Se fue... con ella todo lo bueno.

5 0 0
                                    

DEMON

Alcancé a Nessa poco antes de que se arrojara al vacío.

Sentí mi cuerpo retorcerse con un escalofrío intenso y violento pero fugaz que me recorrió como un relámpago de solo imaginarme por una fracción de segundo lo que habría encontrado si hubiera entrado en ese lugar un misero segundo después de cuando lo hice.

Una imagen breve de mi chiquita en el fondo del barranco, sobre un charco de sangre me impulsó y rodee a Vanessa con mis brazos por su cintura, la apreté lo más que pude a mi pecho para evitar que pudiera brincar o algo así.

- No mames, que estás haciendo chiquita, alejate de la orilla - le suplique

- Mi papá y mi tío están muertos, ya me lo dijo el negro. Quiero ver a mi papá y decirle que lo que le dije más temprano no es verdad !Que lo amo y no quiero que me deje sola! - me contestó Vanessa estallando en llanto. Yo entendía perfectamente porque estaba tan desconsolada.

- No te dejó sola, chiquita, estás conmigo. Además, tu papá sabe que lo amas mucho y él te ama más que a nada en este mundo - le dije para calmarla, mientras la giraba para poder ver sus ojos. Estaban ahogados en lágrimas y sentí un dolor en el pecho que me apretó la respiración.

Sin pensarlo, y para poder alejarla de la orilla sin discutir, la besé, lentamente, chupé sus labios como si fueran pedazos de caramelos, después introduje mi lengua curioseando dentro de su boca hasta que encontré su lengua.

Me dejé llevar por un momento mientras atraía a Nessa hacía el centro de la habitación, ella me siguió como hechizada sin separarse ni un centímetro de mi cuerpo; me sentí poderoso y enamorado.

Seguí besándola, puse una mano en su cadera para tratar de mantenerla quieta y con la otra tomé su rostro para poder besarla más cómodamente.

Por fin, después de varios años, me embriague un tanto con el sabor de Nessa. Podía sentir el fuerte sabor a frutas de su saliva deliciosa que se intensifica con el sabor dulce que persibe mi lengua al acariciar la parte interior de la de ella.

Percibí el sabor al whisky escocés que tanto le gusta, ese toque inconfundible a marihuana que siempre la acompaña; incluso cuando no tomaba alcohol, ella se la pasaba fumando la hierba.

Por un momento noté un sabor amargo, similar al sabor que me dejan siempre las pastillas de Clonazepam que todos los del barrio nos autorecetamos constantemente, era un sabor bien reconocido por mi gusto y sentirlo en la boca de Vanessa me sacó de mi ensueño.

- Tenemos que irnos de aquí, chiquita - dije apresuradamente, tratando de llevármela de ese lugar cuánto antes.

Varias preguntas giraban en mi cabeza ¿Se la habría dado el Dizz? ¿De dónde la podría haber conseguido? ¿Acaso estaba en lo cierto siquiera? ¿Y si no estaba equivocado, desde cuándo era que Nessa consumía clonas?

Todas esas preguntas me distrajeron, Nessa se zafo de entre mis brazos.

- No pienso ir, no quiero, no puedo, no soy tan fuerte nene. Se me va a partir el corazón con toda esa gente que irá a despedirlos - las lágrimas de Nessa volvieron a caer intensamente.

Nos enfrascamos en una discusión corta de si y no, yo quería llevármela, ella se rehusaba a irse. Argumenté que era peligroso estar ahí, pues no sabíamos las intenciones de su familia y Nessa contestó algo que me puso a pensar.

- No me importa morir, así podría ver a mis seres amados otra vez - contestó decidida y sentí que el corazón se me detenía por un momento.

- No hables así chiquita por favor, no digas eso, ¿no me dejarías aquí solo o si? - contesté dando mi último intento por convencerla.

Entre Amor y Otros Vicios...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora