𝜗𝜚 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒 𝜗𝜚 El siguiente escenario ha sido escrito con el ánimo de entretener. Todo lo escrito a continuación es pura ficción.
No apruebo, promuevo o practico todo lo escrito en este escenario.
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sexo en el agua. cunnilingus. diferencia de edad.
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Te ves al espejo dando el toque final de brillo labial a tu delicado y natural maquillaje, hoy tienes un asado en el que habrá piscina en el que tu hermana mayor traerá a sus amigos a festejar junto a ella y quieres verte presentable. Se supone que hoy traerá a nuevas personas que no conoces y lo mejor de todo es que, tus padres no están en casa, así que no habrá nada de lo que preocuparse.
Vuelves a verte por última vez en el espejo admirando tu traje de baño rosado, te colocas tu perfume favorito que tiene notas a coco y sales de la habitación caminando como si fueras una modelo. Bajaste de las escaleras escuchando ya algunas voces y estabas preparada para conocer a los amigos de tu hermana.
—Fua, que bien que bajás gordi! Justo estaba hablando de vos.— Dice tu hermana tomando tu mano para acercarte a ella y a lo que parece ser, su amigo. —Kuku, ella es mi hermana, gordi, él es Kuku.— Te presenta ante Kuku, un hombre un poco más alto que tú, con barba y cabello rubio. Al verte, sus orbes se iluminan y una sonrisa va creciendo en su ya emocionado rostro. —Mucho gusto Kuku.— Dijiste con una sonrisa y te disculpaste para dirigirte hacia la cocina, muy apenada y sonrojada por la mirada que aquel hombre te había dado.
La tarde pasó mientras tu hermana te seguía presentando a sus demás amigos y amigas. Gracias a que tus padres no estaban, podías beber y hacer lo que ellos te prohibían así que ahora mismo estabas bebiendo lo que parecía ser vodka recostada en la tumbona que estaba frente a tu piscina. El sol te estaba quemando muchísimo y quisiste ponerte bloqueador pero nadie parecía tener las manos desocupadas, hasta que, lo viste a él parado en una esquina mientras fumaba un cigarrillo.
Se veía bastante relajado y parecía ser una persona amable, así que te acercaste con un poco de timidez para preguntarle si tal vez podría untar un poco de bloqueador en tu ya enrojecida piel. —Hola.. ehh, quería pedirte ayuda para echarme un poco de bloqueador, es que no encuentro a mi hermana por ningún lado y estoy que me re quemo.— Tu retraimiento fue notorio pero te habías atrevido a pedirle algo tan personal como eso sin conocerlo que rápidamente la vergüenza se fue de tu cuerpo. —Dale, vení. Acóstate ahí y te pongo en la espalda.— Esteban agarró el bloqueador y puso un poco en su mano, para comenzar a esparcirlo suavemente por toda tu espalda dándote pequeños masajes.
