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Miedo. Era lo que sentía Evan. Sentía ese miedo al hablar o interactuar con alguien que no fuera su único amigo "Fredbear" un Muñeco hecho por su padre para poder ayudarlo a estar más seguro de si mismo.

Algo que no ayudo en nada, puesto que lo único que lograron fue que pareciera un loco hablando solo con su Muñeco de felpa.

Decepción. Si, Decepción era lo que sentia William al ver como tenía un hijo así. Tampoco era que le importaba tanto. Con tal que no haga un escándalo en lugares públicos está bien.

Difícil.

Hoy Evan decidió vencer ese miedo que tenía, iba a ir a lo grande. Tenía que hacerlo para vencerse así mismo. Para poder superar su miedo.

Estando solo en su habitación, con su único y mejor amigo decide dar un paso para lograr su cometido.

Da un suspiro para luego mirar a su amigo y luego sonreírle a este. Lo deja en un lado se la cama,  mira en dirección hacia la puerta de su cuarto. Da otro suspiro para poder relajarse más y sin pretextos sale de su habitación.

Mira por los pasillos. Ve que no hay nadie en casa, como si él fuera la última y única persona que habita el mundo, o tal vez estén en sus respectivas habitaciones. Sin hacer ningún ruido cierra la puerta atrás suyo y se pone a andar en dirección a la puerta no tan lejos de él.

Ya estaba poniéndose nervioso. ¿Y si no estaba en su habitación? No, Evan te estás poniendo nervioso. O peor aún ¿si está en su habitación y lo comienza a regañar por interrumpirlo en sus cosas? Que no, Evan solo es tú imaginación. ¿¡Y SI SE ENFADA CON ÉL POR TOCAR SU PUERTA E INTENTAR MALGASTAR SU PRECIADO TIEMPO!?

¡¡NO PUEDO HACERLO!!

Evan mirando fijamente la puerta de la habitación decide volver a la suya.

No podía hacerlo, no tenía las agallas para hacerlo. Sentía esa opricion en su pecho al sobre pensar las cosas, como si hubiera corrido de un asesino y lo estuviera perdiendo de vista mientras descansaba su respiración para no agobiarse.

Sentía miedo. Nunca le gusto esa sensación.

Pero sin previo aviso la puerta de la habitación se abre mostrando al dueño de esta.

Michael al querer salir por algo de beber se encuentra con su hermano parado en su puerta temblando como gelatina por su mera presencia. Este al saber el problema que tenía el menor intenta saludarlo para hacer una conversación con él.

— hey, Evan...¿todo bien? — pregunto mientras miraba al nombrado.

Evan solo lo queda viendo mientras temblaba por lo nervioso que tenia.

"Michael se enojo"

era lo que pensaba.

"Seguro que quiere saber por qué estoy en su puerta. Por qué le estoy haciendo perder el tiempo"

Esos pensamientos lo hacien estremecer.

Ansiedad. Ese era otro problema que tenía. No podía ni hablar con su propio hermano, por ese miedo que sentia al ser jusgado o rechazado, no podía nisiquiera mirarlo a la cara.

Sin pronunciar una palabra, comienza a tronarce los dedos el uno a los otros. Michael podía escuchar los huesos que se tronaban entre sin de las manos de su hermano. Como si fueran ramas de árboles secos. Cosa que lo puso tenso, al saber que a su hermano le estaba agarrando el pánico lo ponia nervioso por no saber que hacer por él.

— y-yo....— Evan intentaba que no le agarrara los nervios, cosa que le resultaba muy difícil. Era tan frustrante estar cerca de alguien. — h-hola.

— hola..— respondio Michael mientras miraba a otra direccion. La verdad le incomodaba hacer esto, pero su padre le decía que tenia que hacerlo para ayudar con el problema de comunicación que su hermano tenia consigo. — ¿todo en order?

— c-como estuvo tu día..— fue lo que dijo Evan mientras se tensaba más, ya no tenía huesos que tronar. Aparte al notar la incomodidad del presente lo hacía perder la cabeza. Pensando en las cosas malas que hizo para no tener una buena conversación con él.

— estaba bien...—

Evan solo haciente con la cabeza mientras que sin decir nada vuelve en dirección a su habitación, dejando el pasillo de la casa en un silencio, como si otra vez no ubiera nadie mas que él en la tierra.

Asegura la puerta con seguro mientras que mira la perilla de esta. En un completo silencio mira en dirección a la cama mostrando a su amigo de felpa que lo espera desde el momento que se fue. Mientras lagrimas salian de sus ojos se iba acercando a su amigo para atraparlo en un abrazo con presión. Llorando en silencio mientras cerraba los ojos con fuerza.

¿Por que le era tan difícil comunicarse con alguien más? Nisiquiera con su propio hermano podía hablar. Era tan frustrante, tan agobiante, tan molesto, tan...

Cobarde.

...

Michael solo va en dirección hacia la cocina mientras que busca en la heladera algo de beber. Él también quisiera ayudarlo, pero no podía, no sabia como hacerlo.

Pero a la vez no quería meterse en líos, sabía que sería un trabajo difícil para poder ayudarlo. Puesto que si Apenas le decía algo Evan se pondría tan nervioso que comenzaría a llorar. Le frustraba, no era muy paciente como lo era su padre.

— gran intento de ayudar...— eso hizo a Michael mirar en dirección a la voz. Mostrando a su padre que recién llegaba a la cocina, tal vez recién saliendo del sótano.

— ¿que? — pregunto el adolescente mientras miraba como su padre se sentaba con un periódico en mano.

— no. Nada hijo — sin decir nada William saca un rollo de dinero de su volcillo, dejando sorprendido a Michael. — tómalo — hablo el hombre refiriéndose a Michael.

— y esto...—

— es para que le pongas más empeño a tu hermano. Quiero que hable normal aunque sea contigo. Entiende que es difícil para él empezar una charla. Iniciala tú, y con mucho más interés. — Era una propuesta...o mas bien una orden, con algo extra. Podría jurar que había más de mil dólares en ese fajo de dinero. Sin decir nada lo agarra para guardarlo en su volcillo.

— si, voy a intentar hablar con él..—

— no quiero que intentes. Quiero que lo hagas. Si en una semana no hay resultados olvídate de tus salidas con tus amigos los vagabundos. Largo —

Michael solo aciente con la cabeza mientras que se retira del lugar. No hay que contradecir a su padre.

Nunca.

Ansiedad Social Donde viven las historias. Descúbrelo ahora