❝Cada aliento que tomes❞

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Cuatro años atrás...

Enero. 02:32 am.

Ugh. Cuánto odiaba a ese idiota. Lo detestaba, en serio. Con su alma entera.

«Oh.. pero cuánto lo amaba.»

Por más que sonara extraño en su cabeza, sabía muy en su interior que odiar tanto a Chris era producto del inmenso amor que le tenía.

Era de madrugada, con la frescura propia del otoño. Hacía frío. La música retumbaba en los ventanales de aquella enorme casa, con las luces neón acompañando al pesado ambiente de humo de cigarrillos y el potente aroma a licor, sudor y sexo.

Una fiesta adolescente, por supuesto. Con los jóvenes amontonados en la sala de estar, bailando, toqueteándose y balanceándose a la par de sus parejas. Un baile sensual y juguetón, sin mayores preocupaciones.

Era un sábado como cualquier otro. Seungmin había asistido a una de las fiestas de su mejor amigo, Minho, a consecuencia de lo insistente que fue el pelinegro con su presencia allí.

"Tienes que aprender a divertirse sin él, ¡anímate!"

Y se animó. Se había puesto bonito. Muy, muy bonito. Con sus pantalones ajustados preferidos y un delicioso brillo de labios. Bebió de sus licores favoritos, rio con sus amigos e incluso bailó hasta que su frente se humedeció ligeramente con sudor.

El problema fue cuando llegó él. Tan caliente y guapo como siempre, con esa sonrisa juguetona y perversa, la chaqueta de mezclilla y el perfume tentador. Rodeado de sus amigos, esos que Seungmin siempre detestó, y robándose la atención de todos los presentes.

Como se había prometido hace unas semanas, Seungmin le ignoró por completo. Intentó seguir bailando, volver a beber, reír más alto. Sabía que los profundos ojos de su ex novio tallaban su espalda en cada segundo, siguiéndole a todos lados. Lo ignoró otra vez, aunque su corazón ardiera y su interior quemara.

Habían terminado. No quedaba nada por tratar, ¿por qué no lo dejaba en paz?

Llegado un cierto momento en la noche, Seungmin se alejó a la cocina junto a Minho por más bebidas. Su amigo trataba de distraerlo, de conversarle de todo lo posible, de que sonriera y no mirara jamás atrás. Y lo estaba logrando, hasta que..

Every breath you take

And every move you make

La intro de aquella canción de "The Police" bastó para que el corazón del castaño comenzara a agitarse en un fuego violento. Cuando Sting comenzó a cantar, decidió que era suficiente.

A pesar de los llamados y súplicas de Minho, Seungmin salió de la cocina con la respiración agitada y lágrimas en los ojos.

... Every night you stay

I'll be watching you

Corrió hasta la sala, agarró su abrigo y mochila con brusquedad de uno de los sillones, y salió de allí a empujones a toda prisa.

A largas zancadas se acercó hasta la puerta principal, huyendo de su amigo y de sus promesas, huyendo de esa canción y de todos los recuerdos en ella, huyendo de él.

Con torpeza, se puso el enorme abrigo y bajó los escalones del porche, ignorando a las personas fumando y bebiendo en el césped del antejardín. Ganó varias miradas curiosas por su nariz y mejillas rojas a causa del llanto que trataba de reprimir.

Incluso desde la calle, podía oír a la perfección aquella canción retumbar desde los ventanales de la casa.

Oh, can't you see?

"I Did Something Bad" ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora