⚡Importante: En esta historia se tocan muchos temas políticos, de revolución, de conquista y guerras. Nada de lo aquí escrito refleja mi opinión sobre absolutamente nada, ni ningún deseo personal sobre los países que llegaré a mencionar en esta historia, todo es desde la opinión de Harry, y si alguno de estos temas te incomoda, no leas la historia. Besitos. <3
Capítulo 2:
EL DRAGÓN Y SU TESORO
2 de agosto de 1997
Sábado
Hoy es el segundo día que estoy encerrado en mi habitación, porque al parecer muchos miembros de La Familia no están de acuerdo con el plan que inteligentemente tracé, y papá y mamá —y Albus— temen que si salgo alguien pueda hacerme daño. Un pensamiento muy extraño, teniendo en cuenta que ellos son los que más daño me hacen siempre; no haciéndome sangrar, sé que eso lo hacen por mi bien, sino al arrebatarme las cosas que... más aprecio. Una mascota, un juguete, un libro y... Daisy.
Si ella estuviera aquí, esto no sería un encierro, pero desde que me sacaron 'del armario', no me dejan salir ni me dan respuestas a las preguntas que hago sobre dónde está. La manta roja que tiene su olor me cubre y me da cierta seguridad en el frío de esta mañana, pero no puede calmar lo congelada que está mi alma al no saber si está bien. No quiero que vuelva a entrar por esa puerta llevada en brazos inconsciente porque volvió a fallar sus ejercicios. No quiero que la hagan más fuerte... para eso estoy yo.
La única ventana del lugar muestra una imagen de un bosque que hace años supe que era falsa, pero el deseo de recorrerlo aún sigue latente como el primer día. Gracias a ella pude ver por mis propios ojos en vez de por los libros, que el cielo es azul y que existen árboles más altos que esta casa, y que a veces hay algo llamado lluvia que moja todo el paisaje. Hace tiempo me pregunté si se sentiría como una ducha, pero ya no hago preguntas que sé que nunca responderán.
A no ser que tengan que ver con Daisy, porque nunca me cansaré de cuestionar por su seguridad.
—¿Puedes... decirme algo, por favor?—mi voz se siente ajena a mí al no utilizarla durante tanto tiempo.—Solo tengo que saber que está bien, por favor—susurro en la cama de mi hermana, envuelto en su olor y alejado de la puerta de acero, pero sé que me escucha.
En lugar de hablar, me pasa una bandeja con el desayuno por un agujero al final de la puerta y con eso me silencio. A La Familia no le gusta que hable e intento acatarlo siempre, pero mi hermana también siempre será mi excepción. Ella es la única con la que hablo, la única en la que confío y la única que comparte mi sentir: que por muy agradecidos que estemos con papá y mamá por mantenernos a salvo, a veces es... asfixiante. No hemos visto a otras personas de nuestra edad; todos son adultos que van de un sitio a otro por toda la casa, con sus espaldas encorvadas y mirando al suelo, como si llevaran el peso del mundo en sus hombros y eso los estuviera matando.
Sé que no sirve de nada morirme de hambre, pero mi garganta se cierra al tan solo pensar en comer, así que intento pensar en alguna cosa que no duela. Necesito creer en el futuro próximo donde me convertiré en el héroe al que estoy destinado, y mi hermana —y el resto— serán libres de ese monstruo. Necesito imaginar un futuro feliz y sin miedo. Necesito respi...
—¡Harry, estoy aquí!—alguien grita, pero parece estar muy lejos de mí. Extrañamente, siento algo alrededor de mí cuerpo que me aprieta fuertemente.—Respira, hermano, respira. Estoy aquí.
La habitación, que se había oscurecido sin darme cuenta, empieza a iluminarse (¿tal vez fueron mis ojos que se cerraron?) y la presión que sentía en mi pecho es reemplazada por un agarre feroz. Una voz me susurra palabras de amor que no entiendo, y estos brazos que parecen sujetar mi alma hecha pedazos... ¡Daisy! Con una profunda exhalación vuelvo a respirar (¿cuándo dejé de hacerlo?) y la rodeo con mis brazos como un náufrago que encontró su salvavidas. No sé si soy yo quien tiembla o es ella, pero decido ignorarlo junto con el resto de cosas que no seamos nosotros dos.
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Cuéntame tus secretos [Tomarry]
FanfictionLlegar a ser parte del harem de su Alteza Real era una valiosa oportunidad para ascender en la vida y llevar orgullo a la familia. El permanecer vivo era lo difícil: los celos, el odio, los planes... Para Harry todo eso era un juego de niños. Le hab...