Capitulo 11 > Que seas feliz

807 61 11
                                    

Con torpeza Valeria se enderezo para quitarle el vestido por la cabeza y así descubrir el perfecto cuerpo de su esposa justo como lo recordaba.

-Dios eres preciosa - susurró sobre su piel, besando desde el ombligo hasta su cuello haciendo que la pelinegra se retorciera debajo de ella - En verdad que eres preciosa - volvió a decir jadeante en tanto su mirada se clavo con la de Yuri. Esa noche después de varios meses pudo volver a recorrer su cuerpo entero con sus manos, labios y lengua. Esa noche quizo grabarse el sabor y textura de su piel en sus manos, mente y boca.

-Quiero verte... también - llena fe excitación dijo Yuri entre besos.

La castaña la obedeció como siempre lo hacía, así que primero se deshizo del grueso abrigo y blusa, seguido por los jeans y así quedar con el hermoso juego de ropa interior de color negro.

-Tu también eres preciosa - Yuri le dijo pasando sus manos por su espalda.

Al igual que Valeria lo hizo, Yuri la miró con adoración, sus ojos brillaban al mirarla desnuda solo para ella, sus manos temblaron levemente al acariciar su piel que para ese momento ardía en deseo.
Después de unos segundos admirándola, con agilidad hizo que ambas cambiaran de posición, ahora Yuri estaba a horcajadas sobre Valeria besando, chupando y mordiendo su cuello y hombros, dejando pequeñas marcas por donde pasaba su boca, en tanto la castaña acariciaba sus muslos y espalda, algunas veces arañandola sin que la pelinegra le importará.

-Ya... basta - Valeria le robo un beso rápido antes de tomar su rostro - Dije que serias mía así que no toques más - sonrió pasando la lengua por su barbilla.

-Pero quiero hacerlo primero - Yuri habló sobre ella con el cabello cayendo a sus lados - Quiero hacerte mía primero - intentó besarla pero...

-No - Valeria la giró quedando sobre ella otra vez como al principio.

-Oye - reclamó Yuri.

-No hables más - con un beso húmedo la cayó ya posicionándose entre sus piernas. El primer paso era deshacerse de aquel molestó sostén, con rapidez se lo quitó para después atacar sus perfectos pechos que encajaban a la perfección en la palma de sus manos y boca - Mmm - dijo chupando uno de ellos - Sabes muy bien ¿lo sabias? - sobre sus pezones habló mientras Yuri se arqueaba de deseo tomando sus cabellos entre sus dedos - Eres perfecta - ambas se miraron.

Sin quitar la mirada de sus ojos negros dibujo una línea de besos desde sus pechos, pasando por su ombligo y finalmente llegando sobre la tela de su ropa interior. Dejando un último beso ahí se colocó de rodillas para poder quitar aquella prenda que iba a obtener su misión. La misión era hacerla suya esa noche.

Con la ayuda de la pelinegra aquella disminuta prenda cayó al piso y con mucha delicadeza Valeria tomó su pierna izquierda levantándola hasta la altura de su hombro para besar despacio y suave desde su tobillo hasta su ingle, deteniéndose ahí.

-¿Estás segura de esto? - preguntó a Yuri quien estaba sostenida sobre sus codos y la cabeza echada hacia atras con el cabello cayendo como cascada sobre su espalda.

-Hazme tuya, por favor - rogó mordiéndose el labio inferior sin mirarla - Hazlo ya - levantó la mirada hacia ella, su cuerpo estaba en llamas a punto de explotar en excitación.

Sin más que hablar, Valeria se inclinó entres sus piernas para tomar posesión de lo que un día le perteneció solo a ella y a nadie más.

Valeria sabía como hacerle el amor, como y donde tocarla, sabía lo que a su esposa más le gustaba que le hicieran. Conocía perfectamente los lugares exactos para hacerla venir y así lo hizo... en pocos minutos Yuri con una capa de sudor bañando su cuerpo tembló al alcanzar un orgasmo intenso que solo Valeria podía causarle y ella lo sabía, se vino y lo primero que hizo fue gemir por todo lo alto el nombre de su esposa. Valeria pudo observar la manera en la que Yuri se derrumbó de placer en esa cama y con una sonrisa de satisfacción se arrastró sobre su cuerpo dejando un rastro de besos hasta llegar a su boca donde la beso alocadamente, mezclando los fluidos de la pelinegra entre sus bocas y sin darle descanso invadió de nuevo su cuerpo pero esta vez con sus dedos.

7 días Yuleria 🖤💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora