Those Eyes | Percy Jackson.

De tu a tu | IV

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❛Yo grité, lloré y sufrí, y soy lo que
soy por lo que viví❜

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¡Sophia's Pov!

Veo el tridente desvaneciendose detrás de Percy y me quedo boquiabierta, no puedo creer que sea un hijo prohibido, una sonrisa se forma en mi cara, me uno a la reverencia que todos hacen hacia Percy, pero él me toma del brazo impidiendo que me arrodille, por lo que lo veo con confusión.

—No tienes por qué arrodillarte ante mi, es ridículo. —La confusión y molestia se notan en su rostro, es completamente normal, por lo que le dedico una sonrisa comprensiva e inclino levemente la cabeza para luego levantarme poniéndome a su lado, aun tengo un poco de carrasposo y mi cuello debía tener marcas rojas porque hubo un momento en el que me agarraron por ahí para ahogarme. Cuando estoy a punto de hablar con Percy, Luke se acerca con una expresión furiosa y preocupada, me toma del brazo y me jala a otro lugar alejado de la gente.

—¿Estás bien? ¿Quien demonios te hizo eso? —Me toma del mentón volteandome la cara para poder ver mejor las marcas de mi cuello, mis mejillas se ponen rosadas mientras le doy un manoton para que me suelte.

—Estoy bien, no es nada.

—¿Que no es nada? Tienes el puto cuello rojo, Sophia. —Frunzo el ceño, ni siquiera por el color o el dolor de mi cuello, si no por lo furioso que está Luke, nunca lo había escuchado decir una grosería, por lo menos no en mi presencia.

—Relajate, son cosas del juego. —Respondo con mi ceño fruncido, ya enojada por su actitud, él, al darse cuenta de que no voy a ceder bufa y relaja su expresión un poco mientras me ve.

—Me preocupas, es todo. —Cruzo mis brazos mientras lo veo, sus ojos tienen aún un destello de furia.

—No soy una niña, se defenderme. —Eso despierta su enojo de nuevo.

—¡Si eres una maldita niña, Sophia! ¡Tienes 13 putos años, por todos los Dioses! —Da un paso hacia mi —Y parece que tan bien no te puedes defender, eres tonta, pequeña, débil y fácil de vencer ¿que esperas? Eres una hija de Afrodita, solo acéptalo de una vez. —Me deja ahí, sola, boquiabierta y con los ojos llorosos, una lagrima recorre mi mejilla ¿Luke piensa eso de mi? ¿La persona que más admiro en este mundo además de mi mamá piensa eso de mi? No puedo soportarlo, pero aún así lloro en silencio en ese pequeño escondite, las lágrimas inundan mis ojos y recorren mis mejillas empapandolas, el brazalete de pandora que rodea mi muñeca brilla, especialmente el charm con forma de corazón, sentía que mi mamá estaba conmigo, sentía su presencia y consuelo, Dioses, como adoraba a esa mujer.

Un rato después, salgo de mi escondite, probablemente con la nariz roja y los ojos hinchados de llorar, muchos me ven sorprendidos, supongo que nunca me habían visto de una forma tan deplorable como esta, pero realmente no le tomo importancia, o trato de no hacerlo.

Agradezco internamente el no haberme encontrado a Luke cuando llego a mi cabaña, una vez ahí me tiro en la cama con ganas de volver a llorar.

—¿Y a ti que te pasó? —Pregunta Bianca, una de mis hermanas mayores, podría decir que mi favorita además de Stefan.

—Luke me dijo que soy una niña tonta, pequeña, débil y fácil de vencer, que soy una hija de Afrodita, y debo aceptarlo. —Respondo con mi cabeza hundida en mi almohada.