prologo

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Jun suspiro mientras cerraba sus ojos cansado.

Otra vez volvía a sentirse solo. Su vida cotidiana se basaba en estar solo, pero había épocas en el mes, donde la soledad era tan fuerte que lo hundía en un sentimiento de angustia y tristeza desesperante.

Lo odiaba.

Sentía que le faltaba algo pero no tenía certeza de qué.

Miro abatido a su alrededor, notando como sus demás compañeros de clases seguía en la suya. Cada uno con su grupo social ya formado.

Trago saliva de forma  incómoda. Ya llevaba más de 2 años compartiendo aulas con los mismos compañeros y por alguna razón no tenía amigos.

Parece que hubiera un acuerdo tácito en el cual él no los molestaba y ellos tampoco. Culpaba a su necesidad de cumplir las expectativas de sus padres de tener las mejores notas, aislandose del resto.

Recuerda al inicio que hubo un par que se le acercaba pero con el tiempo dejaron de insistir al ver que siempre declinaba porque debía concentrarse en estudiar.

Lo odiaba. Odiaba esa parte de si mismo que alejaba al resto.

Ni siquiera se sabe los nombres de algunos de ellos.

Cómo un reloj, apenas sonó el timbre de final de clases, se levantó y se alejo de ahí. A encerrarse en su minúsculo departamento...

Apenas llego, desinfecto sus cosas y las guardo. Luego cambio su ropa comoda mientras ponía la otra a lavar y busco sus familiares guantes amarillos, no sin colocarse su vincha para evitar que su cabello estorbara su vista

Y poniendo su música favorita, se puso a limpiar su hogar.

LejaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora