Los flashes de la camara se posaban sobre ella, la joven modelo de apenas 15 años que había cautivado al mundo, pero fue cuando Miguel Cázares Mora percibió su perfume que se dió cuenta de que ya nada sería igual.
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POV NARRADORA
Con el paso de los años, Miguel continuó su vida con determinación y pasión. Después de los turbulentos eventos que sacudieron su relación con ___, decidió enfocarse en su carrera como modelo, encontrando en la pasarela y las cámaras un escape de las complicaciones del corazón.
Miguel se sumergió por completo en el mundo del modelaje, perfeccionando su técnica, cultivando su imagen y construyendo su nombre en la industria. Con cada paso firme por la pasarela y cada pose capturada por la cámara, dejaba atrás los recuerdos dolorosos del pasado, encontrando en su trabajo una fuente de sanación y renovación.
A medida que su fama crecía, Miguel viajaba por el mundo, deslumbrando con su presencia en las principales capitales de la moda y colaborando con reconocidos diseñadores y marcas. Su carisma y su talento lo convertían en un favorito tanto entre los espectadores como entre sus colegas, y su nombre resonaba en los círculos más exclusivos de la industria.
Aunque el brillo de las luces y el glamour de las pasarelas le proporcionaban una sensación de satisfacción y realización, en lo más profundo de su corazón, Miguel seguía llevando consigo el recuerdo de __ _ . Aunque su relación había llegado a su fin, su influencia seguía presente en cada paso que daba y en cada logro que alcanzaba.
Sin embargo, Miguel se negaba a dejar que el pasado definiera su futuro. Con cada nuevo desafío y cada nuevo éxito, demostraba su fortaleza y su determinación de seguir adelante, convirtiéndose en un ejemplo de superación y perseverancia para aquellos que lo admiraban.
Los años pasaron, y Miguel se convirtió en una figura destacada en el mundo del modelaje, un ícono de estilo y elegancia que inspira a otros a seguir sus pasos. Aunque el camino había sido difícil y lleno de obstáculos, había encontrado su lugar en el mundo y estaba decidido a brillar con todo su esplendor.
Mientras Miguel se dirigía a casa después de un agotador día, con la mente sumida en pensamientos dispersos entre los compromisos de la escuela y los desfiles de moda, sus ojos captaron algo inesperado a través de la ventana del auto. Una sensación de déjà vu lo envolvió cuando sus ojos se posaron en una casa particularmente familiar, la casa donde una vez vivió la joven que le rompió el corazón.
Sin embargo, lo que llamó su atención no fue la casa en sí, sino las luces brillantes que emanaba de sus ventanas. Era un espectáculo inusual, ya que la casa solía estar en penumbras cuando pasaba por delante. La curiosidad se apoderó de Miguel, y una corriente de emociones entrelazadas, desde la intriga hasta la melancolía, lo impulsó a detener el auto y observar más de cerca.
Se quedó allí, contemplando la casa iluminada en la distancia, preguntándose qué podría haber causado ese cambio repentino. ¿Era posible que alguien hubiera vuelto a habitar la casa después de tanto tiempo? La idea lo dejó perplejo, reviviendo viejos recuerdos y emociones que había enterrado profundamente en su interior.
