Capítulo 05.

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«¿Ahijada?» se preguntaron todas en unísono en sus mentes. Definitivamente no esperaban que esas dos tuvieran algún tipo de relación entre sí y menos que la comandante lo revelara así nada más. Fluttershy sólo se fijó en todos los guardias que habían alrededor, eran muchos como para escoltar a una criminal, ¿qué diablos era todo eso? Ni que fueran treinta mil mafiosos.

—¿Cómo que “ahijada”? —preguntó Twilight demasiado confundida, al igual que las otras cuatro chicas—, usted jamás había hablado de eso.

—Tú nunca preguntaste —le respondió con mucha carisma que no fue de agrado para la de lentes—. Además, me gustó ver sus caras de sorpresa.

—Mm —bufó la abogada, observando a su clienta que se encontraba demasiado callada—. Oye, ¿por qué estás esposada?

Rainbow sólo alzó sus hombros restándole importancia.

—Es nada más por protocolo — murmuró Fluttershy y miró a su superior—. Celestia, ¿por qué no nos hablo de esto? Son muchos policías como para... ella.

—No tengo que darle explicaciones a nadie —dijo molesta, pero luego sonrió—, aunque vamos, ¿no fue una grata sorpresa? A mí me encantó ver sus caras.

—Ya basta de juegos —cambió de tema Applejack enfadada—, ¿por qué ella sigue viva? ¡Debería estar muerta!

—Tal vez tengas razón —Celestia se le acercó a la rubia y la cogió por los hombros apretándolos un poco—, pero yo estoy al mando, ¿recuerdas?

La mirada de Celestia parecía querer devorar el alma de la rubia, daba demasiado miedo como para mirarla directamente a los ojos, por lo que Applejack respondió con voz temerosa.

—Sí, sí, claro...

—Vámonos —ordenó la comandante mientras se alejaba de la chica policía.

Uno de los guardias cogió a Rainbow forzadamente para escoltarla con más seguridad. Fluttershy iba a negarse, pero después de lo que Celestia le dijo a Applejack, mejor se quedaba callada.

Cuando estuvieron fuera del aeropuerto, las cuatro policías y la abogada no pudieron estar más confundidas, un carro blindado estaba esperándolas afuera. Celestia se subió a ese vehículo mientras uno de los soldados le entregaba una tablet con el símbolo presidencial. Las oficiales se miraron entre sí con seriedad, subiendo al auto sin dudarlo mucho, en cambio Sparkle sí tenía sus dudas.

—¿Para qué es eso? —preguntó Pinkie cuando se acomodaron bien, y Rarity le dio un golpe con el codo—, ay, ¿qué?

—Sólo fue una pregunta —susurró Twilight con sutileza, luego dirigió su mirada a la comandante—, y yo tengo otra, ¿por qué no está Rainbow Dash aquí? Es más, ¿dónde está?

—Yo no tengo la respuesta —respondió Celestia con algo de fastidio sin mirarla, organizando algo en la tablet—, pero ella sí.

Ella le dio vuelta al dispositivo y les mostró la pantalla de la tablet. Todas quedaron impresionadas por la persona que estaba allí. Era la presidenta de los Estados Unidos de América, Luna.

—Sí, soy yo. No se sorprendan tanto —dijo Luna restándole importancia—, y en respuesta a su pregunta señorita Sparkle, está en otro auto ya que ella es una de las criminales más peligrosas de este país. Y me atrevo a decir que no sólo del país, también del mundo. Tiene que estar bajo custodia en todo momento con agentes especiales, sin excepciones, no rodeada de una simple mujer.

—Pero —la abogada iba a refutar, mas Luna no la dejó.

—Con todo respeto, señorita Sparkle, usted sólo se encarga de mostrar información sobre los crímenes de Rainbow a los jueces, tratar de defenderla, aunque es claramente imposible, y nada más. Espero que no se haya involucrado emocionalmente con esa chica... ¿O acaso lo hizo? —Twilight bajó su cabeza con resignación y negó—. Fue lo que pensé.

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⏰ Última actualización: Mar 28 ⏰

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