siete

323 39 9
                                    

Con Mina nos dirigimos al baño, tal como le pedí, pero en lugar de llorar, como lo habría hecho en un día normal, simplemente respiré. Me sentía agobiada entre tanta familia, más que nada el estar tan cerca de Chaeyoung después de tanto tiempo. Quería un rato a solas con Mina, en lugar de estar constantemente bajo miradas. Ella se acercó a mí y apretó mis mejillas, riéndose de mi aspecto.

Desde un principio nuestro plan fue bueno, lo ejecutamos de una manera tan realista que nadie se atrevería a cuestionar nuestra relación. Probablemente, si la familia quería llegar a conocerla un poco más, tendríamos que seguir fingiendo. Debo admitir que, cuando Momo nos propuso su idea, creí que era terrible, aunque después de un rato pensándolo no me pareció tan malo. Ahora, creo que no le dimos las vueltas necesarias a ese tema, ya que sin querer, estamos atrapadas en esta actuación por un tiempo más si es que la familia decidiera reunirse pronto.

— Lo estás haciendo perfecto, no tienes que preocuparte —ella siguió con sus manos puestas sobre mi rostro, mirándome fijamente para darme a entender que estaría conmigo pese a todo. Asentí, no siendo capaz de hablar por sus manos que abultaban mi rostro.

Ella se alejó, comenzando a buscar en su bolso algunas cosas para comenzar a retocar mi maquillaje ligeramente. Ya que habíamos mentido con eso, debíamos hacerlo al menos un poco más visible para que el resto no sospechara. Con tanta cercanía, no pude evitar pensar en lo hermosa que es Mina y en las tantas veces que ha estado junto a mí.

Tenemos muchas cosas en común, tanto el gusto por las bromas básicas pero que funcionen, como por los videojuegos y el cocinar. Aunque, cuando Mina está en mi casa, muchas veces se va a ver mis avances en los videojuegos en lugar de preparar la comida conmigo. Tenemos una dinámica muy divertida y que funciona realmente bien con nosotras, jamás podría arrepentirme de acercarla a mí como una de mis mejores amigas. Nos conocemos tan bien como a la palma de nuestras manos, así como con el resto de nuestras amigas.

— ¿Cuánto falta para maldecir a tu prima? —me preguntó ella, mientras aplicaba labial en mis labios.

— No creo que mucho.

Ella asintió, concentrándose en retocar su propio labial ahora.

— ¿No crees que eso lo hará más sospechoso? —me decido a preguntar.

— ¿Sospechoso de qué?

— De que vinimos al baño con otras intenciones —hago énfasis en la última palabra, haciéndola reír por ello.

— Es normal que entre parejas se use el mismo labial, ¿no?

No le discuto, porque sé que es cierto. Pero de alguna forma, el que ambas estuviéramos utilizando un color rojizo y retocándolo en privado hizo que mi cerebro funcionara de esa forma. Lo más normal hubiese sido que cada una se aplicara el mismo labial pero en público, si iba a ser un simple retoque. ¿Pero en privado? Daba para pensar. Me reí de mis pensamientos, sabiendo que probablemente estoy así porque trato de que no sospechen de nosotras.

Me miro en el espejo, el cual es doble, pero Mina se acerca a mí y me acorrala en el lavamanos. Mis mejillas se encienden con rapidez al verme atrapada entre sus brazos, mi corazón empieza a latir con más fuerza, haciéndome sentir cosas que desde hace un tiempo no sentía. Mi cuerpo reaccionaba ante la abstinencia, estoy segura de eso. Mina sonríe con burla, y esta vez toma mi cintura entre sus manos, lo cual provoca que mi rostro se tiña de un rojo intenso ante la vergüenza.

— No me lo puedo creer —dice ella, riéndose de mí—. Siempre fuiste la pasiva.

— ¡Mina! —ella solo se burla de mi reacción, mientras que yo realmente no sé cómo actuar—. Me las vas a pagar.

cry for me; 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora