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ZOE

Las 7:45 de la mañana. Empezaba bien la semana. Era mi primer día en el nuevo instituto y ya iba tarde. Nunca se me había dado bien la puntualidad, pero esta vez quería causar buena impresión.

Me incorporé rápidamente y me fui a lavar la cara. Me vestí con la ropa que había planeado el día anterior: unos pantalones tejanos de campana y un top a rayas blancas y negras.

Me dirigí al instituto, pero ya eran las 8:00. Estaba claro que llegaría tarde, ahora ya no importaba. Los pasillos estaban ya vacíos cuando llegué. Escuché pasos rápidos y enseguida vi una chica de mi edad. Llevaba unos pantalones ajustados con una sudadera Adidas roja. No parecía tener intenciones de parar, pero simplemente me quedé mirándola. Era preciosa. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no reaccioné y se chocó conmigo.

- ¿Qué haces? - se notaba que estaba de mal humor. - Si ya me has visto venir, te podrías haber apartado, que voy tarde.

Su tono me dio a entender que no tenía tiempo. Sin embargo, me di cuenta de que nos tocaba juntas en clase. Le recogí el libro del suelo. Era el de castellano, y casualmente, a mí también me tocaba esa clase.

- ¿A ti también te toca Castellano? - Le extendí la mano con el libro en ella.

- Sí, ¿por qué? - tenía un mechón fuera de la coleta alta que se había hecho.

- Vamos juntas. - Cogió bien su mochila y fuimos a clase.

- Soy Zoe, por cierto. - Dije.

- Yo Nerea. Encantada. - Se la veía agradable. - Bueno...es esta clase. Ya verás la bronca que nos caerá cuando el profe nos vea llegar tarde.

Abrió la puerta y vi a un señor sentado encima una mesa. Rápidamente, Nerea y yo nos dirigimos a los únicos lugares disponibles que nos quedaban. Bajamos las sillas y nos sentamos en silencio. Se nos quedó mirando fijamente, y yo a él también. Era un hombre de estatura media. Tendría unos 40 años. Vestía con pantalones tejanos, camisa de cuadros marrón y un cinturón marrón.

- Buenos días, clase. Este año tenemos dos alumnos nuevos, así que vamos a hacer ronda de nombres. Empiezo yo; me llamo Juan y soy profesor de Castellano. - Me hizo un gesto con la cabeza para que me presentara.

- Yo... - Me quedé en blanco. - Me llamo Zoe, y soy nueva. - conseguí decir.

La ronda continuó con Nerea, seguidamente Arón, Sara, Marta. Hasta Mario. Parecía ser que él era el otro nuevo. Se trataba de un chico moreno, de pelo castaño y ojos verdes. En seguida me miró a los ojos y me sonrió.

En cuanto se acabó la clase, se me acercó a hablar:

- Hola Zoe. Ya veo que tengo competencia. - Soltó una leve carcajada y me sonrió.

- Así que Mario, ¿eh? - Crucé los brazos y arqueé una ceja. - Bonito nombre.

- Gracias. - Arón le llamó y se tuvo que ir.

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