🩷❤️🖤TERCERA PARTE DE ETÉREO🖤❤️🩷
Peter tiene muchos problemas. Inseguridades, falta de comunicación y demasiada carga entre las clases de la universidad y el Club de Magia. Pero hay uno que destaca sobre todos los demás: No sabe dónde se encuentr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Alguien me escucha! ¡Por favor, necesito ayuda!
Tras varios intentos infructuosos caí en la cama, agotada. Había pasado por varias fases durante mi cautiverio. En algunos momentos, la tristeza me invadía y solo podía llorar hasta caer dormida. En otros, estaba tan enfurecida que me centraba en intentar recordar los pocos entrenamientos que había podido hacer y practicar con mi Don, aunque enseguida tenía que parar, pues la dieta tan pobre que estaba teniendo hacía que mi luz se agotase al momento.
Me encontraba en uno de tantos en los que intentaba llamar la atención gritos y golpes de cualquiera que pudiese escucharme. Sabía que no iba a servir para nada, pero estar tanto tiempo sola conmigo misma no me dejaba muchas opciones ni lucidez.
Lo peor de todo era no saber qué estaba pasando fuera. No tenía ni idea de si les había pasado algo a mis padres, a mi hermano, mis amigos. O a Peter, que ocupaba bastante tiempo en mi mente. La amenaza de Patrick Shein rondaba constantemente mi mente y agradecía que, al menos, todavía no me había dado opción a elegir qué hacer con su proposición.
No había vuelto a visitarme en estas horas desde nuestro encuentro. Estaba segura de que era una estrategia para dejarme pensar en lo que me había dicho. Tenía claro que no iba a rendirme sin luchar, que nunca sería capaz de rendirme ante su chantaje. Pero había momentos en los que tenía muchas ganas de rendirme, por el miedo que sentía a que les hiciese daño a mis padres o a Rob.
—Si al menos supiese algo —dije en voz alta, pues procuraba hacerlo de vez en cuando porque sentía que si no perdería la voz.
La persona que me había traído la comida horas atrás ignoró mis constantes ruegos y preguntas, por lo que no tenía contacto con nadie más. Quería que el tiempo pasase más rápido, aunque me daba miedo que podría esperarme cuando saliese de aquí. En ese momento, el coraje se había apoderado de mi cuerpo y estaba dispuesta a luchar hasta mis últimas fuerzas. Por mucho que el rugido de mis tripas dijese lo contrario.
Me levanté de la cama, decidida a entrenar con las pocas energías que me quedaban, cuando escuché unos gritos que provenían del pasillo. Una voz estridente, acompañada de pasos apresurados, me puso en guardia, hasta que me di cuenta de quién era.
La voz de Sonia Lovelane se me clavó en los oídos y comencé a tener una sensación contradictoria dentro de mí. Por un lado, estaba contenta de escuchar a alguien conocido y, por otro, seguía odiándola con casi todos los poros de mi cuerpo.
—Claro que puedo, lo estoy haciendo. —Ese era Lupin. Supe que estaban en la entrada.
—Cuando Patrick se enteré de esto, sufrirás las consecuencias.
—No creas, ha sido idea suya.
La puerta se abrió con demasiada fuerza, pero no bajé la guardia. Tenía varias bolas de luz blanca preparadas para lanzarlas hacia ellos e intentar salir corriendo. Levanté la mano para lanzarlas y, en el último instante, Lupin se dio cuenta de mis intenciones y utilizó a Sonia como escudo. Esta, al darse cuenta, compuso una expresión de terror que me hizo dudar, cosa que Lupin aprovechó para lanzarme una de sus luces azules. La fuerza con la que me impactó en el estómago hizo que retrocediese hasta la pared, llevando mis manos a la zona golpeada mientras intentaba aguantar el dolor.