Parte : - 3

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Freddy se despertó al sentir una cálida mano en su entrepierna, trató de sacar la mano sin despertar a Conway, al darse la vuelta, observó a Jack sin camisa. Se acurrucó junto él, sintió nuevamente la mano del superintendente rodar por su cintura y un cálido beso en la frente. Trucazo se puso demasiado nervioso al sentir los labios de ese hombre que tanto admiraba, se separó un poco para notar que el mayor aún seguía dormido, lo que le hizo pensar que él era sonámbulo. Freddy sonrió en lo bajo.

Después de media hora, el superintendente abrió poco a poco los ojos, para ver al pelinegro apoyado en su pecho apuntó de quedar otra vez dormido. El gallego recibió unas pequeñas caricias por parte del mayor, el cual ya estaba despierto.

-Buenos días bella durmiente. -Jack se burlaba de Freddy.

-¿Qué pasa neno? Tengo un sueño de la hostia. -Se frotó los ojos para tratar de acostumbrarse a la luz de la habitación.

-Pues son las 12:00 casi, ¿qué quieres para desayunar? -El americano se ofreció a cocinar algo para su acompañante.

-Me da igual, lo que a ti te guste, Conway. -Jack se levanto de la cama con solo la parte de abajo del pijama. Freddy lo observó y no pudo evitar quedar pasmado mirando su espalda marcada.

El gallego se estiró, ocupando toda la cama, había dormido demasiado bien a comparación de esos últimos dias, que no dormía más de 5 horas. En un abrir y cerrar de ojos, su superior le sacudió levemente para despertarlo.

-Te hice unas tortitas, toma. -El americano le ofreció un plato enorme de esas ricas tortitas que Freddy acabo amando.

-Neno, están buenísimas, llevaba sin comer algo así desde hace mucho, pavo. -Conway miraba al menor desde la cocina, con gran ternura y aprecio.

Tras acabar de desayunar y lavar los platos, el mayor se tiró nuevamente en la cama para estar en compañía de su comisario. Su presencia le calmaba y se sentía seguro. El gallego, en busca de más mimos, se apoyo en el pecho del americano. Este último empezó a hacerle caricias por todo el cuerpo. Empezando por su nuca hasta su cintura, incluso bajando un poco más hasta su entrepierna. El pelinegro, claramente nervioso, no dijo nada. A cambio Jack, esbozaba una sonrisa pícara al saber que al comisario no le molestaba ese contacto.

-¿Qué quieres hacer? -Conway estaba curioso, quería pasar tiempo con el hombre que amaba, de cualquiera manera.

Freddy se quedó callado varios segundos, que Conway siguiera acariciando su cuerpo no le hacía tener la mente clara, aún que sentir las fuertes manos de su superior paseando por su cuerpo, le encantaba.

-Quiero ir a patrullar, pillar a algún chupapollas o no sé, neno. -Trucazo cambió su tono de voz a uno más tranquilo pero intenso, mirando a Jack a los ojos.

-Tienes que estar en reposo, no puedes trabajar ni pollas. -El mayor mantenía su decisión, no por nada, pero estaba preocupado por su compañero.

-Venga Conway, solo patrullar, aunque sea solo una horiña, venga. -La manera de hablar del menor, hacía que el corazón del americano se acelerará, al ver la cara de su comisario no pudo evitar no corresponder con él.

-Está bien, pero conduzco yo, y nada de cosas como un tiroteo y esas mierdas. Solo patrullaje. -Jack se levantó de la cama, y se dirigió a su armario.

Por otro lado, Freddy estaba pasmado mirando el torso desnudo de su superior, para después hundir su cara en la almohada al ver al superintendente percatarse de su mirada. Conway sacó una camisa básica de trajé y unos pantalones negros.

-Toma, ponte esto aunque sea solo para llegar a comisaría, ¿por qué no irás en pijama, no? -El americano arqueó una ceja levemente.

El gallego asintió sin hacer notar su nerviosismo, cogió la ropa rápido y se dirigió al baño. Al ser los dos más o menos de la misma altura; siendo el comisario escasos centímetros más bajo, la ropa de su superior le quedaba medianamente bien. El pelinegro salió del baño, Jack ya se había cambiado, así que salieron del piso del mayor y se dirigieron a comisaría.

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Conway aparcó su elegante coche en el garaje de comisaría, bajó del vehículo y sacó un zeta esperando a Freddy.

-¿Tienes que coger algo o ya tienes todo? -Jack abrió la ventanilla del coche para hablar con Trucazo.

-A ver, espérate un momento neno. -Con eso el gallego se dió la vuelta y le pegó un porrazo a su compañera Viví. El americano se eschó a reír mientras veía a su compañero corriendo hacia el patrulla. -¡Arranca coño, arranca! -Freddy se reía mientras miraba la linda sonrisa de su superior.

-Joder, le tenías ganas, eh. - Conway no podía evitar no reír. Como le encantaba ver al hombre que amaba de esa manera.

-No te lo imaginas, neno. -Freddy asignó a su compañero y a él mismo en H-50.

Estuvieron una hora y cuarto patrullando, llendo a badulaques, algunos avisos de droga, etc. Dentro de lo que cabe, la ciudad estaba bastante tranquila. En eso, salta un QRR por parte del subcomisario Gordon, Jack frenó el coche casi en seco y mira a Trucazo.

-Tú, ni de puta coña vas, ya es mucho estar patrullando. Yo cogeré un helicóptero, tú te quedas en comisaría, cualquier cosa me pegas un toque. -Conway estaba hablando en serio, no iba a arriesgar a su comisario a ir al aviso estando ya tocado. El superior, viró bruscamente el volante y se dirigió a comisaría a toda velocidad.

-Neno, yo no te pienso dejar solo, estoy de puta madre, puedo asistir sin problema pavo. -Freddy estaba algo molesto con la decisión del superintendente.

-Freddy, no es no, no te vas a arriesgar a ir. -El mayor tenía una actitud seria. Trucazo necesitaba acudir a ese aviso, tenía que ayudar a su agente.

-Me niego, voy a coger un zeta y me voy en unión. -Estaban entrando en el garaje, Jack miró a Trucazo nuevamente y suspiro.

-¿Qué coño hago para que te calles y no vayas? -Su tono de voz aspiraba a estar algo enfadado con el menor. Aún que realmente, solo se preocupaba por él.

-No hay manera, iré igual neno. -Ya dentro del garaje, el americano miró a los alrededores en busca de algún agente que pudiera estar. Al no encontrar a nadie, este se desabrochó el cinturón. Seguidamente hizo un rápido movimiento, haciendo que el mayor quedará encima del comisario. Le miró a los ojos, buscando los claros nervios del menor. Conway se acercó a los labios de Freddy y le dió un corto beso, de seguido se bajó del coche por el lado del copiloto, y empezó ha organizar un operativo.

Trucazo se había quedado en shock, no sabía que hacer ni que decir. Ese pequeño beso, hizó que el corazón del comisario diera un vuelco y se pusiera rojo como un tomate. Claramente, después de ese beso, no acudió al operativo, se quedó en el despacho del superintendente, esperando a que llegará de la misión, para poder volver a casa.

En un instante el gallego cerró sus ojos, y cayó dormido sobre el escritorio de su superior.

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Tercera parte! Trato de hacer cada cap. medianamente largos, perdón el retraso y las faltas de ortografía, espero os guste <3

In silence | Fredway +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora