Todo por el Primer Puesto

14.

Chiara y Violeta estuvieron dos semanas en el estudio, sin ninguna recompensa, ya que todo lo que se mostraban no les acababa de convencer. Además seguía esa rivalidad y odio que se tenían que no estaba ayudando. Sus managers empezaron a desesperarse porque tampoco sabían bien como ayudarlas, por más que daban ideas, siempre acababan en las mismas. Chiara por su parte tampoco se encontraba bien emocionalmente, su ruptura con Julieta la afectó las primeras semanas y estuvo baja de ánimos, pero ya se encontraba mejor. La peli negra pensaba en irse una semana a Menorca para intentar inspirarse en su isla, así que decidió llamar a su manager para comentarle sus planes.

- ¿Qué te parece? Iría al estudio de un amigo si lo necesitara. Te prometo que te traigo la canción completa

- Ese es el punto, no es solo tu canción, también es la de Violeta, y si te vas, ¿Cómo la vais a hacer?

- Le escribiré con lo que vaya teniendo

- Chiara, sabemos que no coges el móvil ni para mirar la hora

- A ver eso tampoco

- Tengo una idea

- No me suelen gustar tus ideas

- Ve con Violeta a Menorca

- ¿Es broma no?

- Así intentáis llevaros mejor también

- Si, súper bien. ¿Qué quieres que nos ahoguemos mutuamente en la playa?

- Escucha, estaréis componiendo y cuando queráis salir, si no queréis, no vayáis juntas. Siéndote honesto, pienso que deberíais dejar de lado la enemistada que tenéis porque podéis sacar la canción del verano si queréis

- Vale, vale. Iré con ella

- Perfecto, se lo propongo a su manager esta tarde

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Al día siguiente ya estaban Chiara y Violeta en el aeropuerto para dirigirse a Menorca. No se dirigieron apenas palabras desde que llegaron, y ya llevaban una hora allí.

- ¿Quieres algo de la cafeteria? Voy a ir a por un café

- Un café y una cookie porfa

- ¿Cookie? Una galleta con pepitas de chocolate de toda la vida

- Lo que tú digas, tráemela

- A que vas tú, no soy tu sirvienta, estoy intentando ser simpática

- Pues no me la traigas

Violeta volvió con dos cafés en las manos y le dio uno a Chiara.

- No les quedaban galletas

- Gracias

Una hora más tarde, ya estaban montadas en el avión. Durante todo el trayecto Chiara llevaba sus cascos puestos y mantenía su vista en la ventana, de vez en cuando miraba su móvil para ver cuánto tiempo faltaba para llegar. Violeta por otro lado, estuvo leyendo y se le pasó la hora bastante rápido.

Al llegar a la isla, ambas fueron en el mismo taxi que primero dejaría a Chiara en su casa y luego a la pelirroja en el hotel en el que se hospedaría.
Cuando la pelinegra llegó a la puerta de su casa y tocó el timbre se puso un poco nerviosa, no había avisado a su familia de que iría, ya que quería que fuese sorpresa. Su madre la recibió con los brazos abiertos y con una amplia sonrisa. Sus hermanos pequeños bajaron las escaleras corriendo al saber que la visita era su hermana mayor.

- Podrías haber avisado de que venías -dijo su madre cogiendo la maleta y la guitarra de Chiara-

- Quería que fuera sorpresa, ¿Dónde está papá?