• Extra 1 | Fantasmas del pasado •

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— Han pasado tres años desde que te fuiste y yo aun no logró olvidarte.— susurro por lo bajo, mostrando una débil sonrisa mientras se arrodillaba frente a esa lápida.— Cada día que pasa me maldigo a mí mismo por la forma en la que te trate, pero no te preocupes... ya estoy pagando el precio de mis equivocaciones.— se tomaría un par de minutos para conversar con el dueño.

Sus brillantes ojos se dirigieron al nombre que estaba escrito con enormes letras.

Itadori Yūji ya no se encontraba con ellos.

— Mi luto continua desde el momento en que lo supe, ya no estarías más con nosotros.— la primera lagrima cayó.

Estando solo, Satoru se permitía llorar... algo que nadie habría imaginado que era capaz de hacer.

Luego de haber abandonado la morgue aquella tarde, el albino se dedicó a vagar por las calles de la cuidad, pensando en todas las cosas que había hecho mal desde que conoció a Yūji.

Si bien buscaba tratarlo como nunca antes lo hizo, para que no se fuera con arrepentimientos al ser ejecutado, no imagino que sus mismas acciones lograrían que el menor se enamorara profundamente de él.

Un adulto arrogante, sin sentimientos o empatía por otros, que sólo vive buscando el beneficio propio, reclutando hechiceros jóvenes para entrenarlos en la preparatoria y así encontrar un poco de diversión que le diera sentido a su vida aburrida.

Cuando Yūji se le declaró por primera vez, creyó que se trataba de un mal chiste, orquestado por la broma de unos niños.
Así que lo mandó a volar de la forma más humana que le fue posible.

Sin embargo, al ver que los ojos de Yūji se llenaron de lágrimas, supo que algo no estaba bien.

Rápidamente se disculpó, dándole una pequeña explicación del "por qué" no podían estar juntos. Siendo su diferencia de edad la principal razón.

No obstante, el peli rosa no se rindió y cada vez que tenía la oportunidad, llegaba con Satoru para hablarle sobre sus sentimientos.

Cansado de esa situación, el albino creyó que la mejor opción sería hablar con los hermanos de Yūji, para que estos lo convencieran de que era algo simplemente tonto, y que mejor buscara a una jovensuela de su edad.
Pero, lo que sucedió era algo que no tenía contemplado.

Ambos mayores a cargo de Yūji le hicieron una propuesta aún más estúpida.

Ofreciendo todos sus ahorros y asegurando entregar más dinero con cada mes que pasarán juntos. Choso y Sukuna le pidieron a Gojō que aceptara salir con Yūji, al menos hasta que la fecha de su ejecución llegará... ya que su muerte era algo inevitable.

Sintiéndose acorralado, tanto por la familia de Yūji, como por los altos mandos y algunos amigos. Satoru no tuvo más remedio que aceptar esa farza.

Reconociendo los sentimientos del peli rosa menor la próxima vez que se acercó para hablar sobre ello.

Fue así como todo inicio.

Poco a poco, sus días comenzaron a llenarse de movimiento, orquestado por los planes que su alumno hacia.

Salidas al cine para ver extrañas películas de amor, cenas en lugares sencillos como lo eran la barra de sushi... tardes de juegos en sótano de la escuela. Así como paseos largos y aburridos por el parque, observando a los no hechiceros que llevaban un estilo de vida tranquilo.

Sin poder negarse, el albino simplemente se dejó arrastrar de un lado a otro.

Inconscientemente su cerebro y cuerpo comenzaron a adaptarse al nuevo estilo de vida. Lentamente aprendió a disfrutar de todo eso, en compañia de Yūji.

Maldíceme [GoYuu] [UA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora