La última vuelta del amor

Introducción

Sasha

La brisa fresca de la mañana del viernes me golpeó el rostro mientras caminaba por el bullicioso paddock del circuito de Silverstone. El rugido de los motores resonaba en el aire, creando una sinfonía de emoción y anticipación que me llenaba de energía. Era el comienzo de una nueva temporada de Fórmula 1, y como periodista deportiva, estaba lista para sumergirme en el torbellino de velocidad, drama y rivalidad que definiría los próximos meses de mi vida.

Mi teléfono empezó a vibrar en mi bolsillo. Saqué el dispositivo y vi el nombre de mi hermano parpadeando en la pantalla. Con un suspiro, respondí.

–Hola Matt–dije, esperando escuchar la voz de mi hermano mayor al otro lado de la línea.

–Hola Sas–respondió Matthew con su tono habitual– ¿Como va todo por el circuito?.

–Bien, todo bien–conteste, tratando de sonar optimista a pesar del desafío que va a ser conseguir unos minutos con el español o alguno de sus compañeros–.Solo acabo de llegar.

–Escucha, papá quería saber si podrías venir a casa cuando acabe la carrera el domingo. Estamos pensando en celebrar su cumpleaños.

–Lo siento, Matt–dije con pesar–.No puedo confirmar nada aún, necesito conseguir una entrevista buena este fin de semana, me estoy jugando el puesto.

–Entiendo. No te preocupes por ello. Solo asegúrate de conseguirme un autógrafo de algún piloto famoso mientras estás allí.

–Lo haré, saluda a los demás y cuida de Toby. Nos vemos pronto.

Guarde el teléfono en el bolsillo y continué mi camino por el paddock. Mis pasos me llevaron hacia el box de la escudería Velocity Racing, donde sabía que encontraría a Eric Brown, el joven piloto español que estaba causando sensación en el mundo de las carreras. Había oído hablar mucho de él: su carisma, su talento en la pista y, por supuesto, su reputación de chico malo que nunca se alejaba de la polémica. Pero yo no estaba interesada en los titulares sensacionalistas; estaba aquí para hacer mi trabajo y conseguir la historia que nadie más tenía.

Mientras me acercaba al box, vi a Eric rodeado de un séquito de mecánicos y miembros del equipo. Su aura de confianza y determinación era palpable, y aunque no podía negar su atractivo físico, me obligue a mantener mi enfoque en el objetivo que tenía entre manos. Necesitaba una entrevista exclusiva con él, una oportunidad para descubrir al verdadero Eric Brown detrás de la fachada del piloto estrella.

Con paso decidido, me acerqué al grupo, ignorando las miradas curiosas que me seguían.

–Eric Brown– anuncié, extendiendo mi mano con firmeza cuando llegué a su lado–.Soy Sasha Harper, de Motorsport Insider. Me preguntaba si tendrías un momento para hablar.

Eric me miró con sorpresa, sus ojos azules centelleando con una mezcla de desdén y curiosidad.

–No tengo tiempo para entrevistas–respondió con brusquedad, apartando la mirada.

Mi corazón se hundió ante su rechazo, pero me obligué a mantener la compostura.

–Entiendo–dije,forzando una sonrisa–.Tal vez en otro momento.

Sin esperar respuesta, me di la vuelta bruscamente y me alejé, sintiendo la mirada helada de Eric quemando mi espalda. Había esperado más resistencia por su parte, pero su indiferencia me había tomado por sorpresa. Sin embargo, no me dejaría desanimar por un pequeño obstáculo.

–Lo siento, señorita, pero no puede estar aquí–dijo con firmeza–Este es un área restringida para personal no autorizado.

Tragué saliva, sintiendo como si me hubieran echado agua fría. Pero en lugar de retroceder, decido enfrentar la situación con decisión.

–Lo siento, no me di cuenta–respondí con calma–.Solo necesitaba hablar con Brown por un momento. Ya me voy.

Con la cabeza en alto, me aleje del box, decidida a no dejarme intimidar por un par de miradas frías y un acceso restringido. Había venido a este paddock con un propósito, y estaba determinada a cumplirlo, incluso si eso significaba enfrentarme al piloto más obstinado de la parrilla. Me siento lista para enfrentar los desafíos que me esperaban. Y aunque Eric Brown se había convertido en mi primer obstáculo, estaba decidido a convertirlo en mi más grande conquista.