Año 15
Salvador
—¡Dale, wacho, apurate!— dijo Bautista, haciendo de campana con Catalina para avisarme si es que venía el profesor.
—¡Pará, mogólico!— me quejé, agitando la plasticola con fuerza. Quedaba el último extremo de la silla para embadurnar.
Volví a agarrar un papel de mi bolsillo para rellenar todas las esquinas del asiento y una vez que lo obtuve, abrí la ventana del aula y tiré el envase de la plasticola por el aire.
—¡Nos van a ver, Salvador!— apresuró otra vez Catalina.
Salí victorioso del aula y mis amigos suspiraron tranquilos.
—Ese hijo de puta no nos vuelve a molestar— aseguré mientras caminábamos a paso rápido hasta el patio del recreo.
—Más nos vale, nos van a pegar un voleo en el orto si se enteran que fuimos nosotros— acotó Bautista, haciendo que la castaña y yo lo miremos mal.
—¿Más mufa no querés ser?— preguntó irónica, yo le di la razón.
—Bueno, loco, Máximo es re gede— alzó los hombros para defenderse.
Fuimos corriendo a comprar al kiosco del colegio, el cual iba a cerrar en minutos por el timbre. Decidimos que los tres íbamos a comprarnos un alfajor triple y un agua para bajarlo, y luego de estar un rato sentados en el patio, hablando de cualquier cosa, el timbre sonó.
Nuevamente, fuimos rápidos y tratamos de ser los primeros en llegar al aula, sólo para ver la reacción del profesor cuando su culo esté todo pegajoso.
Sentados en nuestros bancos, vi que me habían llegado nuevos mensajes de papá.
[09/10 11:11] te erre uno: vos y yo vamos a hablar apenas te pase a buscar del colegio
[09/10 11:11] te erre uno: mas te vale tener una buena excusa para explicarme por q tengo menos flores en el frasco—La puta madre— murmuré, releyendo los mensajes de papá. Me iba a matar.
—¿Qué pasó?— preguntó Catalina, elevando sus pies para apoyarlos sobre la mesa del banco.
—Papá se enteró que le usamos marihuana para el porro— murmuré, y mis amigos me miraron con pánico.
—¿Sos boludo, Salvador? ¿No era que él te había dejado...?
—Me dijo que podía probar en frente de él y mamá, no a escondidas— recordé, interrumpiéndolo a Bautista.—. ¿Qué excusa puedo inventar para zafar de esta?
—Le decís que se las comió tu gato— propuso la castaña, y tan mala excusa hizo que con Bautista la miremos con cara de orto.—. ¿Qué otra excusa más valida que esa?— insistió con orgullo de su respuesta.
—Algo creíble, Cata. No esa pelotudez.
Suspiré profundamente y fui a responderle.
ESTÁS LEYENDO
extras; trueno.
FanfictionE+ || Escenas añadidas de "cicuta; trueno". © Todos los derechos reservados, no se permiten copias ni adaptaciones sin su consentimiento previo. Los hechos y/o personajes de la siguiente historia son ficticios, cualquier parecido a la realidad es p...