06

635 66 126
                                    

Estuviste callada todo el rato en el que caminabas junto con Michikatsu, no decías nada, literalmente, y él a veces solo te miraba de reojo notando tu actitud desanimada y pensativa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estuviste callada todo el rato en el que caminabas junto con Michikatsu, no decías nada, literalmente, y él a veces solo te miraba de reojo notando tu actitud desanimada y pensativa.

Me disculpó. — En un momento inesperado comentó, tú lo miraste confundida.

¿Eh? ¿De que habla? — Preguntaste, este continuo caminando sin mirarte, te diste cuenta que parecía.... Molesto al parecer.

Ya te lo dije, me disculpó. — Mantuvo su mirada al frente. — Tienes razón, no debí tirar el almuerzo que me trajiste, estaba molesto, ¿está bien? Solo... ignora qué pasó.

<<Si, claro... se me va a dificultar bastante olvidarlo para su información...>> — Dirigiste tu atención de nuevo hacia el frente y una vena se remarcó en tu rostro. — Está bien, no se preocupe.

Fingiste una sonrisa, el mayor te volteo a ver, notando al segundo que era una falsa, pero no te reclamaría, después de todo, estaba consciente que era su culpa, sabía que con un "me disculpó" no solucionaría nada.

[••••]

De nuevo, el silencio incómodo gobernaba en aquel escenario, en el que tú mirabas hacia la ventana evitando contacto visual con Michikatsu, y este miraba la mesa tratando de pensar en un tema de conversación.

Habían llegado al restaurante y lo único que hicieron fue sentarse, sentiste tu pierna temblar por debajo de la mesa y una sensación de incomodidad se hizo presente.

Lo miraste, tomaste valor para después hablar, después de todo, tú madre te había ordenado eso y no tenías la intención de decepcionarla.

Entonces.... ¿Desde cuando eres así de lindo?- no! No! Digo... — Lo que habías dicho lo habías soltado a lo loco, y al darte cuenta de lo que dijiste rápidamente trataste de cambiar de tema avergonzada. — Lo siento, me equivoqué... quise preguntar... ¿desde cuando eres el jefe en tu empresa? Si... eso...

En cambio, el mayor alzó levemente sus cejas ante tu pregunta, sintiendo una sensación extraña de ardor creciendo en su pecho, de tan solo sentir su mirada extrañada sobre ti ya te daban ganas de salir corriendo de ahí.

Que rara manera de equivocarse... — Tu vergüenza crecía más cada segundo, el pelinegro suspiro antes de extender su mano sobre la mesa. — Desde que cumplí los 18, mi padre me dio su puesto de jefe. Y de la otra pregunta, supongo que desde que nací.

Seguido de eso, en sus adentros sonrió con malicia, estaba consciente de que te equivocaste pero no pudo evitar responder como si quisiera provocarte, o algo parecido, algo que logró pues pusiste los ojos en blanco.

<<Si, como no, tu hermano está más guapo...>> — Torciste los ojos con molestia algo que él noto.

Tampoco es para que te molestes. — Te miró de arriba a abajo de una manera que te causo nervios y escalofríos. — Mírate, estas tan linda también.

Máquina de dinero | Michikatsu Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora