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Para cualquier niño, jugar con piedras y un charco de agua medianamente grande era el entretenimiento perfecto, y Caelus no era la excepción en ese momento. Era adorable de ver cómo recogía las piedras de la orilla, las observaba buscando algo en su forma y color, y luego las arrojaba al charco de agua de lluvia, salpicando gotas y sonriendo por el curioso sonido que se formaba cuando la pequeña piedra se sumergía en el agua. Tenía tan solo 5 años, por supuesto que aquello era mucho más entretenido que sea lo que sea por lo que los adultos a su espalda discutían tan acaloradamente.

La verdad es que Caelus no tenía ni idea de quiénes eran ese par de adultos, jamás los había visto en su vida, pero hace un par de días, cuando jugaba en el campo de mariposas en Planicie Luz de Día, uno de ese raritos se le había acercado y ofrecido conocer un lugar genial donde podría jugar con otros niños a un juego llamado La Sombra. Caelus no había querido realmente irse con ese señor, pero este no le dió alternativa, simplemente lo tomó de la mano y lo arrastró a través de Planicie hacia una localización un tanto inexplorada para el pequeño zorro: Bosque Escondido. Tal vez debió haber mordido al señor, consideró Caelus, pero podía recordar claramente cómo los skykids se molestaban cada vez que él mordía, gruñía, siseaba o arañaba, y decían cosas que, aunque no las entendía del todo, sabía que eran hirientes, por lo que Caelus prefería evitar los conflictos con aquellos tan diferentes de su especie.

Aún si el conflicto podía liberarlo de una situación en la que no quería estar... realmente prefería ahorrarse el maltrato. Además, no estaba tan mal aquí, aquel par de adultos le habían dado de comer y lo trataban medianamente bien. No se sentía tan solo como antes.

Sin embargo, no entendía por qué el par discutía. Lograba captar algunas palabras como "ese niño" y "comprar", así como "no", "skytzal", "idiota", "cállate" y "¿qué hago ahora?", pero había dejado de intentar de entender y decidió que el charco era más interesante.

Mientras jugaba tranquilamente, la discusión entre aquellos dos continuaba.

- Se tiene que ser monumentalmente imbécil para no diferenciar a un skytzal de un skykid. ¿En qué carajos estabas pensando?

- ¡Ya te lo dije! Estaba solo y no hablaba con nadie, fue demasiado fácil traerlo ¿Cuál es el problema si es un skytzal o no? Es un mocoso sin padres que anden lloriqueando y molestando por buscarlo.

- Eso NO lo sabes ¿Cuándo has visto a un cachorro de skytzal completamente solo?

- ¡Pero-! ¡Tú...! Escucha...

El otro sujeto se acercó a señal del otro, ya que el primero había bajado la voz.

- Lo único por lo que me dices que ésto no va a funcionar es porque el niño es medio animal... literalmente. Yo lo que veo es una oportunidad. Sabes que en este negocio no nos ha ido muy bien últimamente, este mocoso podría ser lo que nos saque la patas del barro por una temporada, al menos. Llamemos a Carmín y vendamos al chamaco. Si no funciona, intentamos con Pierce.

A la mención de aquel nombre, el segundo sujeto arrugó el rostro en una expresión de asco y duda.

- ¿Mantienes contacto con ese loco?

- Sí, y si Carmín no nos compra la mercancía esta vez, ten por seguro que Pierce lo hará. Incluso podríamos subirle el precio.

- Por supuesto... sólo esperaba no tener que caer tan bajo.

- ... secuestramos y vendemos niños ¿Eso no es caer bajo?

- Ehh...

Las cosas parecían haberse calmado un poco entre esos dos, pensó Caelus cuando volteó a mirarlos. Ahora susurraban entre ellos, parecían estar planificando algo. Luego de algunos minutos, uno de los sujetos de le acercó. Era el mismo que lo había traído hasta este lugar tan recóndito en Bosque Escondido.

- Hola, pequeño ¿Listo para partir?

Caelus lo miró largo rato sin responder. Se le hacía incómodo ver lo fácil que era para los adultos cambiar de expresión facial y tono de voz tan rápidamente. Al final, como no sabía qué palabras intentar decir, se limitó a asentir con la cabeza. El sujeto lo tomó de la mano nuevamente y lo llevó a otro sitio, siendo acompañado por el otro algunos pasos más atrás.

La lluvia caía con un suave murmullo agradable al oído, pero al final seguía siendo lluvia, por lo que pronto había un paraguas sobre sus cabezas.

Caminaban entre las raíces de un enorme árbol. Caelus estaba más centrado en detallar el paisaje, distraído por las aves volando en lo alto, los blancos troncos de los árboles y los grandes pozos de agua formándose en el suelo, entre las raíces y piedras, mientras la lluvia caía serena y constante. Las gotas golpeteando el paraguas era también un sonido interesante y agradable que hizo voltear la vista a Caelus, mirando el agua correr por la superficie del paraguas y caer por los bordes. Eran detalles tan minúsculos pero que por algún motivo le causaban plenitud y dicha de encontrar y reconocer. Era tan cautivante.

Pronto la atención de Caelus fue traída de vuelta a la realidad. Saltaron una raíz medianamente grande, se adentraron en un enorme agujero en el tronco de un aún más grande árbol, y se sentaron en el centro, esperando por algo.

Ese algo aparecería horas después como la figura de una skykid alta, una capa negra de tela gruesa y una máscara de zorro cubriendo su rostro.

- ¡Carmín!

La recién llegada no respondió con la misma energía, y aunque no se podía ver la expresión de su rostro, la energía que desprendía era de carácter fuerte y serio, cosa que intimidó un poco a Caelus.

- Caballeros. -saludó con simpleza y su atención se redirigió hacia el pequeño skytzal.- ¿Esto es todo lo que pudieron conseguir?

Había cierto tono sutil de decepción, hecho que se hizo más evidente con sus siguientes palabras:

- Está pequeño y delgado ¿De dónde lo han sacado?

Los dos sujetos se miraron entre sí, algo nerviosos.

- Lo sentimos, Carmín... han aumentado las patrullas y vigilancias recientemente. Ya no es tan sencillo como antes.

- Lógicamente. -concedió con voz clara, para luego agregar con dureza- Debieron haberlo esperado. Los creí más astutos.

Carmín volvió a mirar al pequeño skytzal y Caelus devolvió la mirada. Tras un breve silencio, la decisión fue tomada.

- Vienes conmigo.

Carmín había decidido comprar al skytzal, para la alegría del par de secuestradores. Unas cuantas formalidades, un rápido intercambio de recursos, y unos minutos más tarde, Caelus era llevado de la mano por aquella skykid, rumbo hacia lo desconocido para el pequeño.

Brujo de Alas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora