En verdad te gusto

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El beso fue suave y lleno de ternura, un encuentro de labios que parecía detener el tiempo por un momento. Giyuu sintió una oleada de emociones recorriendo su cuerpo mientras se dejaba llevar por el momento, sus labios moviéndose en perfecta sincronía con los de Sanemi.

Cuando se separaron, Giyuu miró a Sanemi con los ojos brillantes de emoción y asombro. Era la primera vez que experimentaba algo así, y la sensación era abrumadora pero maravillosa al mismo tiempo.

- Lo siento, no pude resistirme -  dijo Sanemi con una sonrisa torpe, sus mejillas coloreadas por la vergüenza pero sus ojos llenos de sinceridad.Giyuu respondió con una sonrisa igualmente tímida.

 - No tienes que disculparte....- Los dos se quedaron allí, mirándose el uno al otro con una mezcla de felicidad y nerviosismo. 

- Entonces, ¿Me das una oportunidad? - preguntó el de pelo gris, con sus ojos buscando los de el azabache en busca de respuestas. 

- Pues...si en verdad te gusto - empezó a hablar, mientras acunaba en la palma de sus manos lo dedos casi sudoroso -por el nerviosismo- de Sanemi. - No veo el porque no intentarlo

Sanemi sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral ante esas palabras, una sensación de alegría y alivio inundando su corazón. Había pasado tanto tiempo reteniendo sus sentimientos hacia aquel joven, y ahora estaba junto a él.

- ¿Lo dices en serio? - preguntó, no estaba seguro de que fuera la realidad, tal vez estaba soñando, no podía creerlo.

- Claro...solo recuerdame el porque te gusto cada día - dijo acercándose más el azabache al contrario - 

- ¿Por qué? - cuestionó mirando sus ojos azules, tan oscuros y profundos. "Porque temo que si no lo dices, todo se desvanecerá"

Sanemi le dió una cálida sonrisa, sabía como se sentía, rozó su pulgar en el suave cachete del azabache, quien lo miraba fijamente, como si quisiera decifrar lo que realmente sentía el otro. - Te prometo que esto no es un sueño y que mi corazón es tuyo - habló - Te diré cuán enamorado estoy de tí cada día, el resto de mi vida. -  Giyuu lo miro, ese azul brillante, como faros alumbrando. - 

- Haces que mi corazón se altere y se agité demás con cada palabra que sale de tu boca - respondió - Se siente bien, el que seas tú quien me hace sentir así.

- Que suerte la mia - dijo besando la frente del más bajo -  

Y con esas últimas palabras, se fundieron es un sueve pero intenso beso, sabiendo que habían encontrado algo especial en el otro. Ahora, con sus corazones alineados y sus deseos compartidos. Podían ser felices. Juntos




FIN

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