-II

91 12 1
                                    

El desayuno se había convertido en una especie de ritual.

Desde que el rey había decidido quedarse a apoyar a su hija se encargaba de hacer el desayuno para los habitantes del lugar. Los estúpidos hotcakes parecían perfectos, bañados de la miel de dudosa procedencia que el ángel tenía, Alastor muchas veces pensó que esa miel era terrenal, humana.

Así que cada mañana y muy a su pesar, ha tenido que ceder a la insistencia de Charlie para convivir con los demás, aunque claro, jamás ha probado nada hecho por el soberano.

-Hoy es el día, ¡oh por todo lo bueno!, hoy es la lluvia de estrellas en la mansión Goetia.

Charlie habla con tanto entusiasmo, como siempre, pero por primera vez, le presta un interés puro a lo que la princesa dice.

-Cada cien años, la familia Goetia hace una lluvia de estrellas para la familia real, es una especie de regalo que le dan a mi papá por todo.

¿Un regalo? Alastor se muerde la parte interna de la mejilla derecha. El sabor a sangre siempre lo tranquiliza, y en estos momentos es lo que necesita, estar tranquilo mientras su mente piensa en lo cercano que es el búho del soberano, ¡pero claro!, llevan siglos conociéndose, el príncipe de Goetia es simplemente un ser especial.

-¿Y estamos invitados? -Angel se limpia el dedo índice cubierto de miel, mientras pregunta. Si Alastor no fuese tan perceptivo, hubiera omitido el hecho de que Husk pareciera sonrojarse.

Interesante.

-¡Sí! Esa es la mejor parte de todo, ¡nos han invitado a todos! -Chilla mientras zarandea a Vaggie por los hombros - ¡Qué p*ta emoción!

Alastor frunce el ceño. La carne en su plato ha pedido el sabor. Husk lo mira de reojo y Alastor sabe que debe fingir o decir algo, para rechazar la oferta, porque no quiere verlos interactuar fuera del hotel, y ver cómo la intimidad y cercanía entre ellos es más palpable que lo que él pueda conseguir, sus labios se abren y...

-¡Genial! Aunque...escuché del imbécil de Val que el señor Goetia se divorcia, ¿no? Uh ...- Angel se inclina hacia la mesa susurrando y todos se acercan para escuchar mejor- Logré escuchar que el príncipe engañó a su esposa con un ser especial, Val lo llamo "un lujuria pequeña"

-¿Pequeña? -Charlie parece estar más entretenida en el chisme del demonio que en percibir la presencia de su padre que acaba de llegar a la mesa con una estúpida cantidad de hot cakes y huevos fritos.

-¡Sí! Las cámaras del señor Vox captaron que es un ser pequeño, no saben qué demonio es, pero el divorcio ya va avanzado.

Todos comienza murmurar, escucha como Cherry habla de los exorbitantes gustos raros de los ricos y señores del infierno.

Por su parte, Lucifer es omiso a lo que sucede en la mesa, solo se sienta en la silla, toma una servilleta y la acomoda elegante en su regazo. Sus manos sin esos guantes parecen más esbeltas y se mueven con elegancia tomando los cubiertos.

Verlo es un espectáculo. Uno que no quiere admitir comienza a disfrutar.

-¿Se te perdió algo?

Lucifer sonríe sin mirarlo, y algo en el rostro de Alastor comienza a arder, ¿es posible sonrojarse?

-Su majestad, nada, solo, me preguntaba si esa miel...es humana.

Lucifer alza la vista, el resto sigue especulando sobre el chisme contado, y aunque Alastor tiene un malestar en su pecho por la idea de que quizá el pequeño ser que sale con el Goetia es el ángel que tiene en frente, debe fingir que todo está bien.

Que esos ojos no lo hacen sentirse descubierto. Que su pecho no está agitado por primera vez en mucho tiempo y que sus manos no tiemblan bajo la mesa.

-Es humana. Es un regalo que me dio uno de mis súbditos, ¿gustas?

Y aunque Lucifer en las últimas semanas no ha hecho más que hacer cosas para progresar en la comunicación entre ambos, es Alastor el que siempre tropieza.

-Oh no majestad, le agradezco el gesto pero, mi dieta es estricta, carezco de capacidad para degustar cualquier cosa dulce..

-Oh, no lo sabía...

Y un verdadero interés se ve en el soberano. El brillo en sus ojos detona curiosidad y cierto pesar por la condición de Alastor.

-Intentaré hacer algo que puedas comer con nosotros.

El rey come en silencio después de aquello, y Alastor lo agradece porque su cuerpo no sabe cómo reaccionar, no es hasta que Husk le da un pequeño empujón que reacciona, y logra terminar de comer para salir de ahí.

Su mente es un caos. En el tiempo desde su regreso no había pasado por una situación similar. Su alma carente de emociones se guiaba por la mera ambición de control.

¿Que había cambiado en él?

Inquieto | AppleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora