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Para Gustabo ese comisario tenía un diferenciador, ambos venían del mismo bando o al menos así es como habían logrado destacar en habilidades, Freddy era capaz de hacer mierda a cualquiera que se le interpusiera en el camino, era difícil joderle y sobre todo, era un hijo de puta mujeriego, lo había visto con más de una mujer, pelirrojas, tes clara y bellos ojos avellana, ¿Qué había de problema en el? Simple, era un hombre y su estética aunque fuera la mejor, no era del estándar de Freddy, sus cabellos dorados y bien peinados resaltaban la palidez de su aterciopelada piel, sus ojos azules eran penetrantes y símbolo de belleza y aún así, no estaría a la altura de todas esas chicas.
Pero había algo que le daba esperanza y eran esas miradas, roces e insinuaciones que el comisario hacia contra él, no era solo el hecho de que podían encontrarse en cualquier lugar y terminarán sonriéndose, mirándose y tensarse cuando apenas si sus manos se rozaban un poco. Gustabo estaba celoso, por supuesto que si, quería en su posesión al pelinegro, sus ojos siempre apresaban los del otro tras sus gafas y tenía una teoría, si a Freddy no le iban los hombres, ¿Por qué no se incomodaba? Quizá conocía sus intenciones y estaba jugando como siempre o una pequeña parte de él, también lo quería.
Una tarde en comisaría, Freddy se vio como voluntario para llevarlo a casa, Gustabo aprovecho para invitarlo a pasar, conversaron un buen rato sobre el trabajo e incluso temas personales, fue entonces cuando decidió abrir el cajón.
- ¿Te asustan los hombres?
- ¿En qué sentido neno?
- Ya sabes, estar con uno en "esa" situación. Cuando nos conocimos recuerdo que mencionaste que no te iban esa clase de culos, ¿Lo recuerdas?
Freddy soltó una carcajada y asintió. - ¿Cómo olvidarlo? Casi me arrestas, aún tengo esa duda, ¿Por qué no lo hiciste?
Gustabo sonrió ladino, encogiéndose de hombros. - Era un mierdas, no le iba dar importancia a un tío con chanclas
Freddy sonrió y se puso cómodo en el sofá, recargando su antebrazo en el descanso del sofá. - Ambos éramos unos mierdas, pero sigo sintiendo curiosidad por algo neno, ¿Estamos en confianza?
- Por supuesto.
- Esa charla que tuvimos, me hizo sentir la necesidad de saber que tan bueno es el culo de un hombre, ¿Me ayudarás o no?
Gustabo lo miro asombrado, después de todo sus teorías fueron más allá y comenzaba a ser divertido, la mirada de Freddy ya comenzaba a decir otra cosa, era arrogante y provocativa. El rubio se puso de pie y camino hasta tomar asiento en su regazo a horcajadas, lo miro fijamente.
"¿Por qué no puedo encontrar a nadie como tú?"
Pensó; sabía que después de esa noche, Freddy no volvería a ser suyo y se sentía tan jodidamente decepcionado por eso, asustaba el hecho de que le encantará tanto ese hombre, podría ponerle un anillo, organizar una jodida boda y reclamarlo como suyo delante de todos, pero aquello solo perdurará unas horas.
- ¿Estás seguro de esto? No te veo convencido.
Freddy le tomo de las caderas y lo obligó a recostarse en el sofá, su pelvis chocaba contra la de el rubio y entre pequeños roces de intimidad, generó un incontrolable placer que recorría su cuerpo como corriente eléctrica. ¿Por qué actuaba así? Era simple, Gustabo era magnífico, hermoso de pies a cabeza y esa misma noche comprobaría que hay debajo de esa ajustada ropa; retiro sus guantes de piel bajo su atenta mirada, los dejo aún lado y procedió a abrir la camisa guinda de su adverso, corroboro la belleza de su piel y se dejo llevar por su instinto, inclinándose a saborear su sensible piel con su lengua húmeda.
Sus manos se apresuraron a desvestir su cuerpo, deslizando los pantalones negros por sus piernas hasta botarlos lejos de su vista, por supuesto que era completamente nuevo para el tener el cuerpo desnudo de un hombre delante de él, pero lejos de incomodarlo, le encantaba lo que estaba viendo y entonces procedió a ser el quien se quitará su ropa. Gustabo admiro cada músculo que era rebelado y luego apretó sus labios cuando tuvo ante el la erección de su contrario, era grande y se sostenía imponente de su escroto, había pequeñas venas sobresaliendo de su extensión y el glande era rosado y brillaba por el líquido pre-seminal que emanaba de la punta.
Freddy se inclino hacia el para mirarlo fijamente y mover su cadera en suaves empujes hacia adelante, provocando que sus miembros se rozaran entre si. - ¿Serás honesto?
En respuesta el rubio suspiro y cubrió su rostro con su antebrazo. - ¿De qué hablas?
Retiro su brazo y tomo su mentón para que lo mirase. - Quiero saber que piensas de mi, ¿Por qué siempre tengo que encontrarte mirándome? Justo como ahora. . .
Gustabo paso sus brazos por encima de sus hombros y lo atrajo hacia el para acercar sus rostros. - Por qué tengo el terrible instinto de necesitarte y no puedo dormir así.
Freddy sonrió por esa respuesta y se apresuró a alinear su hombría en su centro, Gustabo no se esperaba está acción tan inesperada, es decir, creyó que sería cuidadoso en prepararle, pero eso era lo que adoraba de ese hombre, su rudeza y esa crueldad con la que lo podía tratar si quería, abogó por el mismo y para no sufrir tanto, levanto las piernas para dejarlas enredadas en sus cadera, Freddy soltó un gruñido complacido por la estrechez que le proporcionaba su dulce entrada, deslizándose poco a poco, su aliento golpeaba contra el del rubio y no sabía porque esperaba tanto para besarlo y apreso sus labios contra los de él en un intenso beso, sus manos se aferraron al descanso del sofá y su pelvis se movió en consecuencia de ese beso, embistiendo rudo el centro del rubio.
Se aparto del beso para tomar aire y notar el estado del rubio, le tomo de la mejilla para ver directo a sus ojos. - Que bonitiños ojos tienes neno, eres mejor que todas esas perras. . .
- ¿A-Así? Pues yo no soy pelirrojo y debería joderte, ¿No?
- Ese es el detalle neno, no eres mi estándar y aún así, me resulta difícil no desearte, como tú no hay en esta isla de mierda. Joder~
Sus voces se notaban cada vez más agitadas por el movimiento de sus cuerpos, Freddy sacudía el cuerpo del rubio conforme las embestidas se iban haciendo más rápidas, sus pieles chocaban entre si, generando un chapoteo obsceno y provocando que Gustabo temblará, gimiera y se deshiciera bajo suyo, podían verse a los ojos y disfrutarse mutuamente mientras compartían un intenso sexo que los empujaba a desear más. Freddy no lo había admitido hasta ahora, pero sin importar que Gustabo no cumplía con sus típicos gustos, había algo en el que lo orillo a está situación, era jodidamente especial y no podía compararlo con nadie, lo quería solo para el y tal como menciono, nadie tenía el honor de entrar a su gallinero.
- Freddy, ¿Será solo por esta noche?. . .
- No. No hay nada que puedas hacer para que me alejes de ti a partir de ahora, ¿Me entiendes?. . .
Gustabo lo miro satisfecho, ambos volvieron a juntar sus labios en un apasionado beso, finalmente habían terminado, vertiendo toda su escencia en sus cuerpos, Freddy siendo un desastre cuando llegó dentro de su adverso y Gustabo, simplemente había permitido que su cuerpo hablara por si solo y llegó a su climax en cuanto escucho que era tan especial para Freddy, como Freddy para él.
