2

139 14 1
                                    

Miedo. Odia eso, sentir esa sensación de miedo le hacia perder la cabeza.

No podía sentir otra cosa que miedo. Quisiera ser normal, pero le era muy difícil y algo imposible en su caso.

Estaba en su habitación recostado en su cama, abrazando a su amigo mientras que miraba el techo, como si fuera la cosa más entretenida del mundo, como si fuera una televisión mostrando sus caricaturas favoritos.

Hablando de caricaturas, a estas horas daba los picapiedra, recuerda que miraba eso con su hermana. ¿Que abra pasado con ella?

Lo abandono. Al igual que su madre lo hizo, las dos lo abandonaron. O tal vez sólo se perdieron. Hoy en estos día la gente se pierde, hay carteles de niños desaparecidos en los postes de luz, paredes de tiendas y hasta en el local de su padre.

Carteles que en los cuales salía su hermana desaparecida.

Ahora tenía otra fobia. Salir afuera y que se pierda, probablemente lo secuestren. Eso no sería nada bueno, los secuestradores hacen cosas malas.

No sabe como pero esta bajando las escaleras. Ve que en la sala no hay nadie, tal vez todos se fueron.

Dejándolo solo. Como siempre.

Solo agarra el control remoto y enciende la televisión, pone el canal donde esta transmitiendo la caricatura y se sienta en el sofá. Por un momento se olvidó de todo a su alrededor, parecía un niño pequeño disfrutando de las caricaturas con normalidad, mientras que en algunas partes de la serie (los picapierdra) mostraban momentos chistoso asiendo sacar sonrisas del niño, otras veces pequeñas carcajadas.

No se sentía frustrando, sentía esa aura de seguridad y tranquilidad en el momento, mientras abrazaba a su amigo, sentado con toda la comodidad del mundo en el sillón, por fin se sentia que estaba en su casa.

Michael había regresado de su salida al centro comercial. Desde que su madre se había ido de la casa él era el encargado de hacer los claseres del hogar. Entro con normalidad a la vivienda junto con las bolsas en mano. Ve a su hermano en la sala disfrutando de la televisión, lo deja de largo para dirigirse hasta la cocina y dejar las cosas en la mesa. Despejando un poco su mente.

Espera. ¿Acaba de ver a Evan sonreír?

Sin comprenderlo bien, vuelve a la sala quedándose solo en la puerta de esta donde se podía presenciar al niño delante suyo mirando la televisión alegremente. Parecía que estaba en su propio mundo, no había notado su presencia al llegar a Casa. Estaba feliz por él, nunca lo había visto sonreír. Tampoco creyo posible que Evan sonriera. Era muy bonita la forma que lo hacía, parecía muy bonito como se ponía su carita con sus labios formando esa animada sonrisa.

Decide no molestarlo. Alejándose del lugar en dirección a su habitación, estando más tranquilo al saber que Evan no estába en pánico.

...

Unas horas pasaron las caricaturas cambiaron a otras, que también le encantaba. Mikey Mouse era una muy buena. Le gustaba los escenarios, la animación, los personajes, especialmente cuando estaba el pato  Donald.

— Evan...—

— ¿si Fredbear? — pregunto mientras su atención se lo llevaba la televisión.

— ¿donde esta tu hermano? — pregunto el muñeco. En sus ojos se podrían presenciar que eran dedicados para Evan, sus pupilas se dirigían hacia él mientras que el niño sin prestarle mucha atención seguía en su mundo.

— no lo se Fredbear, tal vez salio con sus amigos —

— Evan...ya es tarde, puedes fijarte si tu hermano esta en casa—

Ansiedad Social Donde viven las historias. Descúbrelo ahora