La detective Becky persigue a una banda de estafadores llamados "Los Tigres", pero todo toma un giro inesperado cuando la líder de Los Tigres se presenta ante ella pidiendo SU protección a cambio de información que podría servirle para un caso.
Gén...
Una mujer vestida en traje y tacones entra a la comisaría. Usa gafas de sol y lleva el cabello suelto. El oficial en el lobby se pone nervioso y la razón es más que obvia: la mujer frente a él es hermosa. Facciones preponderantes y un aura desmedida. Independiente en todos los sentidos. —¿En qué le puedo ayudar, dama?
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—Necesito ver a alguien. — Ella mira alrededor y encuentra lo que busca. —Disculpa. No tardaré entonces no hay necesidad de apuntar mi nombre. — Se adelanta y el policía recoge la lista de nombres para seguirla. Intenta persuadirla, pero es ignorado. La mujer se detiene frente la celda de Freen y se pone de cuclillas. La estafadora duerme como una bebé. Tranquila y pacífica.
La recién llegada sorna y golpea uno de los barrotes con su celular. —Oye, despierta.
Freen toma asiento e inhala soñolienta diciendo, «Mamá yo no fui. » pero al mirar adelante, frota uno de sus ojos. —Ah. Eres tú, Nam.
—¿“Ah. ¿Eres tú?”? Creí que al fin te habían matado y no tendría competencia en las estafas, pero sólo te escondiste. Escucha. Ayer unas mujeres se metieron en tu club. Hicieron todo un escándalo e incluso mataron a algunos de tus hombres.
—¿Unas mujeres? ¿Cuántas? — Freen cambia el semblante a uno serio.
—Tres. Armadas y ágiles. Sólo mataron a los hombres y subieron a tu despacho. Una amiga mía que trabaja como prostituta en tu club me lo contó. Dijo que daban miedo. Y que usaban trajes impermeables transparentes. Alcanzó a ver la cara de una que parecía la líder de todas. Una pelinegra de ojos grandes.
Ambas montan el escenario tal como es narrado e imaginan a las tres chicas sobre una piscina de sangre con los cadáveres por alrededor y las prostitutas de cuclillas cubriendo sus caras. La amiga de Namtan se atreve a mirar sobre un brazo y alcanza a ver a la líder de la pandilla. La asesina sonríe a la nada, amando matar hombres.
La música animada continúa, las luces recorren el lugar y el ambiente animado continúa, a pesar de los asesinatos.
—Entonces son tres mujeres. Una banda de asesinas. — Freen traga grueso.
—Oui, mademoiselle (Sí, señorita). — Namtan dice.
—¿Qué está pasando aquí? — Llega Becky, con las manos hasta el fondo de los bolsillos y su compañera al lado con cafés. —Cualquier información debe ser dirigida a mí, no a tus amiguitas.
Namtan se pone en pie abultando una mejilla con la lengua. Indignada de ser relacionada con Freen. —Oye, yo no soy su amiga. Me parece un insulto que me relacionen con esta basura. Es mí competencia. Sólo vine a advertirle no por generosidad, sino para ver si se acobarda y deja de robarme clientes. — Gruñe entre dientes. —¿Está claro?
—¿Estás confesando a la policía? ¿Quieres entregarte? — Ríe incrédula Film. Namtan voltea voltea ella.
—No estoy siendo grabada. Y no me estoy entregando. Si no tienen pruebas ni evidencias entonces, sólo soy una ciudadana más. Con permiso. — Namtan pasa de ellas caminando como la dueña del lugar y empuja las puertas con una sola mano.
