Capítulo 4

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Eran las... Sinceramente no sé, perdí la noción del tiempo,  mi mente no paraba de pensar en una sola cosa, lo cual me hace confundir, ¿Por qué pensaría en eso? La respuesta es simple, siento algo por la bestia, siento algo por Gun... Es es raro de explicar, no sabría decirlo pero me gusta y no puedo parar de pensar en que me gusta, quiero sentir sus labios en los míos, quiero que sus grandes manos sujeten mi cintura, y por alguna extraña razón en mi mente solo corre imágenes de la novia del Titán, porque Gun es tan grande como él.

Al parecer Gun me notó muy pensativo "¿Sucede algo ojitos diferentes?" no pude negarlo, se me notaba.

"Gun... Quiero que me beses" me quedé callado, es algo muy raro, una bestia como él con un humano como yo... Y teniendo en cuenta las diferencias muy notorias de altura y físico, supongo que su miembro es eno... ¿¡EN QUÉ DEMONIOS ESTOY PENSANDO!?

Solo pasaron unos segundos desde que la bestia se acercó a mí, me miró fijamente, yo tragué saliva.

Sus labios tocaron los míos y se unieron en un beso. Al principio fui muy torpe, al igual que él, pero en cuestión de unos segundos el beso era más experimentado, mis manos se quedaron en sus fuertes brazos y sus manos bajaban a mi cintura. Me sentía en el paraíso del mismo infierno, sé que lo que estoy haciendo no está bien, pero se siente genial.

El beso aumentó con su intensidad, pero de una manera significativa, su lengua entró a mi boca y acercó más mi cuerpo al suyo. De alguna manera que no sé terminé sentado arriba suyo. Dejó de besarme en los labios y prosiguió a besarme mejilla hasta bajar a mi cuello, allí él me besó, lamió y chupeteó mi cuello, haciendo que pequeños, medio silenciosos ruidos salgan de mi boca, que al parecer lo excitaban más,  ya que sentí algo duro en mis piernas, se sentía genial, era enorme, se sentía enorme. De pronto se despegó de mí

"Andrés, lo siento pero, como notarás quiero más, no solo quiero darte besos" eso erizó mi piel, no sabía que decir, la calentura del momento está rogando por seguir, pero mi lado coherente que no sé cómo sigue ahí, dice que es mala idea, por varias razones, la primera y principal, es que ese tamaño va a destrozarme.

Pero una vez más la tentación me ganó.

Me saqué la parte superior de mi ropa, lo cual hizo que sus ojos brillarán, con lujuria, y ganas de probar más. Sus besos retomaron camino por donde lo dejaron, fueron bajando hasta llegar a mi pecho.

"Ojitos diferentes, si esto te disgusta dime, puedo parar, pero hazlo antes de que pueda el control. Esto puede terminar mal para ti" dicho esto hice un gesto que hizo que continuara.

Aunque no fue por mucho, ya que justo se escuchó unas personas cerca, gritando mi nombre, ¿No se rindieron? Demonios. La bestia se alertó, pero al mismo tiempo no.

En susurros dijo que lo más probable es que se alejen en cuanto escuchen a dos personas teniendo relaciones, aunque lo más probable es que lo haya dicho solo para continuar.

Y sí, esta vez le hice caso a mi lado coherente.

"Gun, hay que huir. No quiero que te atrapen y mucho menos alejarme de ti." El entendió, gracias al cielo y allí fue cuando con cautela agarró comida, ropa, productos de higiene, me agarró en brazos y salió por la puerta trasera.

No recuerdo en qué moment me quedé dormido, pero ya no estábamos en la cabaña, ahora era una casa, o algo así, pero en las ventanas se veían rocas, debe ser algún escondite, como en la película de Enredados.

"Andrés, despertaste" Dijo con una sonrisa. Pero, se sentía diferente....

La bestia del puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora