Capítulo 30

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Le Han corrió enojado al dormitorio. Qiao Rui estaba en YY. Al verlo regresar, preguntó: "¿Te llamó el hermano Qi?"

Le Han miró su teléfono móvil, encontró una llamada perdida de un número que no conocía y dijo: "Sí".

Luego dejó el teléfono y fue al baño.

Qiao Rui: "..." ¿Qué significa 'hizo'?

Le Han tenía la cara seria y se fue a la cama después de un simple lavado. Durante ese tiempo, Qiao Rui dijo que después de que Le Han dejó el dormitorio, Qi Xun lo llamó y quería disculparse con Le Han. Le Han respondió, pero no sabía si había escuchado. Qiao Rui lo miró preocupado pero tampoco lo molestó.

Por la noche, Le Han era demasiado vago para moverse y quería pedir comida para llevar. Al final, Qiao Rui fue a la cantina para ayudarlo a cenar. Le Han se fue a dormir después de cenar, pero ya no pudo conciliar el sueño. Finalmente lo pensó, frunció los labios, se puso el casco e inició sesión en el juego.

Sin embargo, inició sesión en la cuenta de Daji.

Tan pronto como inició sesión, bloqueó los mensajes de su cuenta principal a través del panel de control.

An Ran Shen Shang estaba en línea y pronto le envió un mensaje: "La encantadora concubina imperial es grande; ¿Por qué estás en línea?

También llegó el mensaje del Príncipe Tang: "¡¡¡Daji!!!!!!"

Le Han ignoró este último y le preguntó a An Ran Shen Shang: "¿Qué estás haciendo ahora?"

An Ran Shen Shang: "Estoy junto con el Príncipe Tang, planeamos ayudar al ejército de Mu Meng a atacar la última ciudad ..."

Le Han: "... ¿Por qué estás con el Príncipe Tang otra vez..."

An Ran Shen Shang no respondió.

Le Han tampoco estaba de humor para explorar esto. Pensando que no tenía nada que hacer y quería desahogarse, dijo: "Entonces iré contigo. Envíame tu posición".

Esta vez, An Ran Shen Shang pronto envió la ubicación.

Le Han saltó y pronto llegó al campo de batalla.

La guerra de asedio ya estaba en marcha. El enemigo era el ejército de Qin. La figura ardiente de la princesa Qin volaba como una mariposa no muy lejos de Le Han. Siguiendo el principio de que la princesa Qin participó en la guerra por el bien de Mu Yi Cheng Zhou, Le Han miró con indiferencia. Mientras adivinaba que Mu Yi Cheng Zhou debería estar cerca, ¡de repente recibió un golpe en la espalda y cayó al suelo!

Mirando hacia atrás, el hombre apuesto e incomparable simplemente lo miró. Quedó atónito y luego dijo con frialdad: "Lo siento".

Le Han: "..."

¡Ahhhh, qué molestia!

Qi Xun había estado distraído en la batalla y no reaccionó mucho cuando vio a Daji. Ni siquiera estaba de humor para pensar en cómo apareció Daji aquí. Tomó su espada y continuó cortando a la gente.

Le Han apretó los dientes, se dio unas palmaditas en las rodillas y se puso de pie. Tan pronto como lo hizo, una persona se abalanzó sobre él.

Cuando el hombre vio claramente su apariencia, inmediatamente exclamó: "¡Daji, la ladyboy!"

Le Han sacó un látigo y dijo enojado: "¡Tú eres la ladyboy!"

El campo de batalla era muy caótico. No mucho después de que llegara Le Han, escuchó un grito distante: "Daji—tú—quédate—donde—tú—estás—yo—vendré—"

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