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—”no quiero no puedo escucharte una sola palabra más

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—”no quiero no puedo escucharte una sola palabra más...,”

Enzo nunca había estado tan emocionado como el día en que recibió la noticia de que había sido elegido para protagonizar una película sobre la tragedia de los andes. Era un actor talentoso, pero este papel significaba mucho más que una simple actuación; era su oportunidad de brillar en la pantalla internacional y expandir sus horizontes profesionales, de contar una importante historia que representa su lugar de nacimiento. Sin embargo, junto con la emoción de la oportunidad, también sintió una punzada de preocupación por dejar atrás a Olivia, su pareja desde hacía cinco años.

Olivia, una pintora argentina de ojos miel y cabello rubio como el trigo, compartía con Enzo una pasión por el arte y la cultura. Se habían conocido en una galería de arte en Montevideo, donde Enzo había ido a admirar las obras de un artista local y había quedado cautivado por una pintura en particular. No pudo evitar expresar su admiración en voz alta, y fue entonces cuando Olivia, quien resultó ser la artista detrás de la obra, se dio la vuelta y le ofreció una sonrisa encantadora. Desde ese momento, estuvieron prácticamente inseparables.

La despedida en el aeropuerto fue emotiva pero llena de esperanza. Promesas de llamadas diarias, mensajes de texto constantes y planes para visitas rápidas llenaron el aire mientras se abrazaban con fuerza antes de que Enzo se dirigiera hacia la puerta de embarque. "Te amo muchísimo, amor", susurró Olivia, con lágrimas brillando en sus ojos miel. "Te amo más de lo que las palabras pueden expresar", respondió él, dejando un beso en sus labios. Sintiendo un nudo en la garganta mientras se alejaba.

El rodaje en España fue una montaña rusa de emociones para Enzo. Por un lado, estaba completamente inmerso en su papel, entregando actuaciones que impresionaban al director y al equipo. Por otro lado, echaba de menos a Olivia más de lo que jamás había imaginado posible. Las llamadas y mensajes diarios ayudaban a aliviar la distancia, pero no podían evitar la sensación de vacío que sentía en su pecho cada noche al acostarse solo en su habitación de hotel.

A medida que pasaban las semanas, Enzo comenzó a notar cambios en sí mismo. Las largas conversaciones con los miembros del equipo sobre cine y filosofía habían despertado su curiosidad y ampliado su visión del mundo. Se encontró cuestionando ideas y creencias que antes había dado por sentado, y explorando nuevas formas de expresar sus pensamientos y emociones tanto en la pantalla como fuera de ella.

Nuevos lugares, nuevas personas, crean nuevas almas.

El día en que finalmente regresó a Uruguay, el aire estaba cargado de anticipación y nerviosismo. Olivia había estado contando los días hasta su regreso, y la idea de volver a estar juntos la había mantenido en vilo durante semanas. Sin embargo, cuando Enzo finalmente cruzó el umbral de su apartamento, algo en su mirada había cambiado.

Su vestido color cremas con pequeñas flores tenues bordadas cubría su cuerpo y las hebras color trigo caían en leves ondas hasta su cintura. Cumplía seis años de relación con el amor de su vida.

ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora