OO4

360 25 1
                                    

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ

ㅤ⋆˚✿˖°

- 𝗟𝗟𝗘𝗩𝗢 𝗟𝗔 𝗖𝗢𝗟𝗜𝗟𝗟𝗔 𝗗𝗘𝗟 cigarrillo a mis labios cuando todos comienzan a vitorear al ver a Maspons, Zerbino y Turcatti bajar con rapidez por la helada montaña frente a nosotros.
Notamos que antes que el pedazo de metal donde van, se estrelle contra una de las piedras sobresalientes en la nieve, los tres se tiran a un lado. Varios van corriendo hacia ellos para auxiliarlos lo más rápido que pueden, aunque trastabillan varias veces en la nieve, llegan y yo me acerco a paso lento a ellos. Los llevan dentro para ayudarlos y noto que los ojos de Gustavo estaban congelados, tenían un tono entre rojizo y violáceo con su iris blanca.

A él lo acuestan y le tapan los ojos para que puedan curarse, a Maspons le dan algo de carne y ron mientras lo sientan afuera para lograr conversar con él lo que vieron en las montañas.
Nando y yo vamos a resguardar a Numa, que mantiene una mirada fija en la nada, algo perdido.
Nando me da una mirada algo preocupada y se sienta frente al chico con varios pedazos de carne, y yo me siento a su lado, observando las heridas en las manos de Numa e intentando cuidarlas.

De costado observó a Canessa masticar carne y luego sacarla de su boca, para dársela a Gustavo que está sobre sus piernas.
Parrado le preguntaba a Numa si había visto algo, si algo llamativo había por donde fueron, Numa a veces piensa y otras prefiere quedarse callado.

-Numa, decime - miro a Nando y sueno mi nariz, sintiendo mi rostro rojo, tengo miedo de que ahora me de anginas o una mierda así.

-Solo hay montañas con nieve - Se nota cansado y habla con poca gana, casi balbuceando.

-¿Hacia todos lados? - lo vuelve a joder Nando, yo le agarro la mano despacito, casi sin ganas de moverme y él me mira.

-Déjalo descansar, ¿Dale? - Parrado lo piensa unos segundos cuando mira a Numa, y está a punto dejarlo tranquilo pero responde.

-Hasta donde yo pude ver, es lo único que hay - dice con el mismo tono que antes. Nando, ahora esperanzado, me mira antes de seguir conversando con Numa, dejando yo de darle importancia.

-¿Y hacia el oeste? ¿Se llega a ver algo atrás de esa pared de hielo? - menciona, tal vez pensando en algo. Yo los miro y después a Canessa, que aún estaba con nosotros.

-No... Ahí no se puede ver -

-Ahí detrás está Chile, hacia ahí hay que ir - ambos lo miramos, tal vez esperanzados, tal vez desconcertados pero sabemos que hay algo más detrás de todo esto, que no puedo descifrar. -Pero tienen que comer, sino no van a llegar a Chile - veo a Nando darnos dos pedazos. Ahora me incluye a mi en la conversación, lo que hace que yo me confunda rápidamente.

Tardamos unos segundos observando, Numa extiende su mano y toma el pedazo; En cambio yo, solo se la guardo en su palma nuevamente, negando despacio y aunque siento que el me va a reprochar, yo solo le pido con la mirada que no lo haga.

A veces la noche acá se me hace larga y a veces ni siquiera pego un ojo. Entonces escucho, cuando creen que todos duermen, los delirios que tienen algunos, los llantos, los sollozos, los sueños e incluso las conversaciones y aunque yo soy una persona curiosa de saber los pensamientos de los demás, hago oídos sordos a eso y nunca hablo, es una manera de hacerles saber que pueden confiar en mí.
En estos días de tormenta, donde la temperatura baja y nos encontramos casi siempre encerrados dentro del avión, me siento segura. Comencé a quererlos y conocerlos más, eso hace que se guarden un lugar especial conmigo y que cuando volvamos a casa, tomemos de estos momentos y los convirtamos en anécdotas, memorias hasta hacerlas historias, que quedan en la mente de los demás.

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒 | 𝘓𝘚𝘋𝘓𝘕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora