Pasados unos minutos Gojō por fin decidio salir con el cuerpo de Yūji entre sus brazos. La mirada perdida y un semblante serio eran lo primero que veían las personas en el exterior.
Ante tanto alboroto se acercaron a ver que sucedía en el interior, sorprendiendose un poco por el estado en el que estaba su alumno.
— Lo llevaré conmigo.— dijo con un tono bajo, pasando a un lado del anciano.
— No puedo permitir que salga de Kioto, es nuestro deber asegurarnos que su cuerpo sea debidamente eliminado.— respondió de inmediato, sujetando con fuerza el brazo del albino.
— No le estoy pidiendo permiso...— le dedicó una mirada aterradora, logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo de todos los presentes.
— Sabes muy bien lo que debes hacer... no querrás repetir los mismos errores del pasado.— soltó su agarre, permitiendo que el más alto continuará avanzando.
Sin recibir una respuesta, todos observaron al hechicero más fuerte desaparecer en la lejanía.
Llevando consigo el cuerpo de quien alguna vez fue su alumno más animado.— Gojō...— Shoko estaba sorprendida, viendo a su viejo amigo de pie frente a ella.
— ¿Puedo pedirte un favor?— mencionó, dando nuevos pasos para entrar en la morgue.
— ¿Necesito preguntar que sucedió?— su expresión fría volvió.
— Te daré los detalles más tarde... ahora, necesito que te deshagas de su cuerpo.— lentamente dejó a Yūji sobre una de las mesas de trabajo.
Admirando una última vez ese lindo rostro, que fácilmente podría pasar por alguien dormido, si no fuera por las heridas que presentaba en el pecho.
— Creí que sería tu trabajo hacerlo.— de igual forma poso su vista en el menor.
— No puedo...— respondió de inmediato.
— ¿Acaso tiene algo que ver con lo sucedido hace unos días?— sentía curiosidad, incluso si todo era obvio.
— No sólo es eso... tampoco tengo el valor para hacerlo.— suspiro pesado, colocando ambas manos sobre la superficie metálica.— Le hizo demasiado daño mientras aún estaba con vida y ahora, el sólo tocarlo me hace temblar de miedo.— sus lágrimas amenazaban con salir de nuevo.
— Entiendo...— no sabía cómo responder ante tal nuestra de debilidad.
Algo que nunca antes había visto en Satoru... el hombre que perfectamente podía ocultar sus sentimientos de la vista ajena.
— Asegúrate de hacer un buen uso de su cuerpo, antes de que termine incinerado con energía maldita.— se contuvo perfectamente.
Al menos lo suficientemente para que la mujer castaña no se burlarse de él.
— ¿Por quién me tomas?— se sintió un poco ofendida al escuchar tales palabras.
Sin embargo, sabía que no era el momento adecuado para buscar una pelea con el hombre de cabellos blanquecinos.
— Volveré después, ahora necesito un poco de aire fresco.— se dio media vuelta, listo para abandonar el lugar.
— ¿No quieres quedarte a observar?— preguntó, creyendo que tal vez sería una buena idea.
— Lo siento...— fue todo lo que mencionó antes de abandonar el lugar.
Su corazón no resistiría un golpe tan fuerte como lo sería el ver a Yūji en ese estado.
Prefería marcharse y saber que estaría en las manos correctas.— Esto es malo.— suspiro pesado.
No quería imaginar un mundo en el que Satoru Gojō se hundiera en la depresión.
Cambiaría drásticamente el mundo de la hechicería y los altos mandos no permitirían algo así, dejando que su unico pilar se desmoronara.Y luego de unos segundos pensando en lo que posiblemente sería el mayor problema de todos, decidió continuar con su trabajo, no obstante, algo la detuvo.
— Maldición... olvide los documentos en la oficina de Yaga.— en ese momento recordó que era importante.
Debía tenerlos cerca para anotar su progreso más importante, sin ellos no podía comenzar.
— Tendrás que esperar un poco más, Itadori...— dijo al aire, saliendo de la morgue con pasos lentos y suaves.
Aprovecharía el camino para encender un cigarrillo, el exceso de trabajo y los problemas que se estaban presentando la tenían llena de presión.
— ¿Qué debería hacer?— cuestionó algo preocupada, sin apartar la mirada del hombre peli negro que se encontraba a su lado.
— Por ahora lo único que podemos hacer es buscar en los alrededores, quizá aún esté cerca.— propuso, soltando un profundo suspiro mientras masajeaba el puente de su nariz.
— ¿Y si...?— habló con dificultades.— ¿Qué pasa si Yūji volvió a la vida y se reencuentra con Satoru?— levanto la voz, mostrando molestia en su rostro.
No necesitaba un espectáculo como ese.
— Las probabilidades son casi nulas, es por ello que debemos ser discretos.— su semblante se puso sombrío.— No puedes mencionar nada de esto con nadie, Shoko.— le dio la espalda, caminando con dirección a la puerta de la habitación.
— Pero, señor... — la interrumpió.
— Con nadie, Shoko...— mencionó.— Termina el papeleo y hazle saber a todo el mundo que Itadori Yūji murió ejecutado y sus restos fueron incinerados como muestra el protocolo.— habló, antes de cerrar la puerta con brusquedad, dejando en el interior a una fémina preocupada.
Quien se debatía internamente qué hacer con lo que sucedía.
Cinco minutos.
Sólo había tardado cinco minutos en firmar su cigarrillo y volver con los documentos, tiempo suficiente para que el cuerpo de Yūji desapareciera de la morgue.
Creyó que se trataba de una broma de mal gusto por parte de los alumnos, pero incluso para ellos eso sería caer muy bajo.
Escéptica, busco bajo las mesas sin encontrar nada.No había rastros de energía maldita, mucho menos un camino de sangre que la guiará al método de escape.
Suspiro con pesadez, pensando detenidamente en una explicación lógica."Maldición".
Se dijo a sí misma, antes de salir con rumbo a la Oficina de Yaga para contarle lo que había sucedido, esperando que él pudiera ofrecerle una solucón rápida.
Sin embargo, se encontraba mucho más perdido que ella.
| FIN |
🌸 " Maldíceme" [GoYuu] [UA] 🌸
by: Daiki. 🦉
ESTÁS LEYENDO
Maldíceme [GoYuu] [UA]
FanfictionYuji se siente la persona más afortunada en el mundo, pues tiene a su lado al hombre perfecto... Satoru Gojo, el profesor más fuerte de tola la escuela de hechicería. Enamorado hasta la medula, espera pasar mucho tiempo a su lado, disfrutando de cad...