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felix miró con atención al alfa, quien rascaba su cabeza pensativo. entendía su reacción ya que era inesperado venir con él y pedirle algo tan serio, así que como forma de calmarlo, soltó suaves y dulces feromonas. se montó a la cola de minho para así, poder llegar hasta donde estaba su rostro y de esa manera, tomarlo en sus manos para verlo de frente y sonreír.

-es inesperado, pero no tiene porqué estresarse, solo tiene que hacerme el amor y dejarme sus bebés, para así no ser separados.

minho soltó un suspiro. con su cola envolvió la cintura del omega y lo alejó de él para hablar.

-mira felix, no lo negaré. -suspiró. -es demasiado tentadora y romántica tu propuesta pero no podemos aparearnos.

-¡¿p-pero por qué?! -hizo un pucherito triste. -yo lo amo.

-no sé de dónde sacaste la idea que me amas, pero no puede ser así -se sintió mal al ver al omega llorar suavecito mientras sus orejitas de conejo tapaban sus ojitos para cubrir las lágrimas. -no me conoces, además el apareamiento es algo muy serio felix.

-p-pero n-no hace falta conocernos, m-mi corazoncito lo quiere mucho. -su llanto aumentó, algo que el alfa no pudo soportar ver, así que de nuevo lo envolvió con su cola, pero ahora para pegarlo a él y abrazarlo, soltando un suave aroma. el conejito, no dudo en dejaste y abrazar al alfa.

-no llores pequeño, no quiero lastimarte, pero es muy poco probable que esto funcione.

-funcionará. -se abrazó más fuerte al cuerpo del alfa.

-hay muchos contras felix, por ejemplo... el condado entero nos tachará y te tratarán mal si llegas a tener hijos míos. -el omega enterró su nariz en el cuello del alfa.

-no me importa, sé que nos vas a defender.

-tu familia te querrá alejar. -lee acomodó su cuerpo en una posición cómoda, evitando que las escamas de su cola lastimaran al omega.

-por eso quiero aparearme y tener bebés, así no podrán alejarnos. mis padres son tradicionales, así que ellos aceptarán que me quede contigo porque eres el padre alfa.

-eres muy pequeño para mí, ¿tienes quince? ¿catorce años? -felix negó separándose de él para quedar sentado sobre la cola frente a frente.

-tengo dieciocho años.

-yo tengo treinta, es mucha la diferencia... además ni siquiera sabes mi nombre, felix. ─el rubio negó con la cabeza.

-no, pero para eso estamos hablando. todo es posible, señor serpiente. -felix limpió su naricita. -o acaso, ¿usted no quiere? ¿no soy bonito?

-no es eso felix, eres muy bonito y todo, pero... -soltó un suspiro mirando directamente el rostro del omega. se veía tan ilusionado que su corazón se apretó, siempre había sido rechazado, y justo ahora que alguien decía querer estar con él y amarlo, se negaba. no era muy bueno de su parte.

además, el omega era realmente precioso, parecía ser sincero con sus sentimientos y sobre todo, su especie era característica por amar demasiado. su sueño de tener una familia podría estar demasiado cerca, no sería fácil por todo lo que los demás dirían de él, pero debía arriesgar para lograrlo.

›› mira, bonito- tomó su rostro con sus manos y limpió las lagrimitas-, lo haré. -los ojitos del omega brillaron, así que no tardó en lanzarse a sus brazos de nuevo y frotar su cuerpo contra él para llenarse de su varonil aroma.

-¡gracias, alfa! y bueno, entonces vamos, hay que comenzar. -felix dejó un beso en los labios del alfa para bajarse de él y mirar la casa. -¿esa será nuestra habitación verdad? -felix le miró y asintió, por lo que el omega no tardó en correr hasta ese lugar con su maleta.

el alfa simplemente le siguió serpenteando su cola hacia el mismo lugar, viendo cómo el omega se recostaba en su cama y separaba sus bonitas piernitas en busca de él.

›› bien, estoy listo alfa, puedes comenzar. -el hombre se acercó a él y tomó sus brazos para poder sentarlo sobre la enorme cama.

-¿no vas muy rápido lindo? aún es muy... -felix le Interrumpió.

-tienes razón alfa, primero dime tu nombre... sé que te gustará que lo diga mientras me haces el amor. -movió sus orejitas emocionado.

-me llamo minho, pero no me refería a eso felix... tienes dieciocho, eres aún un niño, por naturaleza tendrás de diez a doce crías y tu cuerpo no está listo para ello. hay que esperar un poco para dejarte bebés. -felix negó con la cabeza.

-soy un conejito, me desarrollo rápido. mi doctor me dijo que mi cuerpo ya estaba listo para tener bebés sanos y fuertes, así que no se preocupe todo saldrá bien.

minho levantó una ceja

-¿estás seguro? -felix movió su cabeza en afirmación.

-si no me crees ─llevó sus manos a su pequeña faldita y la levantó, también separó sus piernas un poco más, dejando a la vista del alfa, aquellos gordos y bonitos labios vaginales bajo la tela de una braguita de algodón- puedes olfatear... según sé, los alfas pueden detectar la maduración sexual de su omega solo con oler o probar su lubricante.

los labios de minho fueron apretados al sentir cómo las escamas de la parte baja de su vientre comenzaban a ablandarse y sus dos vergas dentro de estas comenzaban a crecer de tamaño, tentando en salir de su escondite dispuestas a mostrarse para el omega.

-al parecer eres muy inteligente. -el alfa soltó una risa, se acercó a él y recostó su pecho en la cama, estirando su enorme cola por la habitación para estar cómodo. -supongo que sabes la manera en que las serpientes se reproducen ¿no? -sus dedos viajaron por los gordos muslos de felix, apretado la piel hasta llegar al bonito coño, donde comenzó a acariciar suavemente, viendo cómo las mejillas del omega se encendían.

-s-sí... en un vídeo en internet -el alfa acercó su rostro al delicioso coño, una vez que vio cómo este se mojaba- e-el alfa del vídeo, fue muy brusco con la omega. -minho soltó una caliente respiración sobre el coño de felix, para así, acercarse más y pegar su nariz al área de su vagina, inhalando fuertemente. sus sentidos inmediatamente detectaron el dulce aroma del lubricante, así como el de su útero maduro y listo para recibir muchas crías.

las dos líneas en sus ojos se tornaron de color rojo ante la excitación, mientras sus dedos se encargaban de bajar la braga. si el omega insistía y se sentía seguro de ser su pareja, no tenía porqué negarse a los deseos de una casta tan pura.

-supongo que esta será tu primera vez ¿no? -el omega asintió moviendo sus caderas contra el rostro del alfa. -por naturaleza soy agresivo al aparearme, ¿estás dispuesto a soportarlo?

-s-sí, a-además... también quiero que me digas cositas f-feas. -eso sorprendió a minho, quien ya tenía sus dedos pasándose desde el clítoris del omega, hasta su vagina. -v-ví un vídeo do-donde hacían e-eso y me gustó.

-eres tan inocente y pervertido a la vez -habló el alfa, sacando su larga lengua y moviendo esta en siseo sobre la bolita de nervios del rubio, quien soltó un alto gemido. -pero bueno, soy tu alfa y debo complacerte ¿no? la primera impresión cuenta mucho.

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