Chapter 5

1 1 0
                                    




Los próximos tres días fueron algo así como insoportables, la ciudad de Portland parecía haber hecho un pacto con el diablo porque no paraba de llover a cántaros, como si no hubiese sido suficiente ya. Hunter tenía un humor de perros y no era para menos, no había podido hacer absolutamente nada de lo que tenía planeado y su investigación privada se había visto reducida a casi nada. Por otro lado estaba la ausencia de Asher, a pesar de que compartían apartamento, el chico se las había arreglado para a penas toparse con él en dos ocasiones, dos simples ocasiones que fueron tan efímeras como incómodas.

El menor no se preocupó en ocultar su desagrado al toparse con él, como si despreciara compartir el mismo espacio y oxígeno, algo que le pareció ridículo debido a que estaban ambos ahí precisamente por su culpa, por lo tanto el agente no entendía a que se debía aquella actitud de mierda. Terminó de hacer su rutina de abdominales resoplando como un caballo de carreras, generalmente ejercitarse lo ayudaba a relajar el cuerpo y la mente, ahora no era el caso, en lugar de aliviar su tensión y malestar se estaba enfadando más.

Se metió a la ducha tratando de aminorar su incomodidad, ya eran casi las ocho de la noche y estaba hambriento, estuvo todo el día encerrado en su propia habitación evitando encontrarse con el otro individuo y ya el estómago le pedía alimentos. Una vez se hubo bañado se vistió con un pantalón deportivo y una camiseta desmangada para salir directo a la cocina, prepararía algo de cenar para los dos, ya le había quedado claro con los días previos que no existía ningún personal que hiciera las comidas para ellos, increiblemente el idiota de Asher había estado cocinando para ambos aún cuando no se vieron más de dos míseras veces.

A pesar de que no sentía que debía disculparse, Hunter comprendía que al menos debería devolverle el favor, a fin de cuentas no se murió de hambre gracias a chico. La cocina estaba vacía, así que pudo relajarse un poco antes de buscar en los estantes todo lo necesario para preparar una pasta con albóndigas. No tenía tiempo ni ganas de cocinar desde cero, así que eligió espaguetis de caja y la carne congelada, de esas ya que venían formadas, listas para freir. Pasaron al menos treinta minutos y se encontraba preparando la salsa cuando escuchó un ruido proveniente de las habitaciones, se tensó enseguida porque eso solo significaba que el idiota aparecería en cualquier instante y no se quivocó, pocos segundos después apareció con los cabellos despeinados y la apariencia de alguien que no estaba pasando por sus mejores momentos.

—Estoy haciendo espaguetis con albóndigas, no prometo que sea lo más delicioso que probarás en tu vida pero no están mal. —Habló primero para cortar el hielo, el chico no le agradaba pero algo en su semblante le daba un poco de pena, por decirlo de alguna manera.

—Puedo ingerir cualquier cosa que sea comestible, no soy exigente. —Lo miró por algunos segundos, le llamó poderosamente la atención la forma en que le respondió, más que cortante y frío se escuchaba sincero, sincero y vacío.

—¿Te encuentras bien? —Quiso saber con real interés, no estaba para lidiar con un chico enfermo o deprimido, sería mejor si se enteraba de lo que le sucedía para así poder tomar medidas rápidas.

—Me encuentro todo lo bien que puedo estar siendo parte de toda esta porquería.

Esta vez si fue tajante, demasiado arisco para responder y a Hunter no le gustó. La mirada del chico estaba oscurecida, como si estuviera pensando en un millón de cosas desagradables a la vez y no pudiera decirlas. El agente se tomó un tiempo para analizarlo, su experiencia le decía que efectivamente, Asher estaba ocultando más de lo que decía y aunque estaban juntos en esto por su propia culpa, aunque el chico había matado alguien y había una estela de dudas y pruebas inconslusas en todo este embrollo, una pequeña parte de él le decía que las cosas no eran tal y como pensaba, como si existiera algo más oculto delante de sus narices.

—Tal vez no estarías en la porquería si no hubieses cometido un delito. —Lo vió tensarse enseguida y oscurecer su mirada aún más, estaba tanteando el terreno y quizás había sido demasiado brusco pero ya estaba hecho, no podía dar marcha atrás.

—Tal vez no tienes ni puta idea de lo que realmente pasó. —Contestó entre dientes, como si quisiera saltarle al cuello en cualquier momento.

—Tal vez si dejaras de ser un jodido arisco que se esconde en su habitación para no dar la cara, pudieras colaborar conmigo para terminar con esto de una vez.

El chico lo fulminó con la mirada y por lo que parecía ser una eternidad, Hunter tampoco desvió la vista. Era una batalla de voluntades en la que ninguno estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. El tiempo se extendió hasta que la estancia se iluminó por la presencia de un relámpago que precedió al trueno más ruidoso que ambos habían escuchado y solo ahí rompieron la conexión. Asher se estiró todo lo que pudo, como si quisiera que el otro viera que no le tenía miedo, como si buscara imponer algo con su estatura que si bien no era poca, no se podía comparar con el metro noventa y seis de Hunter. El mayor lo observó en silencio, debía reconocer que el ruido del trueno lo había asustado un poco sin embargo no estaba dispuesto a demostrarlo, no fue hasta que Charlie suspiró que el agente pudo pestañar.

—Tú no sabes como soy, no me conoces y no tienes derecho a decir que me escondo, no eres tú a quien están apuntando con el dedo para culparlo de todo. Creo que deberías tomarte un tiempo para pensar bien las cosas y para dejar de juzgar a las personas sin más motivo que lo que alguien más dijo. No sería un testigo protegido si realmente hubiese sido el lider de una puta conspiración que terminó con todo un edificio en llamas y un muerto. Yo... ni siquiera estaba presente ese día en el lugar.

El chico no dio tiempo a reproches, no lo dejó rebatir sus palabras y mucho menos aclaró la situación. ¿Qué puta mierda acababa de pasar? Hunter realmente había quedado en shock, nada de lo que dijo Charlie tenía sentido, no al menos si se basaba en la información que le dieron para esta misión y eso le ponía los pelos de punta porque si lo que dijo el chiquillo era cierto, si al menos una simple palabra de todo aquel discurso era real, entonces el problema era peor de lo que imaginaba. Hunter ya tenía sospechas sobre manos turbias alrededor de Asher y el dichoso incendio, sus años de experiencia le habían brindado la capacidad de descubrir mentiras y definitivamente todo este tema le parecía de lo más extraño y complejo, poco limpio pero nunca descartó que el chico fuera asesino, siempre creyó que si lo había hecho pero con esto que acababa de pasar...ya no estaba tan seguro y eso precisamente removía las bases de su teoría.

Según los reportes que le había enviado Daniels, Charlie estaba presente en el evento, había una persona que declaró haberlo visto sometiendo al fallecido. Si realmente el chico no estuvo allí como acababa de decir, las cosas estaban realmente turbias y podridas. ¿Por qué lo estaban protengiendo entonces? ¿Quién estaba metiendo las manos detrás de todo este enredo? Por sobre todo, lo que más le hacía ruido en el sistema era no saber por que el propio Charlie había permitido que lo metieran al programa de protección del gobierno, por que había aceptado adquirir un nuevo nombre y representar otra identidad, por que dejaba que lo pusieran como culpable o posible culpable de un hecho que no tenía pies ni cabeza.

¿Por qué Asher aceptó ser protegido? ¿Quién había decidido apuntarlo como persona de interés? ¿Con qué objetivo habían provocado aquel incendio que arrasó con el Centro de Arte y dejó el saldo de más de quince personas heridas y un fallecido? ¿Qué se estaba perdiendo Hunter? ¿Quién estaba detrás de todo y por qué? ¿Por qué se sentía tan jodidamente frustrado ahora mismo?

Decidió que ya no tenía hambre, de repente su cabeza daba demasiadas vueltas y la incertidumbre le carcomía las entrañas, no podía probar bocado sin sentir que iba a vomitar. El chiquillo parecía no querer hablar más de la cuenta y se notaba en su rostro, en su expresión, que hablarlo no era algo a lo que estaba dispuesto sin embargo dijo suficiente como para que todo se volviera patas arriba, para que Hunter dudara aún más de todo el mundo y aunque media hora atrás le hubiera parecido una total y absoluta ridiculez pensarlo, justo ahora se inclinaba a creerle a Asher, se inclinaba a ver la pena y la rabia que cubrieron sus ojos cuando dijo que él no estuvo presente aquella fatídica noche en el lugar de los hechos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Testigo del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora