Brahms Heelshire x lectora

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Escritora original:

¡𝓐𝓭𝓿𝓮𝓻𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪! Somnofilia, +18

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¡𝓐𝓭𝓿𝓮𝓻𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪! Somnofilia, +18.

Brahms estaba firmemente presionado contra la pared, mirando fijamente a través de la pequeña mirilla que había creado en la pared

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Brahms estaba firmemente presionado contra la pared, mirando fijamente a través de la pequeña mirilla que había creado en la pared. Su respiración era superficial mientras pasaba su dolorida polla a través de sus pantalones, reprimiendo gemidos lastimeros mientras miraba tu forma dormida.

A veces, Brahms se preguntaba si sabías que le encantaba mirar a través de las paredes de la vieja casa y observarte dormir. Quizás por eso no llevabas nada más que una camiseta fina y bragas de encaje. Acostarse boca abajo con una pierna doblada le dio la vista perfecta de tu trasero y una mirada burlona a tu coño. Tu forma dormida prácticamente le estaba rogando que hiciera lo que quisiera contigo. Brahms estaba desesperado por tocarte de la manera que a menudo imaginaba, por explorar tu cuerpo y mostrarte exactamente a quién pertenecías.

Brahms acababa de empezar a desabrocharse el cinturón cuando dejaste escapar un suave gemido mientras dormías. Inmediatamente, sus ojos volvieron al pequeño agujero en la pared para mirarte una vez más. Sus uñas se clavaron en la madera del interior de la pared mientras te miraba con avidez. A través de la pared escuchó cómo las sábanas se movían mientras tú rodabas boca arriba.

"Mmmm, Brahms."

La forma en que gemías su nombre en sueños era pornográfica. Brahms pudo sentir que cualquier restricción que le quedaba se desmoronaba. Era obvio que estabas soñando con él, tan desesperada por él como él por ti. Tenía que tenerte.

Tan silenciosamente como pudo, Brahms se coló en tu habitación, con cuidado de no despertarte. No te habías movido desde que gemiste tan lindamente por él, así que estaba seguro de que todavía estabas profundamente dormida. Al principio simplemente se paró frente a ti, admirándote de cerca, pero no pasó mucho tiempo hasta que su dolorida polla le recordó por qué estaba en tu habitación.

Con cuidado, pasó su mano por tu muslo hasta la curva de tu trasero. Su toque fue ligero como una pluma como para no despertarte. Sin embargo, cuando no te inmutaste, se volvió más confiado. Esta vez su mano se deslizó ligeramente por tu costado, deslizándose debajo de tu camisa. Con mucho cuidado, amontonó el fino algodón hasta que tus pechos quedaron expuestos a él. Sin la fina barrera para mantenerlos calientes, tus pezones se endurecieron y también la polla de Brahms. Dejó escapar un pequeño gemido al verte expuesta a él, por suerte no despertaste.

𝒮𝓁𝒶𝓈𝒽𝑒𝓇𝓈 - 𝒪𝓃𝑒 𝒮𝒽𝑜𝓉𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora