Parte : - 1

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Era un martes normal, como cualquier otro. Jack había entrado hace una hora de servicio, ¿dónde coño estaba Freddy? El mayor le llevaba esperando hace un buen rato. Se dirigió a su despacho ha hacer papeleo mientras espera al gallego. Se encendió un cigarro, y comenzó con tramitar todas las denuncias. Pasadas ya las 19:00 (2 horas que entró de servicio) Conway ya estaba agotado de las putas denuncias, tanto, que no había escuchado a su compañero llamar a la puerta. Unas manos cálidas rodearon los hombros del superintendente. Este se dio la vuelta rápidamente, al ver a Trucazo reírse por lo bajo se tranquilizo.

-Puto anormal... Casi me sacas el alma del cuerpo. -Dijo entre dientes.

-Perdón por tardar neno, una pitukiña me esta rompiendo la cabeza. -El americano sintió una punzada de dolor tras escuchar al pelinegro admitir lo que andaba haciendo. ¿Estaba celoso? ¿Celoso de que? Total solo son compañeros y amigos.

-¿Y que quería exactamente? -Conway estaba intrigado de lo que andaba haciendo su comisario.

-Nada, pavo. Me pidió mi número. -Freddy soltó una pequeña risa, la cual tenía hipnotizado al mayor.

-¿Y que más?

¿Pero por qué coño le pregunto tanta mierda? ¿Estoy celoso? Nah, imposible.

-Pues le dij- el menor fue interrunpido bruscamente.

-Da igual, vamos a patrullar, anda. -El orgullo de Conway le impedía aceptar sus celos hacia su comisario

-Vale neno, ve a sacar un zeta que me voy a cambiar. -Tras decir eso, Freddy salió del despacho de su superior dirigiéndose a los vestuarios. A cambio Jack, se quedó estático en el mismo.

Volvió en sí segundos después cuando escuchó la puerta cerrarse tras el pelinegro. Tomó un suspiro y bajo.

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Freddy se sacó su outfit de civil, y procedió a ponerse la ropa de siempre. En la parte superior estaba indeciso, no sabía si llevar su camiseta negra o su camisa de traje con el chaleco. En unos segundo se decidió por la primera opción. Rebusco por su casillero, en busca de esa puta camiseta que tanto le gustaba. El gallego se giró para buscar en su otro casillero, se sorprendió al ver a su superior apoyado en el marco de la puerta del vestuario. Conway, miraba al torso desnudo del menor si disimulo ninguno.

-Conway, neno, ¿No vas a sacar un zeta? -Trucazo estaba algo nervioso. No era pan de cada día tener a un hombre así mirándote fijamente cuando te cambias. Él sentía que sus mejillas tornaban a un color rosado.

Sin recibir respuesta del mayor, este mismo se acerco lentamente al español, quedando a escasos céntimetros uno del otro.

-A la chupapollas de antes, ¿le diste tu número? -El americano moría por saber la respuesta, poco a poco aceptaba esa sensación que tenía hacia su comisario.

-No, neno, para que coño le iba a dar mi número a la gilipollas esa. -Freddy cada vez estaba más nervioso, su corazón latía con fuerza y sentía esas raras mariposas en el estómago.

Espera, ¿por qué coño estoy sintiendo esta mierda? ¿Estoy pillado de mi superior o que coño?

El menor hacía ya una semana y algo que se sentía extraño cuando estaba con el superintendente, solamente no le dio importancia hasta ese momento que estaban los dos tan cerca.

-¿Te vas a vestir o que? -Por fin uno de los dos habló, Jack se separo un mínimo de Freddy para dejarle espacio.

-Si, coño, solo que no puto encuentro la camiseta que busco meno.

Conway metió su mano en el casillero y cogió una prenda, de seguido, se la ofreció a su compañero.

-¿Es está? -Los celos del mayor se habían relajado tras la conversación y asegurarse de que su comisario no había aceptado ofrecerle su número a una anormal.

-Eeh, chim, gracias pavo, ve a coger el puto patrulla neno. -Se puso la camiseta rápidamente y ordeno un poco su pelo.

Acto seguido, Freddy se sento en el lado del copiloto, dejándole conducir a Conway.

Menos mal que ningún compañero entró justo en esa escena, Trucazo con su torso al aire y el superintendente a unos escasos centímetros de su compañero. A saber lo que huebieran pensado e incluso dicho.

Saliendo de comisaría, el pelinegro, se mira por el espejo retrovisor, viendo su cara todo roja. Completamente avergonzado por como Jack lo había visto, solamente apoya su cabeza en su misma mano y se queda mirando por la ventana toda la ciudad.

El mayor, no sabía si decir algo, ese silencio le gustaba, estaban sólo ellos dos, sin nadie que les molestara. Sentían la presencia del otro.

Solicitó un zeta para un badulake.

El superior mira de reojo a su acompañante, el gallego hace lo mismo.

-¿Vamos o no? -El americano es el primero que habla. Freddy asiente con la cabeza.

-H-50 en camino, mande 10-20. -Nuevamente, se mira en el retrovisor, el rojizo de su cara se había esfumado casi por completo.

Trucazo marca en el GPS la ubicación del compañero. El superintendente se aferra al volante y va lo más rápido posible a la ubicación.

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-Baja tú, Freddy. Hoy no estoy para lidiar con anormales como ese de ahí. -Señaló al chico que estaba atracando la tienda.

En unos pocos minutos, el pelinegro se sube al zeta.

-Lo de siempre neno, salida limpia, cuando quieras pavo.

Conway encendió las sonoras y comenzó la persecución. En la segunda curva, el compañero ya se había chocado contra otro coche. Como no, Freddy empieza a insultar a Moussa, de como es posible de que se halla ya matado.

El mayor suelta una pequeña risa al ver a su comisario enfadado y, aunque no los acepte, le encanta verlo así.

Finalmente, un tercero hace un bloqueo mal calculado, enbistiendo al patrulla por el lado del copiloto. Como acto reflejo, el menor, posa su mano derecha en la pierna izquierda de su superior para no llegar a caerse. Quedando el gallego casi encima del superintendente. Sus caras estaban a apenas unos céntimetros. Los dos se miran fijamente, hablando con la mirada, saben que están bien. En eso, el mayor posa su cabeza sobre el hombro de Trucazo, haciendo que el menor se relaje y caiga de manera tierna encima de Jack.

-¿Estás bien? -Conway susurra muy bajito para no asustar a su acompañante

-No lo sé, neno, me duele mazo la cabeza. -El español suelta un suspiro y vuelve en sí, dándose cuenta que está sentado encima de su superior. Obviamente, al enterarse se pone muy nervioso. Ahí se dio de cuenta que estaba muy pillado del mayor. -¿Y tú? ¿Te duele algo? -El pelinegro se separa un poco, siendo frenado por los grandes brazos del americano que rodeaban su cintura.

-Estoy de puta madre. -Este sigue susurrando mirándolo a los ojos. -Vamos al hospital, anda, debes de haber llevado una buena hostia.

Los cuerpos de ambos se separan, después de que el menor se volviera a sentar en su asiento.

-Aquí H-50 para Z-30, poner al anormam del robl en busca y captura, yo llevo al comisario al hospital.

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Primera parte de esta mino historia de Fredway, espero os guste <3

Pd: Sorry por si hay faltas de ortografía ;(

In silence | Fredway +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora