Inesperado

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El azabache se encontraba junto a su amiga pelinegra en el patio, como de costumbre. Pasando el tiempo, esperando que acabara el receso.

- Dios Tomioka, ¿Cómo le vas a responder  'que te importa' al delegado?  - Soltó su amiga, casi hater -

- El que pregunta cuál es mi cumpleaños - Reprochó su amigo, no era asunto de ese chico cuando cumplía años - ni que me fuera a comprar algo.

- Tomioka, la profesora le ha pedido que registre los cumpleaños de todos, para así felicitarlos- Le aclaró -

- oh - Sorprendido, ni siquiera lo sabía y eso que estaba siempre en clase -

- Debes de prestar más atención, tonto - Regañaba la pelinegra - Además, deberías hablar más, deja de espantar a la gente.

- Pero...me da miedo - El oji-azul temía la idea de tener que entablar conversación con alguien más, le daba nervios. - Además, no necesito más amigos, te tengo a ti.

- Awww, ¡qué lindo! - Expresó la menor - Tu también eres mi único emo favorito - dijo aparentando los cachetes del contrario-

- Ya suelta, me duele - Se quejó el pelinegro por la reacción de su amiga de baja estatura

Su amigo si que podía poner cualquier excusa con tal de no hablar con nadie más, no le molesta que solo la tuviera a ella. Pero esperaba que, en algún momento, Giyuu tuviera la valentía de hablar con alguien, sin mandarlo a la mierda.

- Aún así, trata de conocer más persona, te puede ayudar en un futuro. - Habló -  Comienza a socializar más Tomioka, o sino, nadie te va a querer. - sentenció.

- ¿Y eso a mí qué? Además, nadie me odia kocho - Dijo con mirada sería, nadie lo podría odiar, ni siquiera hablaba.

- Claro que no - Kocho, agitó su manos - No es como si mandaras a la mierda a cada persona que te dirige la palabra. -

-  Pues también puro idiota, ¡uno hasta me quiso meter en un culto!

- Tomioka, eran estudiantes de religión - Habló Shinobu, no podía creerlo, ¿En qué burbuja vive su amigo que ni siquiera sabía lo que pasa en SU escuela? - Tenemos talleres EN NUESTRA ESCULA - Dijo, gritando lo último.

- Pues nadie me avisó - Dijo, sobándose los oídos - Bueno, tu no me avisaste...- Aclaró - Y deja de regañarme, ¿No ves que estoy chiquito? - Cuestionó, mientras pestañaba constantemente.

- Ya déjate de tonterías - Dijo, riendo al escuchar las voz forzada del azabache al decir aquello.

- Aunque técnicamente tu aquí eres la pequeña - Dijo, recibiendo una mirada furiosa por parte la pelinegra.

- ¿QUÉ ACABAS DE DECIR EMO ANTISOCIAL? - Gritó Kocho. -

- ¿Qué? Yo dije la verdad - Se encogió de hombros. Volvió a mirar a la chica, quien aún tenía la vena marcada. - Bueno, perdón...

- Más te vale no volver a decir eso por qué o sino, te voy a romper el puto cu-

- Disculpa- Shinobu fue interrumpida, por un chico alto, con su vestimenta poco arreglada al igual que su cabello platinado.

- Oh, Sanemi - La chica se acomodó en su asiento - ¿Necesitas algo?

- Si - Respondió rápidamente - Necesito que te vayas, quiero hablar algo con él. - Señalando al azabache, quién estaba inquieto con la ya presencia del intruso.

- Ara ara, Bueno, en ese caso me voy. - Habló la de mediana estatura. Pero antes se acercó a su compañero y le susurró - No la vayas a joder Tomioka, So-ci-a-li-za. -

•π•

- Y...¿De qué deseas hablar? - Preguntó, queriendo ya romper el silencio que se había formado desde que Kocho había dejado el lugar.

El peli plata caminó hacia el lugar del azabache, al llegar, se apegó más a el, quedando cara a cara. El azabache estaba atónito. ¿Acaso, le iba a dar un golpe?, para su sorpresa, Sanemi, tomo uno de sus mechones en sus grandes manos, enredando su cabello en sus dedos, luego, volvió a dirigir su mirada a Giyuu, se acercó más a él, casi rozando sus labios carnosos, esos labios que iban pigmento de un rojo difuminado. El mayor, con su pulgar, acarició en labio superior, poniendo nervioso al contrario.

- Espera...- Intento apartar al contrario, sin poder lograrlo. - ¿Qué sucede?...

- Me gustas

Soltó sin más su mayor, quien sin esperar reacción alguna, apresó en un beso rápido pero al mismo tiempo lento y apasionado al aún sorprendido muchacho.

- ¿Eh? - Fue lo único que salió de la boca de Tomioka.

- Me gustas y quiero seas mi novio - Volvió a repetir - Intentemoslo, por favor. - Pidió mirándolo a los ojos, esos ojos azules intensos, ojos que si mirabas atento podías ver el mar en ellos - Piénsalo, te lo volveré a proponer luego. - Y se fue.













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