Run | VI

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❛ The horses are coming, so you better run ❜

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Dejamos que Grover nos guíe hasta el olor de las hamburguesas, a pesar de constantes protestas de Percy y Annabeth yo muero por algo de comida. Una vez conseguimos el olor, llegamos a un lugar llamado "Emporio de Gnomos de la tía Eme" nombre que me cuesta leer y cuando lo entiendo pienso que es un poco curioso.

Lo primero en lo cual me fijo, es en el hecho de que el jardín está lleno (pero cuando digo lleno es REPLETO) de estatuas de piedra, lo cual me da escalofríos. Ninguno dice nada hasta que llegamos a la parte de estatuas de lo que parecen ser benévolas.

—Deberíamos... —Empierza Grover.

—Irnos... —Continúa Annabeth.

—Si... —Terminamos Percy y yo mientras todos nos damos media vuelta para salir de ahí, con la sorpresa de que nuestra querida amiga benévola acaba de llegar, lo cual nos hace quedarnos quietos en nuestro lugar, retrocediendo poco a poco.

—Debiste considerar mi oferta mientras pudiste. —La benévola me ve con malicia, sabiendo lo que ese comentario causará.

—¿Oferta? ¿Que oferta Sophia? — Percy me ve con el ceño fruncido, yo resoplo frustrada, dándome cuenta de que Annabeth y Grover también me juzgan con la mirada.

—Les juro que no es lo que piensan.

—Si, por supues... —No termina de hablar porque de repente abre los ojos con sorpresa y miedo mientras se cubre, frunzo el ceño y volteo hacia atrás, viendo a una esbelta mujer con una maya cubriendo sus ojos, tardo un momento en procesarlo pero luego recuerdo las estatuas y ahogo un chillido de sorpresa mientras me volteo tapandome los ojos, Annabeth y Grover también comprenden, pero Percy se queda viéndola confundido.

—¡Percy tapate los ojos! —Advierto preocupada, el parece salir de sus pensamientos y se cubre también.

—Si tienen algo que resolver ¿Por que no entran y lo arreglamos? —Comenta la mujer, nadie la mira, todos evitamos su mirada sin decir una sola palabra. —Alecto ¿Nos acompañas? —Vuelve a hablar, supongo que Alecto es el nombre de la benévola, quien solo se cubre aún más. —No... No pensé que lo harías. —El desprecio se nota en la voz de la "tía Eme", solo por su voz no pensarías que es una mala persona, de hecho, hasta parece buena. —Mientras estén conmigo no los molestará... Tampoco es que se irá, no si eso significa informarle a su señor que falló en recuperar al hijo de Poseidón.

Aquello parece despertar la curiosidad de Percy, pues la mujer habla con cierto tono intencional, el rubio está a punto de voltearse pero yo le advierto con los ojos que ni se le ocurra hacerlo, gracias a los dioses parece entender, pero, aún así, no puede sujetarse la lengua.

—¿Como...?

—Un hijo prohibido ha sido reclamado ¿Cuanto tiempo creíste que se mantendría en secreto? —Percy frunce el ceño, casi puedo sentir como la mujer sonríe. —Un placer conocerte, hijo de Poseidón. —Hace una pausa que parece una eternidad. —Soy Medusa. —Al fin cae en cuenta, el sabía que era peligrosa pero no había adivinado exactamente quien era, está a punto de mirar de nuevo pero esta vez si hablo.

—Percy, no.

—Es un monstruo. —Annabeth dice con molestia en su voz, realmente yo no lo veo así, pero entiendo por qué lo dice, Medusa y su madre no tienen exactamente la mejor relación.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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