Zero II

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Tras el divorcio de mi padre y su esposa, la vida me separó de mis hermanos. Eso fue un difícil momento para mí,  principalmente porque dejaría de ver a Kaname, mi hermano mayor, quien siempre cuidaba de mí, la única persona capaz de enfrentar a la señora Juri.

Recuerdo que esa tarde en que se despidió de mí, no pude contener mis lágrimas, me aferré a él con toda mi alma y lo que daban mis delgados brazos alrededor de su cuello, me sentí nuevamente abandonado, tal cual como cuando mi abuelita murió. La señora Juri me miró con despreció como siempre, pero llevaba tres años intentando agradable sin haberlo logrado, pero por primera vez en mi corta vida no me importó.

Después de que se fueron, mí padre tocó mi cabeza con su gran mano y me dijo que todo estaría bien. Pero yo sabía que eso era una de las tantas mentiras de papá. 

Vivir solo con Haruka Kuran, al comienzo fue algo tranquilo, papá trabajaba muchas horas fuera de casa. En ese tiempo aprendí a cocinar, usar la lavadora y hacer mis cosas y las de papá.  El primer año fue normal, solo que cada vez papá llegaba más tarde y con signos de haber bebido. Pronto su hábito de llegar a casa oliendo a alcohol, se volvió tan natural, que olvidé cual era su aroma natural.

Un año y medio después de que papá se divirciara, el banco hipotecó la casa y solo tres meses después la remato, le dieron a papá una suma de dinero absurda, con eso rento un pequeño departamento, y el resto se lo bebió. Al poco tiempo lo despidieron del trabajo y conseguir empleo le fue imposible, papá nunca dejaba de estar ebrio.

Pronto los electrodomésticos comenzaron a desaparecer del departamento, lo primero fue la secadora de ropa, a eso le siguió el televisor de la sala, la lavadora, el equipo de música y un sin fin de aparatos de casa, Pronto nos vimos que solo teníamos un par de futones y algunos implementos básicos para subsistir.

Cuando creímos que habíamos tocado fondo, papá reaccionó y encontró trabajo, estábamos a punto de que nos corrieran del alquiler y no había dinero para nada. El nuevo trabajo de papá no era en una gran empresa como antes, papá consiguió un trabajo en un bar, que en realidad era un casino clandestino.

Al principio todo iba bien, papá trabajaba y yo ayudaba en casa, aprendí a hacer los quehaceres del hogar, a cocinar  y otras cosas más. Pero lamentablemente como es habitual en mi vida nada dura para siempre. El alcohol y las apuestas tentaron a papá y nuevamente nuestras vidas se volvieron un caos.

Y nuevamente nos tuvimos que cambiar de casa, esta vez no nos mudamos a un departamento,  sino a una habitación pequeña. En esa época comencé la secundaria, gracias mis buenas calificaciones me dieron una beca, por lo que no tenia que pagar nada.

Los primeros días hice un par de amigos, pero ellos siempre querían ir al karaoke o a comer después de clases, pero yo no podía eventualmente dejaron de invitarme al ver que yo no podía ir. Tampoco podía comprar comida en el casino de la escuela, a veces tampoco podía comer en casa,  por lo que volví a trabajar. Conciliar la escuela y el trabajo fue muy difícil, la escuela partía muy temprano y terminaba de trabajar muy tarde. Varias veces me quedé dormido en clases, otras simplemente no alcanzaba a llegar, fue así como poco a poco dejé de ir a la escuela, aunque siempre procure ir a los exámenes, mis calificaciones me salvaron una y otra vez.

Como se acercaban los exámenes acudí a la escuela, algunos de mis compañeros me saludaron, otros simplemente me ignoraron como siempre fue en ese momento que lo vi.

Era mi hermano, o eso creí yo. Nos entregó las hojas del examen y se sentó frente a nosotros, yo no podía dejar de mirarlo, su parecido con mi hermano era tal que estaba seguro de que era él, no pude responder nada. Mis compañeros uno a uno fueron entregando sus exámenes y saliendo del salón, al final me quedó solo.

Fue en ese momento que nuestras miradas se encontraron. Él se acercó a mí lentamente, me miraba y me volvía a mirar, hasta que no pude seguir en silencio

- Ka...Kaname - le dije lleno de dudas

- ¿Eres Zero? - me pregunto mientras tocaba mi cabello - ¿Eres tú, hermanito? - yo solamente asentí con la cabeza - Te extrañe tanto -

Me abrazó con fuerza, a ratos sentí que me rompería en dos, pero estaba tan feliz de volver a verlo, me aferré a su cuello, llevaba años añorando a mi hermano.

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⏰ Última actualización: Apr 05 ⏰

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