Capítulo 4

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"El destino es incierto y el qué será nos atormenta, me aferro  a ti sin importar que"

- Se acaba de reportar que la mansión del político Luis Gonzáles en Gurabo fue afectada por un inexplicable incendio, los bomberos acudieron de inmediato al lugar, veamos la nota -  señaló la reportera en el canal de noticias-

La explosión ocasionada por aquellos adolescentes había alertado a todos en aquella residencia. Si de por si los vecinos estaban acostumbrados a fuerzas a los diversos "juegos" del pelinegro esto había sobrepasado los límites, tan pronto sonó la noticia, el padre de este había llegado de inmediato, sabía que su hijo estaba completamente obsesionado con proyectos científicos pero jamás pensó que esta obsesión lo llevaría a quemar la casa, era la única explicación, el incendió se reportó en la habitación donde el muchacho se escondía por horas.

Los bomberos lo dejaron ingresar, el fuego ya había parado, pero el tan solo ver la prensa ahí lo agobiaba, su imagen tenía que ser impecable y este suceso solo perjudicaría su pretenciosa carrera política. Tan pronto fue por el jardín ahí estaban los muchachos, y claro Jane la robusta mujer cuyo rostro reflejaba molestia y angustia.

- Jane, Rubén, quiero hablar con mi hijo - dijo autoritario y los presentes dejaron de inmediato el lugar-

La ira reflejaba en su rostro y las palabras fluirían sin medirse- Sergio ¿Qué quieres?, arruinar mi carrera, ¡Arruinar tu futuro! -

- Pero... papá...-

- ¡Estoy cansado, son tres veces en que haz generado que la estúpida prensa meta sus narices, sabes que lo único que buscan es hundirme!. Se acabó Sergio te dejas esas estupideces de la ciencia, mañana mismo ordenaré a que cierren esa habitación o lo que queda de eso - sentenció-

Aquello fue escuchado por las muchachas, era increíble pensar que hablasen del mismo Sergio o como ellas lo conocían el Señor Blass - Ah ese Blass no es de mi agrado pero no merece ser tratado así - habló bajito la rubia - Ahora que lo observó con mayor detenimiento me vuela el cerebro de pensar que es mismo hombre que conocimos, ves ese cabello alocado y largo, ese rostro de niño inocente - suspiró - pero sigue siendo un tonto - reflexionó al notar la mirada de Liz- 

- Pienso igual, es increíble que  el sea el señor Blass, el... mejor amigo de mi padre- ahora fue ella quien suspiró pero con un tono amargo y tristeza -

- Ah están aquí, llevo buscándolas - dijo cansado el menor- Es mejor ir a otro lado, me temo que Sergio no querrá hablar con nadie- giro y miró a su amigo que ignorando a todos se metió a la casa- Vamos -

Salieron por la puerta trasera para pasar desapercibidos de los periodistas que a lo lejos invadían de preguntas al político, y sí, todo se centraba en su hijo. Los jóvenes caminaron y salieron de la residencia.- Bien esperemos - se sentó en las bancas, pero su mirada fue a las muchachas que se encontraban en pijamas, sonrío y pensó en como habían llegado ahí. El último autobús llegó. El conductor iba cambiando de emisora y finalmente se decidió por una, la canción empezó y como si se tratase de un flashback, la castaña miró a Érica que se encontraba algo adormilada -  ¿Esa no es la de Stranger Things?, esa la que dice "Should I stay or Should I go" - empezó a tararear- " come on and let me know..." -

- ¿Stranger Things?, la canción es de THE CLASH - dijo ofendido el menor

- ¡Oye! bueno de aquí a unos 36 años sabrás de que hablo- giro mirando a la ventana - ese niño insolente- soltó entre murmullos-

- No soy un niño, tengo 15 -

- Lo eres - ahora fue ella quién sonrío -

- ¿Y tú cuántos tienes eh? -

- Tengo 17, ya vez soy casi una adulta - dijo burlesca -

Era una simple charla de dos adolescentes, tan simple que los hizo ignorar por un momento la realidad, una en la que las diferencias de edades eran completamente distintas. - Érica se ha dormido, ay ella es como una piedra - 

- Bueno nos queda unas 2 paradas más - sonrío - ve despertándola -

El conductor avisó la última parada y solo quedaban ellos, la rubia mantenía el ceño fruncido puesto que, odiaba que la despertasen. El lugar era distinto a la residencia de Sergio, pero las casas de aquel vecindario se veían tan acogedoras que generó calma en las muchachas.- Bien aquí es mi casa, no hagan mucho ruido mi abuela tiene el sueño ligero -  Se trataba de una casa realmente linda, de unos dos pisos y un pequeño jardín. Los jóvenes entraron con cuidado, y el menor las guío a su habitación - Ustedes descansen aquí, yo iré abajo. Vendré por ustedes ni bien amanezca - y salió de la habitación -

El sueño les invadió tan rápido que no pudieron hablar de todo lo ocurrido, realmente estaban cansadas y solo se dejaron llevar por el sueño amenazante que obligó a sus ojos a cerrarse.



El sol se hizo notar, y los ojos de la castaña poco a poco abrían, con una gran esperanza de que todo haya sido un sueño, "debía serlo" , pensó - Esto no puede ser cierto - dijo frustrada, era la habitación del menor, todo seguía igual y la rubia a su lado - 

- Érica, despierta - la  rubia no tenía intenciones de despertar - Érica, vamos despierta- la castaña pensó en algo mejor y que nunca fallaba, cosquillas -

- Esta bien, esta bien, para... Liz -dijo entre risas pero a la vez desesperada porque pare - 

- Esto nunca falla - sonrío la castaña -

- Oh no, seguimos aquí, yo creí que todo era un mal sueño, ¡Qué haremos Liz! - ahora solo sonaba frustrada -

- Rubén hijo ya despier..., ¡RUBÉN! - la anciana mujer había sorprendido a las muchachas, en la habitación de su preciado nieto. Liz y Érica no sabían que hacer, la anciana miraba intimidante pero a la vez escandalizada. El menor se lamentó por no haber despertado antes, el sueño fue más, y ahora debía de dar aclaraciones a su abuela -








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⏰ Última actualización: Feb 28 ⏰

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