Me gusta ese punto entre la tarde y la noche, cuando el Sol y la Luna comparten paisaje, cuando el dorado y el azul bailan en silencio, cuando el rosa se funde en uno con el morado, me gusta su viento, suave como una flama tan gentil al toque, que busco aún su quemadura, me gusta ver cómo el cielo se desdibuja con toques de una colisión de planetas, me gusta el atardecer oscuro porque me recuerda lo fácil que puede llegar a ser feliz o a la bondad de las estrellas, que con su delicado brillo iluminan nuestras almas.
Que hermoso es el trabajo de la Luna, iluminar las vidas en la oscuridad, que hermoso es el trabajo de las estrellas, pequeñas pero importante recordatorio de que nunca estamos solos aún en las sombras, que hermoso el trabajo del Sol, recordarnos que siempre hay luz después de cada tormenta.
Que hermoso es el momento del atardecer oscuro.