lunes

89 11 0
                                    

Roier se encontraba en el auto de su mejor amigo quackity dirigiéndose al hospital.

La cardiopatia había sido muy difícil para roier estos últimos 3 años, su vida no había a vuelto a ser la misma odiaba demasiado ser así.

-ya llegamos- mencionaba el pato mirando preocupado al castaño.

-si, gracias, puedes irte tal vez pida un taxi- roier sonreía y salía del auto.

Quackity también salía de este para acercase al castaño y darle un abrazo fuerte, el era el único que sabía de la enfermedad de roier.

Roier le había pedido a quackity que no se lo dijera a alguien por el miedo que este sentía al ver que opinaba los demás de el.

Odiaba muchísimo tener que ocultarlo pero también Odiaba tener que contarlo, Odiaba todo.

-te quiero, roier.
-yo a ti.

Soltaba al más alto mientras miraba como entraba al hospital, después de todo es su mejor amigo y siempre se iba a preocupar por el.

୨୧

-roier- decía el doctor con una cara de decepción y tristeza.

-¿si?

Al menor se le revolvía el estómago mientras miraba al doctor con preocupación y temor.

-te queda solo esta semana de vida.

¿Qué?

El de la banda azul ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar, sus ojos se llenaron de lágrimas estaba paralizado, mirando al doctor sin una expresión.

-roier, por favor.

El menor solo pudo decir un "pero" y intentar secarse esas lágrimas lo cual era imposible porque siempre salían más y más.

El doctor solo pudo darle un abrazo a este mientras el contrario se dedicaba a llorar en su hombro.

Después de varios minutos de haber llorado el castaño salió del hospital, con sus ojos cansados y llorosos, su nariz roja y temblando.

No sabía que hacer o que decir solo estaba mirando a los lados esperando a que un taxi pasara pero estaba con tan pocos ánimos como para pedir uno.

El teléfono de cellbit sonó.

Roier le había mandando un mensaje.

"¿Puedes venir por mi? Quackity esta ocupado y tu también tienes auto entonces..."

Nunca pensó que roier le mandaría un mensaje, no eran de hablar mucho pero desde el primer día que quackity los presento cellbit estaba a los pies de roier.

Era guapo, atento y inteligente era todo lo que podía pedir en una persona, era perfecto.

"Claro ¿en donde estas?"

"En el hospital, un familiar mio se enfermo y vine a verlo, te mando ubicación!"

Cellbit saltaba de emoción al ver ese mensaje solo quería ir por aquel chico y hablar con el en todo el camino.

                               ୨୧

-¿todo bien?- preguntaba el mayor mientras conducía.

-si, no te preocupes- roier sonreía y miraba con cariño al contrario.

La mejor sonrisa que pudo haber visto en toda su vida.

Cellbit reía y seguía conduciendo mientras trataba de hacer un tema de conversación con roier.

-perdón por pedirterlo a ti, pero confío mucho en ti.
-oh, gracias.

¿Gracias?

Roier también pensaba que cellbit era un chico bastante guapo y que solo resiva un "gracias" era algo decepcionante.

-dios, cuanto trafico
-nos quedaremos aquí para siempre, cellbit.

Ambos reian, por un momento a roier se le olvidó ese mal rato, la palabra morir no había salió de su mente pero estar con cellbit era...

Lindo.

-cellbit.
-¿si?

Las palabras se le habían ido por completo, apesar de que no hablaban mucho y solo cruzaban miradas quería pasar más tiempo con el, no estaría mal vivir sus últimos momentos con el.

No estaría mal.

-gracias.

palabras que nunca te dije| GUAPODUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora