencia de Charasuke, los dos se soltaron y enderezaron. —Mi amor, ¿Qué dijimos de salirte solo de la tina? — regañó Sakura acercándose a Charasuke y tomándolo en sus brazos, aunque su tono no era más que cariñoso.

Sasuke se mantuvo quieto, congelado y completamente impresionado, oyó la respuesta de Charasuke y miró como Sakura lo alzó en sus brazos y acarició su mejilla, pero todo lo sintió tan lejano e irreal, todo en lo que se podía centrar era en la pequeña figura que sonreía antes las caricias de Sakura. El niño frente a él era hermoso, su piel suave y blanca, sus ojos eran la copia exacta de los de Sasuke y su cabello era de un tono igual de azabache.

Era su viva imagen, y su garganta dolió por el nudo que se formó.

Estaba tan grande, habían sido tantos años que se perdió, tantas experiencias. No estuvo en la primera vez que nadó o escribió. No estuvo en su primer día de clases, ni en el Día del padre.

Simplemente no estuvo.

Y el corazón de Sasuke se rompió por ello, vivió sus últimos cinco años con el corazón roto y el alma perdida. Y ahora, frente a su hijo, se sintió sanado, su corazón volviendo a bombear con rapidez y sus manos picando por agarrar al hermoso pequeño y abrazarlo.

—Charasuke... — susurró, aun sintiendo todo tan irreal. Él realmente estaba aquí, realmente tenía a su hijo frente a él.

Charasuke pasó de mirar a Sakura a Sasuke, y la respiración de Sasuke se cortó. Por años añoró esa mirada, y podía deducir por la forma en que lo miraba, que Charasuke no sabía quién era, aquello le dolió más de lo que creyó, pero eso ya no importaba. Ahora estaba ahí y ya no se perdería ni un solo momento de su hijo.

—¿Se siente bien, señor? — le preguntó Charasuke y el llanto de Sasuke se incrementó.

Podia oir las burlas de Temari o Shikamaru en su cabeza, diciéndole nenita. Pero poco le importó, había encontrado a su hijo y lloraría mil mares si era necesario.

Sasuke asintió, sorbiendo su nariz. Antes de poder responder, Sakura habló. —Mi amor, vamos a vestirte. El señor está bien — dijo y caminó hacia una habitación.

Antes de entrar, se giró hacia Sasuke y todo lo que vio en los ojos de Sakura fue una combinación de lástima e ira.

—¿Quieres tomar una taza de café? — Sakura preguntó, desconcertando un poco a Sasuke. —Hay muchas cosas que debemos hablar, señor Uchiha.

A Sasuke le impresionó que Sakura supiera su apellido, aunque supuso que debía conocer información de él al haber adoptado a su hijo.

Sasuke asintió. —Me encantaría un café — aceptó, su tono trémulo por su llanto calmandose.

—Podría esperar en la sala, vestiré a mi hijo y entonces... arreglaremos esto.

Dijo y entró en la habitación.

______________________________________

•JAIL🌹+18 ||Sasusaku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora