La ventana entre dos mundos

Detrás de la soledad encontrada...

Rodeado me encuentro en mi camino
De personas alegres y molestas,
Pues, entre sus ocupaciones distingo
Aquella caotica y modesta.

Tan largo o corto se ha vuelto el camino,
Que en este caos de compromisos
Surje la duda de mi compañera de navío,
De aquella persona que cambia el rumbo de mi destino.

Aunque en duda pongo que exista;
Con una sonrisa y sin riquezas
Cierta es la desdicha
que la situación es más sencillamente compleja.

De los que incontables pasos
Me detengo pensando,
¿En quien sujetará las cuerdas
mientras tomo el timón de esta tormenta...?

Aunque desde lo lejano islas se presentan
Dudoso me encuentro si este marino
Volvió a ser tan fuerte como el roble,
O como el mar tan respetado y amado que el cielo se volvió su guia en el destinó.

Aún destrozado me encuentro
De valientes luchas contra las corrientes,
Como el corazón perdido palpitando como soledad presenció los peores presentes.

Fallidos intentos de acercarme a las tierras inexploradas
Termino volviendo al mismo "desierto",
Las heridas hacen volver los recuerdos
De aquellas vidas podían ser desahogadas.

Esfuerzos por el miedo invaden en cada momento
Que la paz toca las heridas saladas
De pasados tan profundos como el océano de mis lamentos,
De ataques tan fugazes como los rayos que queman mis llagas.

Difícil olvido aquellas noches de dulzura y cariño
Donde el cielo y el mar presenciaban contentos
Los bailes y momentos vividos
Que ahora queman como lanzas al fuego vivo.

Consciente soy de que al cielo suplico
Y por ello las tormentas han sido pan de cada día,
Temiendo la desolación valiente me forjó
Siguiendo mi sendero, esperando aquella estrella en mi guía
Y juntos navegar imparables pronto.

Un día dejando el barco
Para encontrar aquella flor entre el pantano de ruido y destruido,
Tal vez, En un futuro crear un gran mundo
Donde ambos ante la adversidad
Luchemos como uno ante el peso que cargo.